El nuevo A. Lange & Söhne 1815 Chronograph en oro rosa es un ejemplo perfecto de cómo a Lange le basta tocar levemente un reloj para convertirlo en una pieza de deseo que parecía no existir antes.
Puede parecer que después de la gran pieza del SIHH 2018, el Triple Split que ya vimos con fotos en vivo, este 1815 Crono es una pieza menor. Y es verdad que no aporta ninguna novedad significativa, pero no deja de ser una notable adición a la familia porque desde que apareció en 2004 se convirtió en uno de los modelos favoritos por los aficionados, y con razón: tenía una estética perfecta, unas formas ideales para marcar todas las casillas que caracterizan a los relojes tradicionales (39,5 mm de diámetro y 11 mm altura) y un calibre considerado como uno de los mejores del mercado.
El reloj ha tenido diversas evoluciones. Originalmente llevaba un pulsómetro, que es por supuesto completamente inútil en estos días, pero con un delicioso aroma retro que nos gusta a todos. Después el pulsómetro desapareció, pero resurgió en una preciosa versión blanca y azul para boutiques. El año pasado lo vimos en oro blanco y esfera negra, arrancando aún más aplausos que la versión boutique.
Ahora se lanza en oro rosa y la misma esfera completamente negra. Es verdad que ya existía esa combinación, pero la esfera era de tipo «Panda» con las dos subesferas plateadas. Ahora el traje es completamente negro, y le favorece mucho. De hecho entre la faz que presenta y sus hechuras pasa sin ningún problema la reválida exigida a los relojes de vestir. ¿Tienes una cena de gala? Lo puedes lucir sin problemas. O quizá con problemas para quien lo ve pero no lo tiene (ese sería mi caso, desafortunadamente).
Da la casualidad de que ocupa el mismo espacio el escrito «A. Lange» que «& Söhne», de manera que las dos secciones del nombre se colocan a cada lado de las 12 horas. La simetría es muy importante en este reloj, siendo así que la parte izquierda de la esfera es idéntica a la derecha, salvo, claro está, por la escala del pulsómetro. De esta forma el efecto final es de una belleza que trasciende el tiempo que marca.
Y como decía antes el reloj se mueve gracias al excepcional calibre cronógrafo flyback L951.5, un motor de 306 piezas y 34 joyas que oscila a 18.000 alternancias a la hora durante las 60 horas que dura la reserva de marcha. Y todo creado en una estructura visible a través del zafiro posterior y a la que mi foto no hace ni de lejos la justicia que se merece.
Como siempre ocurre con las colecciones de la manufactura, el modo en el que el A. Lange & Söhne 1815 Chronograph queda en la muñeca es sencillamente excepcional. Sus formas redondas clásicas y la disposición de las asas hacen que el reloj encuentre acomodo de manera instantánea, y es un placer llevarlo puesto. A decir verdad la combinación de oro y negro es arriesgada porque puede resultar muy de nuevo rico, pero en este caso el resultado es simplemente elegante al máximo.
El reloj está ya está disponible en las boutiques de la marca y en los distribuidores autorizados, aunque, dada la limitada producción de la manufactura, probablemente será necesario esperar la habitual lista de espera. Su precio es de 51.000 euros. Sé que es mucho dinero, pero con Lange cada euro vale lo que cuesta. Más información en ALange&Sohne.com.