He dicho muchas veces que donde de verdad se libra la auténtica y despiadada guerra de la relojería no es en el mundo de las complicaciones, sino en el de los relojes de tres agujas y fecha. Los relojes de pulsera cumplen ahora su centenario y la idea de que son fundamentalmente máquinas pensadas para cumplir una función básica (dar la hora) ha prevalecido durante todo este tiempo. Es esa la información -junto con la de la fecha- que busca el noventa y tantos por ciento de los usuarios de relojes. Y la quieren, además, en relojes redondos.
Una vez que se adquiere lo más normal es que sea el único para la mayoría de los usuarios y durante muchos años. Por eso es que el que compra un reloj quiere que sea lo más versátil posible, de manera que lo pueda llevar en cualquier ocasión; y que no sea excesivamente caro. Pues bien, los nuevos Tissot Gentleman vienen a ofrecer la posibilidad de tener polivalente, con un calibre a la última a muy buen precio. Y eso incluye un reloj con bisel de oro –no chapado en oro, sino de oro macizo- por mucho menos dinero de lo que es habitual.
Tissot es una fábrica de relojes que atiende a todos los segmentos del mercado y por tanto tiene una producción enorme y de todo tipo, en la que seguramente tiene un gran peso la producción de cuarzo. Pero eso no quita que tenga una notable historia tras de sí, y no hay año que no lance modelos interesantes que reafirman sus genes relojeros. Sólo como ejemplo, en 2019 hemos visto en vivo el cronógrafo Heritage 1973, uno de los cronos más atractivos de este año.
Pero es que en 2017 la casa lanzó los Tissot Ballade que también vimos en vivo. Estos relojes tomaban el movimiento Powermatic 80 -creado para la propia Tissot en 2012 (si no recuerdo mal) y que desde entonces tiene una presencia abrumadora en las marcas del Grupo Swatch- y le añadían un espiral de silicio, que mejora su estabilidad e isocronía.
Es el mismo calibre que se encuentra en los Tissot Gentleman mecánicos y que demuestra el interés de la casa en presentar un producto muy competitivo en todos los frentes: el económico, el técnico y el estético (aunque éste sea más personal).
TISSOT GENTLEMAN DE ORO
Curiosamente la historia de los Tissot Gentleman es la inversa de la habitual. Las casas suelen lanzar primero sus modelos mecánicos y de cuarzo. A veces primero sólo mecánicos, a veces primero sólo de cuarzo. Las versiones doradas son, en modelos de precio bajo, simplemente chapadas en oro o -más frecuentemente- con un tratamiento de PVD dorado. No en este caso, ya que la colección nació con los modelos de oro.
El uso del oro está limitado al bisel, pero no es un chapado: es oro macizo, con las marcas correspondientes en el canto del bisel, y con un certificado de autenticidad que da la marca. El resto de los elementos son de PVD color oro rosa, pero no desmerecen el conjunto porque están bien acabados, y el fondo de la esfera muy conseguido: Hay un negro mate, un beis moteado y un gris con decoración rayos de sol.
TISSOT GENTLEMAN ACERO
El éxito inicial de los Tissot Gentleman con el bisel de oro ha llevado a la casa a ampliar la oferta (o así entiendo yo que ha sido el proceso). Al fin y al cabo no todo el mundo quiere oro en su reloj, o no todo el mundo puede gastarse ese dinero, o las dos cosas juntas. Así que la extensión de la gama no ha ido por la inclusión de nuevas esferas, sino por quitar el oro y ofrecer el reloj sólo en acero, pero manteniendo las demás características.
Para ello ha seleccionado una esfera azul, que es sin duda la más atractiva -además de nueva- y se he repetido con la negra y con la plata, pero lógicamente sin los tonos dorados de las manecillas e índices dorados que ya había. La otra diferencia es que se ha suprimido el retículo, esas líneas cruzadas que le daban un aire tan años 50 a los modelos de oro y que remarcan la idea de precisión del conjunto.
De esa forma la esfera pierde algo de personalidad, pero gana en universalidad porque queda menos recargada. Es difícil que no te gusten esas esferas. Las que tienen retículo, sin embargo, son más restrictivas.
TISSOT GENTLEMAN CUARZO
Por último, y para los que no se quieren gastar tanto pero quieren un reloj que mantenga una buena presencia, la versión de cuarzo es una solución perfecta. Tissot ha sustituido el motor, pero no el resto de los componentes. Así que, aparte del salto de la aguja (una vez por segundo), la apariencia del reloj es la misma que la del modelo de acero. Por eso es una oferta tan interesante.
La duración de la pila está entre 6 y 8 años, que no está nada mal, y además integra el sistema E.O.L., que avisa de que se está acabando la batería de una forma visualmente muy gráfica: la aguja sólo se mueve una vez cada 4 segundos. Resulta imposible no darse cuenta de que algo pasa.
ELEMENTOS COMUNES
Todos los Tissot Gentleman comparten los mismos componentes, aunque con pequeñas variaciones en el tamaño. Los tres modelos integran un cristal de zafiro contratamiento antirreflejos sólo en las versiones de acero y bicolor, y tienen un diámetro de 40 mm, pero el modelo de acero tiene una altura de 11,5 mm, el de oro de 10,64 mm y el de cuarzo de sólo 8,52 mm. Y además las manecillas y los puntos sobre los índices están tratados con Super-LumiNova. Perfectos para cualquier situación.
Tanto las versiones de oro como las de acero integran el Powermatic 80 Silicium, cuyo nombre se debe a sus 80 horas de reserva de marcha. La decoración del calibre se limita al rotor, decorado con las tradicionales «olas del tiempo» que distinguen a los movimientos que hace Tissot.
En las tres versiones se puede encontrar un brazalete de acero con cierre de mariposa muy bien hecho, con los dos eslabones exteriores satinados y el central pulido. También están disponibles dos correas de piel, una de color marrón y otra negra, también con cierre plegable.
PRECIO Y DISPONIBILIDAD
Otro de los puntos muy fuertes de estos Tissot Gentleman son los precios, que detallo a continuación:
- Cuarzo con correa de piel: 345 euros
- Cuarzo con brazalete de acero: 375 euros
- Automático con caja de acero y correa de piel: 750 euros
- Automático con caja de acero y brazalete: 815 euros
- Automático con caja bicolor y correa de piel: 1.260 euros
- Automático con caja bicolor y brazalete: 1.325 euros
En realidad es muy difícil resistirse a una oferta así, porque los relojes quedan muy bien puestos y están aún mejor de precio. Y además están disponibles en las tiendas, así que no hay que esperar, afortunadamente. No me cabe duda de que la línea seguirá creciendo con nuevas versiones, y no me extrañaría que se convirtiera en una de las familias superventas de la casa. Más información en Tissot.es.