La idea se expuso por primera vez el pasado 5 de octubre: Baselworld estaba dispuesta a coordinar sus fechas con SIHH «si la industria así lo pedía». Obviamente era un adelanto de la noticia de hoy, según la cual SIHH y Baselworld se celebrarán seguidas. El SIHH tendrá lugar del 26 al 29 de abril, mientras que Baselworld se extenderá desde el 30 de abril al 5 de mayo.
En primer las palabras oficiales de SIHH y Baselworld: «Nuestros dos eventos siempre han sido diferentes, pero complementarios. Resincronizarnos con Baselworld confirmará aún más a Suiza como el principal destino del mundo para la relojería. Esto es algo a lo que damos la bienvenida de todo corazón porque es nos interesa a todos» -declaró Fabienne Lupo, Presidenta y Directora General de la Fondation de la Haute Horlogerie, que organiza el SIHH.
Por su parte, Michel Loris-Melikoff, Director de Baselworld, ha dicho: «SIHH y Baselworld están trabajando para la industria y sus clientes. Hemos buscado el diálogo con el SIHH y juntos hemos encontrado una solución que beneficia a los visitantes, los medios de comunicación y a toda la industria enormemente. Esta unión entre las dos exhibiciones más prominentes de la industria significa un gran logro para el futuro».
Es evidente que del tándem SIHH y Baseworld la más beneficiada es Baselworld. El Salón de Ginebra, a pesar de haber tenido algunas bajas, es una presencia consolidada y sobre todo goza de gran prestigio, especialmente cuando se la comparaba con Baselworld. Como siempre he dicho, el SIHH es un Salón, Baselworld es una feria. El trato es muy diferente, como ya expliqué en este artículo. Por eso todas las marcas quieren estar en él lo que, por cierto, pone en peligro su propia esencia porque ahora es tal el número de empresas que exponen que no se pueden abarcar todas (como pasa -o pasaba- en Baselworld-).
Es también muy claro que el movimiento de Baselworld obedece a la presión de sus principales expositores: el Grupo LVMH (TAG Heuer, Zenith, Hublot y Bulgari), Rolex (y Tudor), Chopard y Patek Philippe. Ellos sí veían claramente el declive de Baselworld, y por ejemplo desde hace años Hublot alquilaba una planta en el Hotel Kempinski de Ginebra y un barco que anclaba en el lago de la capital para atraer a los periodistas, distribuidores y clientes que están allí por el SIHH. Ahora ya no le va a hacer falta hacerlo.
Ni LVMH ni Rolex ni Patek se iban a integrar nunca en el SIHH porque su estilo no les permite ser igual que los demás. Pero eso no quiere decir que no sean inmunes a la caída de visitantes de Baselworld, así que el subirse a la grupa del salón de Ginebra era un movimiento lógico. Nótese que, siendo Baselworld mucho más grande, se celebrará primero el SIHH y luego Baselworld. Eso te da una idea de la posición de poder de uno y otro.
Es evidente que para los visitantes que vienen de fuera de Europa, el unir dos ferias va a suponer un ahorro de costes en los billetes aéreos. En términos de tiempo también, aunque más escaso: te ahorras dos o tres días (si vienes de América o Asia), pero a cambio estás más tiempo seguido fuera de tu trabajo, lo que también hay que tenerlo en consideración, al menos como periodista.
Hay que tener en cuenta que se unen el SIHH y Baselworld, pero cada una se mantiene en su propio lugar. Basilea está a 250 km de Ginebra. Eso significa combinar vuelos para salir desde Basilea -que no tiene tantas conexiones como Ginebra- o con el de Zurich. Y luego está el asunto de los hoteles y restauración, que sigue siendo un problema pendiente. Ginebra en eso está mejor porque tiene una oferta mucho mayor (sin que en ningún momento se nos ocurra usar la palabra barato, por supuesto).
Y no olvidemos que mucha gente -tanto clientes como particulares como periodistas- van al SIHH invitados, sin coste para ellos. ¿Cómo se coordina eso ahora? ¿Le van a decir a la organización que le consigan un billete con llegada a Ginebra y con salida desde Zurich 6 días después de que acabe el SIHH? ¿Obligará esto a que se coordinen SIHH y Baselworld en cuanto a invitaciones? No veo yo a la feria de Basilea con fondos como para hacerlo, lo que llevará a mucha gente a ser muy selectivos.
Esto tiene una consecuencia muy negativa para las marcas pequeñas de Baselworld: la gente que venga del SIHH elegirá muy bien a quién va a visitar para hacer su estancia lo más breve posible, lo que significa que los paseos para «ver la feria» se reducirán drásticamente y por tanto muchas marcas pequeñas perderán valiosos visitantes, tanto de la distribución como de la comunicación. Eso ahondaría en la crisis de Baselworld porque habría más abandonos. Pero sin duda lo que está en la cabeza de la organización ahora mismo es conseguir que, con esta nueva configuración, vuelva el Grupo Swatch al salón. Ahora tiene mucho más sentido el retorno, la verdad.
Hay una última cosa que me llama la atención: muchos fabricantes se quejaban de que, como Baselworld es en marzo, luego estaban muy apretados para la producción de los relojes presentados. Pues no debía ser tan así, porque lo han atrasado al segundo trimestre del año. No lo entiendo, la verdad. Salvo, claro, que la presentación a sus distribuidores se haga a principio del año y las ferias, como ya dije, se orienten cada vez más al cliente final. Y, de cara a la prensa, a comunicar más la «filosofía» de la marca, mientras que el producto se comunique de otra forma.
En fin, todavía es pronto. Nos queda todo 2019 para ir viendo cómo se aclara -esperemos- el panorama.