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Longines 1832 Moon Phase. Fotos en vivo y precio

El Longines 1832 Moon Phase

Longines ha creado una nueva familia de relojes a la que ha llamado 1832. Hasta ahora sólo existía un tres agujas, pero acabo de acudir a la presentación de un modelo que va a pegar mucho: el Longines 1832 Moon Phase. La cifra hace referencia al año de creación y, sinceramente, se agradece la simplicidad, porque ya sabemos que las marcas suizas son muy dadas a los nombres largos. Sin embargo las piezas de esta colección no quieren ser una recreación de los primeros relojes de pulsera de la casa. De eso ya se encargan los miembros de la familia Heritage.

En este caso estamos hablando de unos modelos con una clara inspiración en los años 50/60. Es verdad que dentro de la familia Heritage ya hay relojes de este tipo, pero entiendo que Longines busca evitar un batiburrillo de estilos que al final acaba confundiendo al cliente.

Este Longines 1832 es, por su inspiración, un reloj claramente un reloj formal, pero no por ello renuncia a ser contemporáneo. Su caja, completamente pulida, tiene 40 mm de diámetro. Las asas, facetadas y con mucha presencia, son largas, lo que hace que el reloj no sea para todas las muñecas porque tiene a rebasar los límites de muñeca. ¿Lo hace por ello más incómodo? A mí personalmente me ha sorprendido lo fácil y lo bien que se lleva en la muñeca, así que no hay que acercarse a él con prejuicios.

La sensación de tamaño es incluso mayor por la esfera, que cuando le da la luz se ve prácticamente blanca. Aloja unos índices aplicados también facetados y no muy largos, lo que ayuda a esa sensación de pulcritud que transmite.

Sin embargo cuando nos acercamos a la esfera nos damos cuenta de que tiene más miga de lo que pensábamos. En realidad la esfera no es blanca sino plateada, con un graneado muy fino que le da una textura elegante, testimonio de cómo cuida Longines sus relojes. A las 6 se abre un registro con la fase lunar simple, pero efectivo. Su bisel lo conforma un disco de fecha, lo que completa la utilidad del reloj.

Cada minuto del Longines 1832 Moon Phase está marcado por un pequeño cono pulido. En los múltiplos de cinco se ha sustituido por un punto luminiscente a juego con el tratamiento con Super-LumiNova de las manecillas. Es un detalle que Longines se podría haber ahorrado en un reloj con esta inspiración retro, pero que se agradece por su utilidad.

CALIBRE PROPIO

Como es costumbre en Longines, ETA ha desarrollado un calibre exclusivamente para ella, el L899.2. Esta es una manera mucho más barata de tener algo muy similar a un calibre de manufactura. No pasaría nada si la fábrica hubiera usado alguno de los movimientos ya existentes en el catálogo de ETA, pero de esta manera consigue una exclusividad que la pone un escalón por encima de las otras marcas del grupo (y de su otra competencia).

La única referencia exacta que tengo del calibre es que tiene una reserva de marcha de 64 horas, lo que me hace pensar que es una variación del 888 (que vimos en vivo aquí). De ser así el volante se movería a 25.200 alternancias a la hora. El L899.2 está bien decorado, con acaracolado en la placa base, perlado circular en los puentes y un rotor con Côtes de Genève al que se le ha hecho un corte igual a las alas del logotipo.

DISPONIBILIDAD Y PRECIO

El Longines 1832 Moon Phase está llegando ya a las tiendas. Qué bueno es eso de que cuando se anuncia un reloj ya esté disponible, al contrario de lo que suele suceder: se anuncian y luego tardan meses (incluso un año) hasta verlos en la tienda, lo que termina frustrando por igual al comprador y al vendedor.

Se entrega con una correa de caimán y hebilla de acero, y tiene un precio de 2070 euros. Creo que podemos augurar un futuro muy venturoso a los 1832. Esperemos estar aquí para verlo. Más información en Longines.es.

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