El festival de alta cocina Madrid Fusión 2017 cierra hoy sus puertas tras haber contado con un ayudante de cocina excepcional: el Blancapain Fifty Fathoms Bathyscaphe. Vamos a ver este precioso modelo con fotos en vivo y precio.
Ya sabemos de la pasión de Blancpain por el mundo de la cocina, una alianza estratégica que le está trayendo buenos réditos porque es un campo no muy explorado por las casas relojeras y con pocos riesgos y muchos beneficios: la cocina es una de las nuevas religiones, y la alta cocina creativa está entre los credos más apreciados por el prestigio -y la atención- que arrastra. Un ámbito perfecto para Blancpain, una marca que abarca de lo más clásico a lo más arriesgado pero siempre con un irrenunciable altísimo nivel.
De manera muy inteligente en mi opinión el modelo con el que Blancpain ha querido significar su presencia ha sido el Fifty Fathoms Bathyscaphe en vez de algún otro modelo de la gama Villeret. Digo que es inteligente porque la cocina que vemos en Madrid Fusión es joven y dinámica, aunque sin duda surja del dominio de las técnicas tradicionales. Eso mismo representa este reloj, el primer reloj de buceo del mundo y un modelo cuya popularidad y ventas no decae en el mercado español. Un Fifty Fathoms Bathyscaphe Chronograph es, por ejemplo, el reloj del cocinero Dani García, con quien charlamos en este artículo.
Pero a pesar de que el reloj tiene casi 64 años, eso es lo único que tiene de mayor: todo lo demás es última tecnología. Para empezar la caja -de 43,60 mm de diámetro por 13,83 de alto- está realizada en cerámica gris satinada. El bisel unidireccional también está realizado en el mismo material, pero en la parte superior tiene una lámina de cerámica azul.
Es interesante saber un poco del proceso de fabricación: tras someter al óxido de circonio a una temperatura de 1.400 grados para darle cohesión y forma, la cerámica resultante es tan dura que se necesitan herramientas de diamante para terminar de perfilar la caja, y para hacer las inserciones del bisel se necesita un láser de 8.000 watios. Después se toma una lámina de Liquidmetal caliente (una mezcla de circonio y otras cerámicas que fusiona a bajas temperaturas) y se le somete a una presión de 5 toneladas sobre el bisel para que rellene los huecos. Una vez enfriado, el Liquidmetal es 3 veces más resistente que el acero, garantizando así una longevidad inalterada.
La esfera es un perfecto ejemplo de cómo una faz de aire muy retro puede cumplir -con mucho encanto- sus labores submarinas. El fondo de la esfera tiene una decoración azul en rayos de sol preciosa, y sobre ella se han aplicado los índices también de Liquidmetal. Tanto los índices como las manecillas rectangulares están bañados en SuperLuminova. También lo está la punta de la manecilla «lollipop». Es verdad que para una lectura más rápida sería mejor que el pequeño segundero tuviera otra forma, o que se usaran distintos tonos de SuperLuminova. Pero no es menos cierto que la mayoría de los Fifty Fathoms vendidos no van a estar sumergidos más allá de un 10% de los 300 metros hasta los que el reloj conserva su hermeticidad, así que no es un problema.
Lo que mueve al reloj no es menos espectacular: el calibre 1315 tiene 5 días de reserva de marcha gracias a sus tres barriletes, además de un espiral de silicio que le permite navegar seguro también entre el mar de riesgos magnéticos que es nuestro mundo actual. Y además el movimiento es bonito. Aquí se le nota su tradición a Blancpain: está haciendo un reloj-instrumento, pero su genética le impide hacer un calibre poco armónico y con decoración básica. Al contrario, los puentes están bien acabados, con cantos biselados y, sobre todo, un precioso contraste con el rotor de oro gris.
Y cuando te lo pones, todo lo que prometía el Fifty Fathoms sobre la mesa se multiplica ante tus ojos: el reloj queda espectacular en la muñeca. Es verdad que para estas fotos el reloj estaba equipado con una correa NATO, pero si le pones la correa de tela la tentación de llevarlo como reloj de vestir es difícilmente evitable, porque es un tres agujas muy elegante, mucho más con esos tonos azules de la esfera que van cambiando con la luz.
El Blancpain Fifty Fathoms Bathyscaphe no es un reloj barato porque se enmarca dentro de los relojes deportivos de lujo, por la tecnología que integra y el nivel de acabados. Su precio es de 12.080 euros. Claro que hay divers más baratos; pero también más vistos, más repetidos y con menos personalidad. Como se suele decir, algo tendrá el agua cuando la bendicen, y el Fifty Fathoms ya ha bautizado a muchísimos fieles devotos. Por algo será. Más información en Blancpain.es.