Sin atisbo de recuperación: la exportación de relojes vuelve a caer en mayo
Una situación cada vez más angustiosa
No hay respiro para la exportación de relojes suizos. Si el mes pasado contaba que las ventas de Hermès en su reapertura en China habían sido prometedoras, Mayo se ha encargado de borrar la media sonrisa de un plumazo. Las ventas al extranjero por parte de la industria suiza cayeron en mayo un 67,9% con respecto a mayo de 2019. En abril la caída interanual fue del 81,3%, pero difícilmente esa diferencia puede servir de consuelo a nadie.
La cifra total de exportación ha sido de 656,6 millones de francos (aproximadamente 615 millones de euros). En total, la caída en ventas en los 5 primeros meses ha sido del 35,8% Todos los segmentos y todos los países se ven gravemente afectados por la disminución. Los Estados Unidos (-79,2%), Japón (-74,2%), Francia (-76,7%), Singapur (-74,8%) y el Reino Unido (-76,7%) fueron algunos de los mercados más afectados. Como en abril, pero en menor medida, la tendencia para China continental fue ligeramente mejor (-54,6%).
Con 102,2 millones de francos, China representó el 29% del valor total de las exportaciones de relojes suizos durante el mes. Las cosas están un poco mejor allí, pero puede que no sea lo que parece; La actividad y las tendencias de ventas se están recuperando con la relajación de las medidas de distanciamiento social. Las tiendas han reabierto a medida que el gobierno promueve el regreso a los negocios como de costumbre. Pero los consumidores chinos tradicionalmente solo hacen una fracción de sus compras de lujo en casa y, más que nada, las cifras actuales reflejan la repatriación del gasto turístico.
Otro ejemplo a destacar es Japón. Un país que normalmente es el 4º en importancia para la exportación suiza y que no ha estado confinado (su constitución prohíbe ordenar algo así a sus ciudadanos y como mucho puede pedírselo por favor) sigue cayendo como si sus tiendas estuvieran todas cerradas. Es un signo claro de que, como decía San Agustín, «En tiempo de desolación nunca hacer mudanza», y que hay que dejar los caprichos para más adelante.
Y a ello hay que unir que el confinamiento vino de sopetón y pilló a las tiendas con stock, por lo que que primero se tienen que deshacer de lo que tienen para poder comprar más. Así que la situación está en un bucle muy peligroso. Angustioso diría yo. Y hace pocos días hemos visto cómo Pekín volvía a decretar confinamiento a barrios de la ciudad por el rebrote del Covid-19. Cómo le tiemblan las canillas a la industria.
Veremos a ver qué pasa en junio y julio, cuando por lo menos en Europa vuelve el turismo.