El pasado SIHH 2018 Baume & Mercier dio un paso adelante muy importante en su empeño por reclamar un sitio más significativo dentro del Grupo Richemont al que pertenece y, más importante aún, en el terreno de juego de los relojes de lujo accesibles. A mí los Clifton siempre me han gustado mucho, y de hecho son los relojes más importantes de la casa. Pero tras el éxito que tuvo su aparición, con el paso de los años y la rápida mejora de la oferta de la industria, no tenían argumentos suficientes para convencer a los aficionados relojeros y resultaban demasiado caros para el consumidor normal, más atraído por las marcas convencionales. Esto cambió con la introducción de los Clifton Baumatic que vimos en vídeo porque el calibre sí que tenía muchos argumentos para ser considerado como un potente contendiente contra otros relojes de su rango, e incluso por encima. El nuevo Baume & Mercier Clifton Baumatic Perpetual Calendar quiere consolidar esa idea ofreciendo una alta complicación en una caja de oro con un precio por debajo de cualquier otro del mercado.
En realidad ya hubo un Clifton de oro con calendario perpetuo. Se presentó en 2017 en edición limitada que nunca llegué a ver en vivo y que respondía a ese mismo deseo de dotar de solidez a la colección. De hecho hubo incluso un Clifton Tourbillon Volante. Es de entender que B&M va a ir sustituyendo todos sus modelos Clifton por Baumatics; es decir, sustituir los calibres base por el calibre Baumatic, y la estética de las esferas anteriores por la actual.
Esto es beneficioso para el modelo por la mejora ya citada, pero también para el Baume y el grupo en general porque la producción es interna, sin dar dinero a ganar a otros. Idealmente debería bajar el precio también, pero en realidad no lo hace. Aunque es de justicia reconocer que el calibre es mucho más capaz que el usado en la versión anterior.
El Baume & Mercier Clifton Baumatic Perpetual Calendar tiene una caja de oro rojo de 42 mm de diámetro y 12,1 mm de altura. Por su tamaño -especialmente la altura- no es absolutamente de vestir, pero es que los Clifton siempre han querido tener un aire no tan serio, más potente que sus hermanos Classima. Aún así el reloj se lleva puesto sin ningún problema.
La esfera del nuevo calendario perpetuo se ha modificado con respecto al anterior para hacerla más elegante: se han sustituido los numerales por índices aplicados y facetados, se ha suprimido el relieve de las subesferas para conseguir una superficie más suave y el disco de fase lunar se ha enriquecido con más textura. A cambio se ha añadido el nombre «Baumatic», que a mi gusto recarga innecesariamente el sur del dial.
Como el calibre Baumatic nació con segundero central, así es también en este modelo. Eso da más vivacidad a una esfera que de otro modo es muy estática. Donde también se nota mucha diferencia y hace del conjunto una estampa armoniosa, bella y elegante es en el lacado de la esfera. B&M la ha hecho de un blanco roto que le da calidez y una sensación muy agradable de suavidad y delicadeza que recuerda a la porcelana, perfecta para una alta complicación como el calendario perpetuo. Sobre ella el oro hace muy buen contraste, como también las manecillas azules utilizadas para señalar los datos del calendario.
Para la indicación de horas, minutos y segundos se han mantenido las manecillas con forma de lanza -también facetadas y doradas- y los minutos múltiplos de 5 para acentuar la idea de precisión.
El calibre mantiene las características de los Baumatic: volante de silicio, 5 días de reserva de marcha, antimagnetismo (hasta 1.500 gauss, más que suficiente para la vida diaria), precisión cronométrica (-5/+6 segundos) y durabilidad, ya que no es necesario darle servicio durante 5 años. Sobre él se ha acoplado un módulo con la función de calendario. A través del zafiro posterior se puede ver la decoración del calibre, con perlado y acanalado en platinas y puentes. El rotor está dorado, pero en este nivel de precio se hubiera agradecido un aspecto menos industrial.
El Baume & Mercier Clifton Baumatic Perpetual Calendar tiene un precio de 22.000 euros, una cantidad por la que no se encuentra un calendario perpetuo de oro entre ninguno de las casas conocidas. Tiene la competencia de Frederique Constant, que es la oferta más barata del mercado -y de manufactura-, pero la caja no es de oro sino sólo chapada en oro, y la esfera no es ni con mucho tan elegante.
Pero su peor competencia, creo yo, está dentro del propio Grupo Richemont: el Jaeger-LeCoultre Ultra Thin Perpetual -en acero, eso sí- tiene un precio de 20.600 euros, pero con calibre de manufactura y los acabados a mano que distinguen a JLC. Hacer el Baumatic en oro es una buena idea para tener un reloj con aplomo suficiente como para encabezar la colección, pero yo creo que si B&M lo lanzara en acero y le rebajara unos 7 u 8.000 euros sería un auténtico bombazo. Esperemos. Más información en BaumeetMercier.es.