Todavía no he encontrado nada de lo que hace Hermès que no me guste, la verdad. Y no me refiero sólo a los relojes, sino a todo lo que hace la casa. Todo parece artesano (porque en muchos casos lo es) y la sensación de que no se ha escatimado en nada dista mucho de lo que otras del mundo del lujo marcas ofrecen. Eso es así también en sus relojes, y este Hermès Arceau Grands Fonds es buena prueba de cómo los Metiers D’Art, los oficios artesanos, son innatos en la manufactura francesa.
De hecho los Oficios Artesanos son una disciplina que la casa desarrolla continuamente. En el pasado Gran Premio de Relojería de Ginebra ganó el premio precisamente de Metiers d’Art. Se puede ver en este vídeo con todos los premiados. En el SIHH 2019 pudimos ver estos dos relojes: el Arceau Awooooo que, como su nombre indica, está dedicado a un lobo aullando y que se ha plasmado utilizando esmaltado y pintura en miniatura. Y el Arceau Baobab, con una esfera pintada a mano sobre una base de ónice y con incrustaciones de nácar grabado. Dos delicadas joyas que además llevan un calibre de manufactura automático.
Como ya expliqué en el artículo con fotos en vivo del maravilloso Arceau L’Heure de la Lune, el reloj Arceau fue creado por el diseñador de la casa Henri d’Origny. Todos los Arceau tienen la misma forma de caja que recuerda a un estribo, homenaje al origen de guarnicionero de la casa, y por supuesto también este Hermès Arceau Grands Fonds. Su amplia esfera le permite prestarse a plasmar todo el saber artístico que atesora Hermès. En este caso se convierte en la base de un mosaico realizado a base de pequeños cristales. Sobre el fondo azul turquesa destaca un pez exótico de colores resplandecientes, protagonista del pañuelo «Grands Fonds» diseñado en 1992 por la artista francesa Annie Faivre.
Cada una de las esferas de esta composición en miniatura que es el Hermès Arceau Grands Fonds requiere más de un mes de trabajo. El artesano empieza seleccionando teselas de cristal de distintos colores, que corta y funde a más de 700 grados centígrados para conformar filamentos de la finura necesaria. Las minúsculas teselas se fijan con una mezcla de polvo de mármol, lima y aceite de linaza. El motivo acuático, reproducido a escala, va cobrando vida en los huecos horadados con escalpelo en la base de la esfera para insertar la tesela correspondiente.
Se da forma a los diminutos cristales de colores con una lima, y se fijan de uno en uno presionando con un tampón de madera. El decorado en mosaico requiere un mes de secado, y la superficie resultante debe ser perfectamente plana.
Por debajo palpita un movimiento de manufactura Hermès H1837 de cuerda automática, con función de horas y minutos. Se mueve a 28.800 alternancias por hora y tiene una reserva de marcha de 50 horas. La elegancia de la caja de 41 mm de oro blanco del Hermès Arceau Grands Fonds, con fondo transparente, se combina con una correa de aligátor azul zafiro que realza la tonalidad turquesa de la esfera. La correa, al igual que la esfera, el movimiento y la caja, es obra de los artesanos de Hermès Horloger.
El Hermès Arceau Grands Fonds, una nueva demostración del exquisito saber hacer de la casa se lanza en una edición limitada a 6 unidades. Hermès no ha desvelado el precio, pero seguro que quien se acerque a él ya conoce la casa, y no le va a importar. Más información en Hermès.es.