IWC Portugieser Chronograph Rattrapante «Milano»: fotos en vivo y precios
El IWC Portugieser Chronograph Rattrapante se lanza nuevamente en versión rattrapante. Tenemos fotos en vivo de la edición "Milán", especialmente atractiva
Tras diez años desaparecido vuelve el IWC Portugieser Chronograph Rattrapante, y lo hace con tres relojes que celebran otras tantas boutiques de la marca: París, Munich y la que vamos a ver aquí, la Milán, con fotos en vivo y precio.
Más allá del motivo de las boutiques lo más interesante es, sin duda, recuperar una de las complicaciones más queridas por los aficionados, porque aumenta extraordinariamente la ya de por sí notoria -y a menudo subestimada, por habitual- complejidad del cronógrafo. El cronógrafo rattrapante (rattraper significa «atrapar» en francés) tiene una mejor definición en inglés: split-seconds significa «segundos partidos», y es lo que en realidad hace el reloj: mediante un pulsador añadido -a las diez en el caso del IWC Portugieser Chronograph Rattrapante- la manecilla principal del cronógrafo se para mientras que una segunda sigue adelante. Cuando se vuelve a pulsar la que se había parado alcanza a la secundaria. De esta manera se consiguen tiempos distintos en una misma herramienta, lo que hace mucho más útil al cronógrafo.
En 1995 IWC lanzó el Portuguese -recordemos que hasta el año pasado el reloj se llamaba así- con la función del doble tiempo parcial, para lo que tomó el 7750 y, tras modificarlo en profundidad, añadió un módulo rattrapante diseñadado por Richard Habring, el magnífico relojero ahora afincado en Austria y que trabajó en IWC (también diseñó el legendario Aquatimer Deep One). El conocido como Doppelchronograph (doble cronógrafo, en alemán) ha aparecido en muchos relojes de IWC, y con razón: una solución sencilla a un problema complejo resuelto con un movimiento relativamente barato y, sobre todo, excepcionalmente fiable.
El nuevo IWC Portugieser Chronograph Rattrapante incluye ese mismo calibre automático, llamado 76240, con 48 horas de reserva de marcha y una frecuencia de 4 hercios. Sin embargo no se ve, porque en estas ediciones especiales está cubierto con un fondo conmemorativo. En este caso aparece un Biscione («gran culebra» en italiano), una figura heráldica que representa una serpiente comiéndose a un niño. Es el símbolo de la familia Visconti y, por extensión, de la ciudad de Milán (también lo usa Alfa Romeo, que procede de allí). En este caso IWC nos ahorra el toque gore y presenta la serpiente sola -que por cierto en milanés se llama Bissa– grabada en el mismo oro rojo que el resto de la caja.
Hablando de la caja, mide 41 mm de diámetro y 12,5 de altura, lo que significa que para un reloj deportivo tiene unas medidas más que ponibles. Sigue el espíritu del Portugieser porque, aunque siempre ha tenido un aire más deportivo que su hermano el Portofino, no deja de ser también un reloj de vestir, por lo menos a mis ojos. En la corona está grabado el logotipo de IWC, y está flanqueada por pulsadores de pistón.
En la esfera, que tiene ese azul precioso de IWC, aparecen muchos datos. En primer lugar un círculo interior con taquímetro (que se vio por primera vez en 2004) que corta el registro de 30 minutos del crono a las 12 y el pequeño segundero a las 6. Flanqueando los numerales de oro encontramos un telémetro. Es una configuración equilibrada, elegante y con un delicioso sabor vintage, además de fiel al Porugieser Chronograph de siempre. Y cuando se pone en marcha la complicación el placer de ver las agujas en movimiento es embelesador.
El IWC Portugieser Chronograph Rattrapante Limited Edition Boutique Milano, que es su verdadero nombre, se une al brazo gracias a una correa de piel de aligátor y una hebilla de oro rojo. Como siempre, la calidad de la correa es insuperable, con el toque justo de firmeza sin perder un ápice de comodidad. Es una edición limitada a 100 unidades, que vienen señaladas en el fondo con la leyenda XX/100 (56/100 en la pieza que vemos aquí). Aunque sea una edición para Milán también se puede encargar en las demás boutiques de la marca, y de hecho está físicamente en la boutique de la marca en Madrid. Su precio es de 21.500 euros. Esperemos que la manufactura mantenga disponible la complicación a partir de ahora o, por lo menos, que no tardemos otros 10 años en verla. Más información en IWC.es.