Ferdinand Berthoud es el resultado del deseo y el empeño de Karl-Friederich Scheufele (dueño también de Chopard, como ya sabemos) por traer de nuevo a la palestra al relojero del mismo nombre. Y no de cualquier manera, sino presentado unos relojes absolutamente inusuales y de una altísima relojería. Tanto es así que el primer reloj que lanzó, el FB 1 que vimos en vivo, ganó ese mismo año el Aiguille d’Or, el máximo premio otorgado en el Gran Premio de Relojería de Ginebra. Una hazaña al alcance de muy pocos. Después llegó el FB-1 R.6-1, que vino a confirmar que el buscar nombres pegadizos y atractivos no es una de las prioridades de la manufactura. Sin embargo el reloj era más que bonito e interesante, tal como se puede ver en las fotos en vivo. En el SIHH 2019 FB vuelve al primer modelo, pero para presentarlo con una técnica decorativa inusual que cambia notablemente su presencia: los nuevos Ferdinand Berthoud “Oeuvre d’Or”.
Los dos Ferdinand Berthoud “Oeuvre d’Or” mantienen las mismas medidas que el original: 44 mm de diámetro y 13 mm de altura. El diseño se basaba en el reloj astronómico No. 3, diseñado por Ferdinand Berthoud pero ensamblado en París en 1806 por su estudiante, Jean Martin (es el que se ve aquí). Es por cierto un reloj que actualmente está en la colección del museo L.U.CEUM, que pude ver en mi visita a la manufactura de Chopard.
La diferencia entre los dos relojes está en el material de la caja y la esfera. Uno de ellos se ha realizado en oro rosa -con esfera a juego- y el otro en oro blanco y esfera de oro amarillo que, por primera vez en la casa, lleva diamantes incrustados. Los diamantes van en la corona y en los laterales, donde las versiones originales y esta de oro rosa llevan unas portillas para poder ver el interior del calibre.
Para decorar la esfera se comienza con una superficie de oro (rosa o amarillo), en la que se practica un graneado muy fino utilizando un punzón. A continuación se utiliza una herramienta especial, una especie de buril pero de cabeza plana para aplanar los grabados. El resultado es que cuando la luz incide sobre la superficie del reloj el reflejo es como el de las pátinas de oro envejecidas. Realmente bello y llamativo.
Si damos la vuelta al reloj podemos admirar nuevamente el calibre FB-T.FC3, que tiene un tamaño de 35,5 de diámetro y 7,96 mm de altura, debido a su construcción como la de un cronómetro marino. Late a 21.600 alternancias a la hora durante las 53 horas que dura la reserva de marcha, que además se entrega de manera constante gracias al mecanismo de huso y cadena. Y además el volante está guiado por un tourbillon. Y, para rematar, está certificado por el laboratorio COSC.
El calibre es el que ya conocíamos, pero su decoración no: tiene un patrón de pirámide. Los puentes se trabajan con un punzón a mano alzada, lo que demuestra la maestría de los grabadores de la manufactura. En total el calibre tiene 1.119 piezas.
En resumen, los Ferdinand Berthoud “Oeuvre d’Or” añaden al modelo existente un nuevo destilado de maravilla técnica, esta vez enfocada en la decoración. El precio va acorde con la exigencia de su construcción: la versión de oro rosa cuesta 258.000 francos suizos, mientras que la versión de oro blanco tiene un precio de 282.500 francos suizos. Ambos están limitados a 5 unidades. Más información en FerdinandBerthoud.com.