Los Zenith Defy Classic suponen un paso más en la idea de Zenith de completar la nueva familia de relojes Defy, con la que quiere dar un nuevo impulso a su imagen y a la vez lanzar propuestas relojeras avanzadas. Empezó el año pasado con los Defy 21, que supuso llevar más allá al venerable calibre El Primero de manera que pudiera medir no sólo la décima, sino también la centésima de segundo, como vimos en vídeo. Después lanzó un reloj que tiene toda la pinta de crear una revolución en el mundo de la relojería: el Defy Lab, con un calibre único que consigue una exactitud de 0,3 segundos al día.
La propuesta de los Zenith Defy Classic no es tan aventurada porque está pensada para llevarse en ambientes más formales, y por tanto está obligado a ser un tanto más conservador. Por eso es que la caja mide sólo 41 mm de diámetro y 10,75 mm de altura, en vez de los 44 mm de sus hermanos de colección. Lo que sí mantiene es la misma forma casi de cojín, fabricada en titanio cepillado, que le da una presencia muy sólida, muy años 70 que lo acerca a otros relojes nacidos en la época, como el Royal Oak de Audemars Piguet o el Nautilus de Patek Philippe. Y de paso da una alternativa a los únicos relojes formales que tiene la marca, los Heritage 146 que vimos en vídeo en su versión cronógrafo.
Sin embargo el satinado del titanio se alterna con zonas pulidas a espejo, como la parte vertical del bisel y el borde de la carrura. Esto aligera la presencia a la vista y le confiere un porte más elegante.
Es en la esfera donde el Zenith Defy Classic diverge de la idea original. Tenemos por un lado una esfera cerrada clásica, decorada en un precioso azul con patrón rayos de sol. El color, el segundero central y la forma de los índices y manecillas acentúan ese aire setentero que le queda tan bien y que a la vez le da entrada en ambientes más formales.
Pero también tenemos una esfera esqueletada, algo que ya parece una obligación en cualquier familia de relojes que pertenezcan al Grupo LVMH y estén bajo el mando de Jean-Claude Biver (léase la propia Zenith, Hublot y TAG). Es una propuesta interesante porque, manteniendo las hechuras de la colección, esta versión del Zenith Defy Classic tiene un aire ciertamente distinto, pensado para aquel que, aun teniendo que llevar camisa y chaqueta, quiere algo que no sea «lo de siempre».
Y el calado de la esfera está bien pensado porque no se han limitado simplemente a abrir el dial, sino que lo han hecho a partir de una estructura satinada en gris oscuro que recuerda la estrella que representa a la manufactura (y que aparece a las 12 horas). O, si guiñamos los ojos y nos ponemos imaginativos, parece un símbolo prehistórico que representa una deidad o algo así (¿no? A mí sí me lo parece. Podría ser un tatuaje incluso).
Como siempre -o casi siempre- ocurre con las esferas abiertas, casi en la misma proporción en que se consigue profundidad se pierde legibilidad. Según dé la luz y esté inclinado el reloj leer la hora puede llevar más tiempo que en la versión cerrada. No es en absoluto ilegible, pero tampoco es una lectura instantánea.
Y si hablamos de leer la fecha, hay que considerar seriamente mirarla en el móvil. Por lo menos hasta que te acostumbras a buscarla en el reloj. Aún así hay que reconocer que esta versión resulta muy atractiva, a lo que contribuye no poco el haber mantenido el borde exterior en azul: da cohesión a la esfera y tiende un lazo de unión estética hacia su hermana cerrada.
Donde no hay problema de lectura es en la oscuridad, ya que el tratamiento con Super-LumiNova de manecillas e índices es intachable. De hecho es cuando mejor se lee la esfera esqueletada, debo reconocer.
Los Zenith Defy Classic llevan por dentro un calibre Elite 670, una familia de movimientos que se lanzó en 1994 y que se mueve a 4 hercios y tiene una reserva de marcha de 48 horas. Sin embargo para esta versión integra por primera vez con un escape de áncora de silicio, visible a través de los puentes abiertos. Como es habitual en Zenith el rotor tiene forma de estrella.
Las dos versiones de esfera del Zenith Defy Classic pueden venir con una correa azul de aligátor, en cuyo caso tiene un precio de 5.500 euros para la esfera azul o de 6.500 euros para la versión esqueletada. También está disponible una correa de caucho como la que hemos visto aquí, que tiene un precio de 5.500 y 6.100 euros respectivamente.
Por último y más interesante está el brazalete de titanio, que en mi opinión le queda espectacular al reloj (y que me recuerda un tanto al de los Bulgari Octo Roma). En este caso el precio es de 6.500 euros para la versión clásica y de 7.100 euros para la de esfera calada. Lo que es incuestionable es que con cualquier configuración el reloj no decepciona. Más información en Zenith.es.