Con tres semanas de separación es más sencillo poner perspectiva a cualquier acontecimiento, y eso también es aplicable para el SIHH 2019. Este año no ha sido especialmente pródigo en novedades, pero sin embargo sí que ha habido modelos muy llamativos por uno de sus mejores atractivos: la belleza. Recordemos que George Daniels, el maestro relojero británico que inventó el escape coaxial (después manufacturado con enorme éxito por Omega, como ya sabemos), decía que lo más importante de un reloj era su esfera. Esto puede parecer extraño porque siempre hablamos de los calibres, de su precisión y de la información que proporcionan como fiel de la balanza que marcará de qué lado cae la reputación del reloj. Pero un reloj es mucho más, y es sobre todo sentimiento: si no nos gusta un reloj por su presencia nunca nos va a gustar por su mecánica.
LA POLÉMICA
Y son las esferas el centro de lo que ha ocurrido en el SIHH 2019. Ha sido una feria en la que la gran protagonista, para su desdicha, ha sido Audemars Piguet y su nueva colección Code 11.59. Se había creado una gran expectación -muy alimentada por la marca en lo que ahora se considera el nuevo oráculo de Delfos, las redes sociales-, porque era la colección que iba a tomar el relevo del Royal Oak para llevar la marca más allá en el final de esta década y durante la siguiente. Tan segura estaba la manufactura (y más concretamente su director general e impulsor creativo, Bennahmias), que la colección apareció antes de que abriera el Salón. Y entonces fue el diluvio.
Audemars Piguet CODE 11.59 by Audemars Piguet
A Audemars Piguet llevamos un montón de tiempo pidiéndole que saque un reloj nuevo y, tras varios años de espera, ha lanzado la colección Code 11.59, un nombre que, a primera vista, resulta confuso. La marca indica que Code significa Challenge (desafío) Own (patrimonio) Dare (atreverse) y Evolve (evolucionar). Y además está 11.59, que representa el minuto antes del cambio de un día a otro. En general cuando hay que explicar mucho un nombre el objeto explicado se resiente. Y además yo creo que en este caso sobra ese 11.59 que no dice nada y encima es complicado para las redes sociales.
Pero sin duda lo peor de todo, con diferencia, es que los relojes no se leen. Es dificilísimo saber qué hora es en prácticamente cualquier situación, lo que no puede ser más desafortunado. Y lo es porque ese gravísimo defecto ha ensombrecido las cosas buenas (muy buenas) que tiene el reloj: unas cajas excelentes que mezclan las formas rectas con las curvas y con unos acabados exquisitos y, sobre todo, un -¡por fin!- movimiento cronógrafo integrado, algo que se le había reclamado a AP desde hace tiempos inmemoriales.
Pero como digo todo ha pasado a un segundo plano porque además, como AP se ha querido lanzar en las redes sociales, la crueldad de internet se ha vuelto contra ella. Es desde luego muy fácil insultar o hacer burla de alguien en las redes sociales porque sale gratis; pero si encima das argumentos sólidos para hacerlo… Y encima se ha lanzado toda la gama, con lo cual el desastre se multiplica por seis.
Audemars dice que estos relojes sólo se van a vender en sus boutiques y en sus AP House, y que ahora van a lanzar sólo 700 unidades y en total en el año sólo 2.000. Yo no creo que lleguen a eso. Los distribuidores están muy molestos con la política de AP de deshacerse de ellos para concentrar las ventas en, como digo, las boutiques propias. Pero en este caso están contentos porque no les obliguen a vender unos relojes que están muertos al nacer.
¿Tiene esto alguna solución? Desde luego la inversión que ha realizado AP para esta colección ha tenido que ser muy alta, así que dudo que vayan a deshacerse de los mecanizados que tengan para fabricar las cajas o los cristales curvos (tanto si lo hace AP como si lo hacen proveedores externos para ellos). Pero desde luego van a tener que pensárselo muy bien para poder relanzar los relojes el año que viene. El nombre tiene que cambiar. «Code» es un nombre bonito, fácil de pronunciar y de memorizar. Y AP tiene capacidad más que suficiente para diseñar una esfera distinta y atractiva. Hace falta saber si después el mercado va a aceptar un reloj que ha nacido estigmatizado. Ya veremos.
EXCEPCIÓN TÉCNICA
Vacheron Constantin Twin Beat Perpetual Calendar
Ya hablé de este reloj en este artículo con vídeo, que recomiendo leer para entenderlo en su totalidad. Baste decir que haber creado un motor con doble volante que funciona cada uno a una velocidad distinta a elección del usuario, que el salto de uno a otro no provoca pérdida de precisión y que la menor frecuencia permite una reserva de marcha de 65 días, es un logro notable. Por supuesto que el precio lo hace inalcanzable, pero significa por un lado que Vacheron reclama su posición como una de las grandes y, por otro, que todavía queda mucho por hacer en la relojería. Enhorabuena de nuevo.
Jaeger-LeCoultre Master Grande Tradition Gyrotourbillon Westminster Perpétuel
Otro reloj del que ya se habló y se escuchó en este artículo. Una proeze creativa de Jaeger-LeCoultre que ha metido en un reloj un montón de golosinas relojeras. Desde su famoso Spherotourbillon a un calendario perpetuo y un repetidor de minutos con sonido Westminster y sistema de fuerza constante. Una de esas piezas con las que siempre se sueña, y es únicamente en sueños donde se alcanza.
Moser Swiss Alp Watch Concept Black
No es desde luego revolucionario, pero el atreverse a presentar un reloj sin manecillas y que depende sólo del sonido para dar la hora merece ser nombrado.
BELLEZA
Decía al principio que el SIHH 2019 ha destacado particularmente por la belleza de las esferas de algunos relojes. No olvidemos que los relojes nos entran por los ojos y por eso los relojeros siempre prestaron especial atención al diseño y la decoración de las esferas.
Así, podemos citar al Bovet Récital 26 Brainstorm Chapter one con su caja completamente de zafiro que deja a la vista las fases lunares en los dos hemisferios, la reserva de marcha a las 4, el tourbillon volante a las 6 y la gran fecha a las 8 horas. O el Laurent Ferrier Bridge One, con su delicada y a la vez masculina esfera blanca.
Sin duda otro de los relojes que merece la pena destacar es el Ferdinand Berthoud FB-1 Oeuvre d’Or, una versión de su primer modelo -que ganó el Gran Premio de Ginebra de 2016- en la que se ha buscado trabajar la esfera para conseguir una apariencia de los relojes de la época del maestro relojero. El resultado es espectacular porque consigue el efecto que buscaba y además resulta muy bello.
También merece la pena destacar el nuevo reloj de mesa de MB&F, llamado Medusa (así, en español), con una cúpula de cristal de Murano. Además se puede colgar del techo, pero es mucho más bonito en la mesa.
Pero sin duda el reloj que más ha llamado la atención en el SIHH 2019 ha sido el Hermès Arceau L’Heure de la Lune, una belleza que además presenta un mecanismo muy original: las dos subesferas de las horas y minutos y de la fecha van girando alrededor de la esfera, de manera que crean la complicación de fases lunares en el hemisferio norte y sur. El reloj más deseado de la feria para muchos (también para mí).
Por supuesto ha habido muchos más relojes: IWC ha presentado una colección de relojes de aviador muy potente, Panerai ha cambiado su estrategia para crear series limitadas que incluyen una «aventura», Ulysse Nardin ha creado un Freak mucho más asequible… Son relojes de los que iremos hablando poco a poco en la web. Veremos cómo evolucionan las colecciones que hemos visto en el SIHH 2019.