En el pasado SIHH 2018 Montblanc presentó estos Montblanc 1858 Automatic Chronograph, que no hacen sino acercar un diseño y un espíritu que está teniendo mucho éxito entre los clientes por su gran interpretación de los relojes que en su momento producía Minerva, la pequeña y gloriosa manufactura que fue adquirida por Richemont y posteriormente «cedida» a Montblanc para dar mayor sustancia a su producción relojera. Y desde que eso ha ocurrido Montblanc no ha hecho sino mejorar y afinar cada vez más su oferta. Primero de la mano de Jérôme Lambert y ahora bajo la dirección creativa de Davide Ceratto, además de la nueva dirección de Nicolas Baretzki.
En 2015 vimos en vivo el 1858 Chronograph Tachymeter, con un maravilloso -como siempre- calibre Minerva. En 2016 apareció con esfera azul y en 2017 vimos el mismo reloj pero con esfera champán, las dos preciosas y las dos se pueden ver en vivo aquí.
Esto no hizo sino crear un deseo por una pieza que lógicamente estaba al alcance de muy pocos. Ahora, de manera muy inteligente, nos llegan estos Montblanc 1858 Automatic Chronograph que viene a cubrir esa deseo.
Lo que ha hecho Montblanc es muy sensato. Ha tomado los elementos que distinguían al Monopusher -y de hecho a los relojes tradicionales de Minerva- y los ha actualizado lo suficiente como para que encajen en los nuevos tiempos sin perder su aroma.
Así, la caja es de 42 mm de diámetro y de 14,55 mm, lo que sin duda lo aleja de los relojes pequeños de entonces. Es más, lo convierte en una sólida presencia en la muñeca. La caja es de acero o de bronce (como el año anterior); esta última con el tiempo desarrollará una pátina que hará de cada reloj una pieza única.
En la esfera de los Montblanc 1858 Automatic Chronograph se reproducen los elementos del Monopusher, pero sin el taquímetro. Así queda un dial más despejado y rebaja la deportividad para acercarlo un poco a instancias más formales.
Siguen estando las manecillas de catedral y los numerales arábigos, así como un doble registro (más grande y moderno que el del Monopusher) para el pequeño segundero y un contador de 30 minutos. ¡Y sin fecha! Todo un detalle de la marca para no romper con la estética retro. En la versión de bronce tanto las manecillas de horas y minutos como la del cronógrafo son de oro rojo, mientras que las de las subesferas están chapadas en oro rojo. El tratamiento con Supre-LumiNova es impecable.
Para mover toda la información se ha recurrido a lo que Montblanc llama calibre MB 25.11, que no es sino el Sellita SW-510, un sólido calibre basado en el 7750 pero modificado para suprimir el contador de 12 horas y la fecha, como ya he dicho. A pesar de un calibre genérico (4 hercios y 48 horas de reserva de marcha), el reloj pasa el test de 500 horas. El calibre no se ve porque el reloj lleva un fondo grabado. El reloj tiene una hermeticidad asegurada hasta 100 metros.
El Montblanc 1858 Automatic Chronograph se ofrece con una correa «vintage» para las dos versiones, pero además existe una versión de correa NATO gris y negra. Yo no soy mucho de este tipo de correa, pero la verdad es que en esta ocasión le queda mejor que la correa de cuero, en mi opinión.
Los dos modelos Montblanc 1858 Automatic Chronograph están disponibles en la tienda online de la casa, además de en sus boutiques y distribuidores. El precio de la versión esfera negra y NATO es de 3.990 euros. En cambio, si se prefiere la versión con esfera champán hay que pagar un precio de 4.800 euros. Hay más información en Montblanc.es.