El pasado viernes cerró sus puertas el Salón Internacional de la Alta Relojería (SIHH 2017) y es un buen momento para hacer un repaso de lo que más ha llamado la atención, tanto en productos como en empresas.
Nuevamente el SIHH 2017 ha crecido en tamaño: 30 marcas, comparadas con las 23 del año pasado y 14 del anterior. No es que me vaya a quejar de ver relojes en un marco tan magnífico como es el del Salón, pero la verdad es que para cuatro días resulta excesivo. De hecho muchas de las marcas independientes tenían un cuarto de hora para su presentación que consumían hablando del producto, no enseñando el producto. Esto es bastante frustrante porque lo que queremos ver es el reloj en vivo, no tanto los vídeos promocionales. Y debe serlo también para las marcas porque la sensación es que el mensaje, sencillamente, no cala.
En este SIHH 2017 hemos visto un interesante movimiento por parte de las marcas, que buscan un realineamiento de sus productos para adaptarse mejor a los difíciles momentos actuales (que ya expuse en este artículo). Así, se ha optado más por materiales y formas que por estrictamente movimientos. Esto tiene sentido porque la mayor parte de quien compra relojes busca un buen producto, a buen precio y de una marca reconocida, pero no está tan pendiente de los movimientos que animan dichos relojes.
De hecho no hemos visto grandes propuestas ni siquiera entre los independientes. Entre estos seguramente lo más llamativo ha sido MB&F con su HM/ Aquapod, un reloj con forma de medusa, y H. Moser & Cie con su Swiss Mad Watch cuya caja está fabricada con queso suizo.
Ha habido dos casas que sin duda han hecho la guerra por su cuenta: Lange, la reina sajona, y Vacheron Constantin. Lo que han presentado en este SIHH 2017 reafirma, por si a alguien todavía no le había quedado claro, que estamos ante las dos mejores casas relojeras del mundo, con diferencia. Y en el caso de VC, al menos este año, aún más porque han presentado 3 relojes con complicaciones astronómicas y 3 con sonerías. Una brutalidad.
Sin duda el Celestia Astronomical ha sido la estrella del salón con sus 23 complicaciones astronómicas: desde las mareas hasta los solsticios y el zodíaco, pasando por la ecuación del tiempo y un calendario perpetuo, por ejemplo. Y encima en un reloj que se puede poner en la muñeca. Espectacular.
También ha presentado tres Metiers d’Art Esferas Celestiales de Copérnico, basados en la teoría heliocentrista y que sirve para mostrar una vez más la excelencia técnica de Vacheron cuando hablamos de decorar esferas. Son una preciosidad los tres.
Además ha presentado un Patrimony Calendario Perpetuo con esfera color antracita. También ha presentado su primera Gran Sonería, la altísima complicación que reproduce un sonido automáticamente cada hora y cada cuarto de hora. También incluye una Pequeña Sonería (sólo suena cada hora) y un repetidor de minutos. Y como remate un modelo con tourbillon y repetición de minutos, con una decoración espectacular.
Lange ha tenido, como todos los años, su producto héroe, el Tourbograph Perpetual Pour Le Mérite, en el que aúna un cronógrafo rattrapante con un calendario perpetuo y el mecanismo de huso y cadena para proveer de fuerza constante al volante. Una maravilla que puesto en la muñeca no hace sino mejorar cada vez que se le mira.
También ha presentado un 1815 con calendario anual y el Lange 1 con indicador de día y noche: aprovecha el disco de las fases lunares para indicarlo. Una solución sencilla y muy bonita.
IWC ha relanzado la colección Da Vinci pero con caja redonda, no con forma de tonel como la conocíamos hasta ahora. Fue en los años 80 cuando tenía forma circular, y la verdad es que los relojes tienen aire muy ochentero. La manufactura hace este año mucho hincapié en los relojes de mujer, pero también ha lanzado relojes con complicaciones.
Jaeger-LeCoultre también ha lanzado relojes de mujer dentro de su colección Rendez-Vous, pero sobre todo una línea Master Control renovada y con precios atractivos que seguro le va a ayudar a llegar a clientes más jóvenes.
Otra sorpresa más que agradable nos la ha dado Baume & Mercier. Le hacía falta conectar con generaciones más jóvenes y lo quiere hacer (y yo creo que con buen criterio) con los Clifton Club, unos relojes de corte deportivo con una buena gama de colores y brazaletes y 100 metros de hermeticidad. Un nuevo contendiente en un difícil mercado, pero con buenos argumentos para triunfar.
Otro hallazgo ha sido el de Montblanc, que ha tomado el vacilante Time Walker, le ha lavado la cara y ha conseguido un reloj renovado, fresco, deportivo, atractivo y a buen precio. Al igual que los Clifton que acabamos de ver, los nuevos TimeWalker pueden dar mucha guerra en el mercado.
Por su parte Piaget está de celebración. Ya anticipamos en este artículo el comienzo de los fastos para celebrar el 60 aniversario del Altiplano y en el SIHH 2017 hemos visto numerosos modelos, preciosos, que seguro que son sólo el anticipo de muchos más.
Por último, Panerai ha presentado el LAB-ID, un modelo realmente único: la caja está hecha de CarboTech, un material que ha había usado antes, pero el calibre también está hecho a base de carbono, lo que le permite prescindir de la lubricación. Es decir, logra el Santo Grial de la relojería.
El Lab ID es una edición limitada a 50 unidades, con un precio de 50.000 euros cada uno y una garantía de 50 años. Como decía un reloj único.
Todos estos modelos -y otros que no se han mencionado- los iremos analizando en el futuro, seguramente mezclándose con los que se vayan anunciando para Basilea. ¡Otro año fructífero!