Icono del sitio Horas y Minutos

En vídeo: Zenith Defy El Primero 21. El cronógrafo centesimal

Ya sabemos que El Primero es el mítico calibre de Zenith lanzado en 1969 con un funcionamiento a 5 hercios, o sea 36.000 alternancias a la hora y que por tanto le permitía medir la décima de segundo. En términos generales cuanto más alta es la frecuencia más exacto es el reloj, por lo que lanzar un cronógrafo integrado que además es automático y a esa frecuencia fue un paso adelante realmente importante. Además era un calibre automático y con rueda de pilares. así que el avance fue más que notable en un mundo que se movía a 3 hercios (21.600 alternancias a la hora) o a 4 (28.000 alternancias).

Pero no deja de ser cierto que el calibre, con todo lo bueno que es, no ha evolucionado mucho en estos años, salvo la incorporación del silicio en el escape y el volante (que no es poca cosa, también hay que decirlo). Pero no hay, por ejemplo, una versión con parada de segundero, algo fundamental en un reloj que busca la exactitud cronométrica. Siempre he pensado que deberían mantener un calibre como el original (sin parada) pero tener también aquello que todo el mundo demanda.

En abril de este año se nombró como nuevo CEO a Julien Tornare, quien me dijo, en la charla que tuve con él, que Zenith se debía basar en la cronometría, que ese era el campo donde es conocida y que debe reforzar (además de los relojes de mujer). En Baselworld 2017 se han empezado a ver los cambios. Aquí ya vimos los clásicos y preciosos Heritage 146 (con fotos en vivo y vídeo), y ahora tenemos los  Zenith Defy El Primero 21.

Si medir la décima de segundo es un gran logro, el nuevo Zenith El Primero Defy 21, consigue que el cronógrafo mida la centésima de segundo. Es parte de la estrategia que ya me adelantó Tornare en cuanto a que sus novedades deberían ser todas alrededor de la cronometría, que es por lo que Zenith es conocida. La proeza se consigue con un módulo de cronógrafo que se mueve a 50 hercios (360.000 alternancias por hora).

El Zenith Defy El Primero 21 lo consigue gracias a que el cronógrafo tiene un escape independiente que se mueve a 50 hercios, y por tanto a 360.000 alternancias a la hora. Tener un escape independiente es un desarrollo lógico, porque si el cronógrafo tirara del mecanismo del reloj la energía se acabaría en seguida y además el desgaste de las piezas, con esa frecuencia tan alta, sería también muy alto. Por eso es normal que los cronógrafos de muy alta frecuencia tengan un sistema separado, incluido su propio barrilete para almacenar y distribuir la energía. Así de paso el sistema horario del Defy 21 puede mantener su certificación COSC.

Hay que señalar que TAG Heuer ya tenía un cronógrafo así, el Mikrograf, pero desde Zenith anuncian que éste es un desarrollo completamente nuevo. Esto es a la vez encomiable y sorprendente. Encomiable porque demuestra la capacidad de desarrollo de la casa, pero sorprendente porque los desarrollos son muy caros y hubiera tenido sentido aprovechar sinergias. Zenith pertenece al grupo  LVMH -como TAG y Hublot-, que está dirigido por Jean-Claude Biver. El mismo dijo, cuando se hizo cargo de la marca, que iba a crear mayores sinergias entre las tres marcas del grupo. Por eso me sorprende. Sea como fuere, aquí está y el nuevo calibre sólo merece aplausos.

Antes de ver cómo funciona el cronógrafo vamos a ver qué modelos hay disponibles. Los que aparecen en este artículo son la versión de aluminio cerámico -en negro- y la de titanio con esfera cerrada. También hay una versión de titanio con la esfera abierta. Las tres tienen 44 mm de diámetro y 14,5 mm de altura, así que no son precisamente relojes para pasar desapercibidos. Y es por pertenecer al grupo LVMH que los modelos con esfera esqueletada tienen un clarísimo aire de familia (como se puede ver aquí y aquí). Es un estilo criticado por muchos pero apreciados por muchos más.

La esfera calada lucha denodadamente para seguir recordando a la tradicional de El Primero, y también lucha porque la legibilidad sea más o menos admisible, pero francamente sin mucho éxito. Sólo en determinadas posiciones se ven bien las manecillas salvo a oscuras, gracias a la Super-LumiNova. Pero imagino que el reloj no se ha hecho para gustar a los más fieles seguidores de El Primero, sino para atraer a nuevos clientes que quieren un reloj moderno y  a quienes les seduzca un reloj deportivo que además pueda medir la centésima de segundo. Y la estética de la esfera esqueletada es muy apreciada en estos tiempos. En puridad y desde el punto de vista comercial Zenith hace bien, porque está claro que de los fieles seguidores de la marca no se vive hoy en día. Desde luego no el caso de Zenith. Hay que llegar a más público para garantizar la supervivencia. Y si le estamos pidiendo que innove luego no se le puede decir que haga otro El Primero exactamente igual que siempre, ¿no?

Para respetar los códigos más tradicionales los aficionados tienen la versión de esfera cerrada, que combina una presencia muy potente por su tamaño con el clasicismo de la esfera satinada en gris. A mí es la que más me gusta, la verdad. No es un El Primero tradicional, pero conserva los tres registros juntos a las 3, 6 y 9 y la forma de la caja es como la de los primeros modelos del cronógrafo.

Si nos fijamos en el movimiento podemos ver que el escape del sistema horario está en el frontal (que es algo muy habitual en la relojería clásica), mientras que el del cronógrafo está del lado del movimiento, así que resulta muy fácil ver ambos en funcionamiento. Los escapes están hechos con una nueva aleación llamada Carbon-Matrix Carbon Nanotube. Es decir, nanotubos de carbono con matriz de carbono. Ni idea de lo que significa ni de las ventajas que tiene (salvo «más resistencia», según dice la marca), pero ya sabemos que Hublot ha sido siempre alumna aventajada en esto de la experimentación con materiales y por lo que se ve también se va a aprovechar en Zenith (y nuevamente hacen bien).

En la esfera, debajo de las 12, aparece el indicador de reserva de marcha del cronógrafo, que se da cuerda girando la corona en el sentido de las agujas del reloj. Cuando se pone en marcha el cronógrafo se puede ver cómo la trotadora central da un giro completo cada segundo, mientras que la subesfera a las 6 es un contador de 60 segundos. A las 3 hay un contador de 30 minutos. Hay que escuchar el sonido del cronógrafo al funcionar porque es particularmente llamativo.

Como decía antes el Zenith Defy El Primero 21 en la muñeca tiene una presencia más que poderosa. Da sensación de ser más grande de lo que es, por la forma casi de cojín que tiene la caja. Es uno de los relojes que recomiendo probar antes de comprar porque su tamaño no es para todas las muñecas.  Los precios son de 9.700 euros para la versión de titanio y de 11.500 euros la de aluminio ceramizado. Más información en Zenith.es.

 

Salir de la versión móvil