Seguramente estos Bell & Ross BR V2 Steel Heritage son ahora mismo lo más vintage que tiene Bell & Ross en su colección llamada así, Vintage. Y me explico: Ahora mismo las colecciones de la 1ª y 2ª Guerra Mundial (o inspiradas en ellas) están inertes. La familia WW1 tiene tres relojes, el último de los cuales, el Guynemer, se presentó en Baselworld 2014 (se puede ver aquí en vídeo). Es verdad que además está el WW1 Edición Limitada, que también vimos con fotos en vivo y vídeo, pero en realidad está en la colección por sus formas, no por su espíritu: está inspirado en los cigarros puros (y es un reloj fantástico, por cierto). Y es de 2015.
Por su parte la colección WWII tiene sólo dos relojes, que además luchan denodadamente por recordar a los relojes del conflicto bélico. Sin demasiado éxito, hay que decir, probablemente porque los aficionados a la relojería están muy al tanto de qué relojes se llevaban durante el conflicto (más parecidos a éste). Sin embargo Bell & Ross tiene el BR V1-92 Military que vimos con fotos en vivo y que es una excelente reinterpretación del reloj militar. Pero el reloj está dentro de la colección Vintage, no en ninguna de las colecciones World War. Por eso creo que, salvo sorpresas, la colección Vintage seguirá creciendo y las otras acabarán por desvanecerse en un aire leve, como decía Shakespeare, si bien es cierto que las formas de los relojes WW1 son muy singulares y distintas a los Vintage y nuevos modelos tendrían un encaje raro en la colección. En fin, ya veremos; ahora vamos a centrarnos en los Bell & Ross BR V2 Steel Heritage.
En mayo de 2017 presenté (con fotos en vivo, claro) la tercera generación Vintage de Bell & Ross, en la que por primera vez se añadía un nuevo diámetro de caja: 38,5 mm, una medida muy versátil que puede servir tanto a hombres como a mujeres y que la casa ha puesto a funcionar rápidamente y con éxito: el Military que he nombrado arriba, los Bellytanker o los más recientes Racing Bird.
Pero las versiones existentes de tres agujas y crono también recibieron cambios, encaminados a hacerlos encajar mejor con la denominación «vintage». En primer lugar redujeron su tamaño hasta los 41 mm. Sigue siendo una medida contemporánea nada parecida a los relojes de los años 60 (que es la década que destila la apariencia de estos relojes), pero si lo unimos a la reducción de altura y a unas asas más redondeadas y más finas el resultado es un reloj mucho más compacto en la muñeca, y más elegante.
Y debo decir que por eso me sorprende que la versión tres agujas sólo esté disponible con correa de caucho (o brazalete). Cierto es que es una correa discreta, pero en mi opinión una de piel le sentaría como un guante y le daría un extra de sobriedad perfecto si va a ser un reloj de todos los días, informales o de trabajo. El brazalete, por su parte, está perfectamente desarrollado. Tiene muy buena calidad, se adapta muy bien y tiene el toque retro justo. Un acierto.
Todas las características de estos Bell & Ross BR V2 Steel Heritage son comunes a la ya citada colección inaugural de la tercera generación, salvo en un detalle que los distingue sobremanera: los índices y manecillas. Mientras que en la presentación de la familia eran blancos (¿y quizá levemente fríos?) ahora están tintados con una pátina del color de la que había en los relojes antiguos.
Hay mucho debate sobre el uso de lo que en inglés se ha dado en llamar faux-patina (falsa pátina), que los puristas aborrecen porque dicen que es un mala imitación del pasado. También les parece perfectas las manecillas Breguet, y dígame usted si eso no es del pasado. No entiendo mucho el debate, si te digo la verdad. Yo creo que, como en la moda, en la arquitectura, en los muebles, en cualquier sector creativo se utiliza todo aquello que está disponible. Siempre que el resultado sea bueno, ¿por qué negarse? Yo tengo este archivador que está basado en el suelo de este cuadro del siglo XV. Nadie me ha dicho que eso una utilización inapropiada de un motivo estético del pasado, pero en fin. Las eternas -y a menudo fútiles- discusiones de los aficionados a la relojería.
El caso es que a los dos Bell & Ross BR V2 Steel Heritage les queda muy bien porque les da un tono más cálido pero sin meterlos en el cajón de lo absolutamente retro. Además los grandes numerales e índices y las tres manecillas -junto con la leyenda en rojo de la hermeticidad- les da el toque informal necesario.
Por dentro el reloj lleva, como es habitual, un Sellita al que en la versión de cronógrafo acompaña un módulo Dubois Depraz. Así que por el lado de la fiabilidad y durabilidad se puede estar tranquilo. Además Bell & Ross ha añadido un cristal trasero, lo que es de agradecer porque nos gusta ver los motores de nuestros relojes, aunque tengan una presencia no muy excitante como en este caso.
El resultado en la muñeca es, como se puede ver, muy bueno. Se llevan perfectamente y sin mayores problemas con los puños de las camisas, así que se enseñan cuando se quiere y se ocultan cuando es necesario. Los Bell & Ross BR V2 Steel Heritage están ya disponibles en la e-boutique de la marca y en los comercios del ramo, y los precios son de 2.600 euros para la versión tres agujas y correa de caucho, mientras que el brazalete añade 300 euros. En el caso de la versión cronógrafo el precio de la versión con correa de caucho es de 3.900 euros. Si se quiere con el brazalete que hemos visto en estas fotos, el precio es de 4.200 euros. Más información en Bell&Ross.es.
