A. Lange & Söhne Little Lange 1 Moon Phase
El penúltimo homenaje a los 25 años de uno de los iconos más jóvenes de la relojería: el A. Lange & Söhne Lange 1
El penúltimo de los homenajes al Lange 1 de A. Lange & Söhne se acaba de presentar: es el Little Lange 1 Moon Phase, que cierra así la gran alfombra plateada que se ha tendido para llegar al reloj culmen, que se presentará el mes que viene, probablemente en la sede de la manufactura en Glashütte. A pesar de la innegable «germanidad» y racionalidad de la casa, las esferas lunares hicieron su aparición en la casa en 1999, y lo hicieron para quedarse. De hecho, ahora mismo hay en 13 relojes con fase lunar.
LA FASE LUNAR Y SU AJUSTE
De media le lleva a la Luna 29,53059 días (29 días, 12 horas, 44 minutos y 3 segundos) orbitar alrededor de la Tierra. Esto es de media, porque, debido a su órbita elíptica y a la fuerza gravitatoria del Sol y la Tierra, la Luna se mueve más rápido cuando está cerca de nuestro planeta que cuando está más alejada. Así que, en el transcurso de un año, la duración de las fases lunares varía. El reto para los relojes es, por tanto, desarrollar un mecanismo que se acerque lo más posible a esos 29,53059 días.
La mayoría de las ventanas de fases lunares utilizan una rueda de 59 dientes para hacer girar un disco con dos lunas. Esto ajusta el mecanismo a 29,5 días, con una desviación de 44 minutos y 3 segundos. Tras 32 meses la desviación es de un día completo. Adicionalmente, los diseños de esta complicación mueven el disco una o dos veces al día, no de manera continua. Eso provoca una desviación del ángulo de seis o de tres grados respectivamente. Esto no ocurre en el Little Lange 1 Moon Phase, ni en ningún otro Lange con fase lunar.
Por un lado, en Lange el disco de fases lunares está conectado al de la hora, de manera que siempre se está moviendo (como ocurre en la vida real). Esto está bien, pero hay algo aún mejor: el mecanismo de transmisión de Lange minimiza la desviación hasta 1,9 segundos al día, o 57 segundos por cada órbita lunar. Una vez ajustada adecuadamente, tan sólo necesitará un ajuste de un día cada 122,6 años. El mecanismo se puede ver aquí:
Además, en los modelos 1815 Moon Phase (lanzado en 1999) y el Richard Lange Perpetual Calendar «Terraluna» -de 2014-, los relojers de Lange consiguieron reducir la desviación a 6,61 segundos por cada mes lunar. Eso significa que la desviación del ciclo de la Luna es de tan sólo un día cada 1.058 años. Increíble.
El Little Lange 1 Moon Phase comparte las mismas características técnicas que ya vimos en el Little Lange 1: caja de oro blanco de 36,8 de diámetro y 9,5 mm de altura y una esfera plateada de plata maciza con impresión azul y agujas de acero pavonado. El concepto cromático continúa en un detalle característico del mecanismo: el grabado en resalte azul del puente del volante de alpaca natural lleva una representación de la gran fecha acabada como relieve, adaptada a la celebración con la fecha “25”. El reloj lleva una correa de piel de cocodrilo azul oscuro con hebilla de oro blanco.
Al igual que el resto de los relojes de la familia LANGE 1 con mecanismo de cuerda manual, el Little Lange 1 Moon Phase, presentado por primera vez en 2017, está dotado de una esfera descentrada con gran fecha e indicación de la reserva de marcha UP/DOWN. Al igual que en el Grand LANGE 1 Moon Phase “25th Anniversary”, el disco de la luna también está grabado a mano en este modelo especial. Seis estrellas y numerosos puntitos representan el cielo estrellado y forman junto con la luna dorada una escena celeste tridimensional.
El calibre de la manufactura L.121.2 está decorado y montado a mano, regulado en 5 posiciones y provisto de puentes y platinas de alpaca. Está acompasado en 21.600 semioscilaciones por hora y, gracias a su doble barrilete, sólo se tiene que dar cuerda una vez cada tres días.
El mes que viene podrá verse en vivo, y tendrá un precio de 42.300 euros (IVA incluido). Mientras tanto hay más información en A.Lange&Söhne.com.