Es complicado hablar de un smartwatch cuando estás centrado siempre en los relojes mecánicos. En Horas y Minutos siempre me he hecho eco de los lanzamientos de las casas relojeras suizas y, cuando estuve en la presentación del Connected Modular (que vimos en vídeo aquí) me di cuenta de que TAG Heuer estaba absolutamente determinada a perseguir este mercado.
Recordemos que en 2019 se vendieron aproximadamente 69,3 millones de smartwatch (de los cuales sólo Apple vendió 31 millones, es decir el 45% del total). Y para 2023 se estima que se venderán más de 109 millones de unidades. La industria relojera suiza vendió 20,6 millones de relojes (por un valor de 20,5 millones de euros). Es por tanto un mercado muy jugoso que cada vez se expande más, mientras que el de los relojes mecánicos se contrae. Y la inversión en software no es ni de lejos tan alta como la que hay que realizar para fabricar relojes mecánicos, así que merece la pena seguir adelante. Y mucho.
Hay otro factor a tener en cuenta: aunque el smartwatch es un artículo barato, cada vez va aumentando más de precio. Los Apple Watch ahora comienzan en casi 500 euros y rozan los 1.000, mientras que el Apple Watch Hermès llega hasta los 1.500 euros. Eso no está tan lejos del precio del TAG Heuer Connected 2020, que empieza en 1.700 euros. Y es un TAG Heuer, que tanto nos gusta a los que nos gusta los relojes. Es una forma inteligente (y nunca mejor dicho) de ofrecer una opción al Apple Watch que seduzca a quien le gustan los relojes mecánicos y quiere probar con el mundo conectado.
¿QUÉ OFRECE EL RELOJ PARA ATRAER AL AFICIONADO?
En primer lugar, una caja de acero (aunque hay una versión en titanio), con unas dimensiones de 45 mm de diámetro y 13,5 mm de altura. El peso es de 110 gramos (que sube a 179 con el brazalete). Esto es un detalle importante, porque da sensación de reloj auténtico. Además las formas de la caja son muy del estilo de los TAG Heuer Carrera, aunque con unos pulsadores de cronógrafo más modernos e integrados en la caja. Y el bisel es cerámico. Todo el conjunto se aleja de la imagen de obsolescencia rápida de los smart watch y se pone a la altura de los TAG Heuer mecánicos.
El tacto es sólido, y la presión de la corona y los pulsadores del cronógrafo se parecen a los de un crono con rueda de pilares. Quien se haya probado un TAG sabe lo bien que se asientan sobre la muñeca, y este TAG Heuer Connected 2020 no decepciona tampoco.
El sensor cardíaco situado en la base del reloj no sobresale especialmente, y en la muñeca pasa desapercibido. Por último, el cristal es de zafiro, otro de los guiños a los amantes de los relojes. En su conjunto se nota que TAG Heuer ha pensado mucho el diseño del reloj para darle una verdadera sensación de reloj-reloj.
Losrelojes nos atraen por su forma, pero sobre todo por su esfera. Y en esto el TAG Heuer Connected 2020 viene por defecto con unas esferas que son muy TAG, y que además pueden ser personalizas hasta el punto de que va a ser difícil que coincidan dos pantallas iguales. Una de ellas tiene un aspecto del cronógrafo Heuer01 con tres subesferas en las posiciones 6, 9 y 12 horas, la fecha al as 3:30 y un indicador de reserva de marcha entre la 1 y las 3. En este caso los registros no son de un cronógrafo, sino que se utilizan para seleccionar aplicaciones que después vamos a poner en marcha pulsando sobre ellas.
La segunda esfera es la de un cronógrafo de carreras digital, que además incluye fecha y reserva de pila. Los colores son brillantes, muy ochenteros. Hay otra puramente digital, llamada Orbital, y otra que tiene el patrón del Nanograph Tourbillon. El espiral de carbono de ese tourbillon, visto al microscopio, tiene nanotubos de forma hexagonal.
Por último está la esfera inspirada en el Heuer 02, donde los registros pueden llevar manecillas tradicionales o aplicaciones. Si se eligen las manecillas tradicionales la esfera no se comporta como un cronógrafo, porque el crono auténtico del reloj tiene otra forma completamente distinta, mucho más rápida e intuitiva de ver.
Además el TAG Heuer Connected 2020 incluye una serie de aplicaciones propias muy centradas en el deporte, con aplicaciones específicas de golf -única en el mercado, con todos los campos de golf incluidos-, bicicleta, correr, y toda una serie de ejercicios específicos con retos semanales que incluso te enseñan cómo hacerlo. Recientemente la casa ha lanzado el TAG Heuer Connected Golf Edition.
Hay también, por supuesto, toda una serie de aplicaciones de salud, y llama especialmente la atención una dedicada simplemente a respirar para relajarse.
Pero además TAG Heuer ha desarrollado, dentro de la aplicación «Connected» para el teléfono, una suite completa de deportes en la que se almacenan todos los datos de cada actividad deportiva recogida por el reloj, de manera que se crea un entorno envolvente en el que el usuario no necesita salir del cosmos TAG Heuer para encontrar los datos que necesita.
Esto ha sido un empeño de Frédéric Arnault, que es el nuevo Director General de TAG Heuer, que ha entendido muy bien por qué triunfa Apple: precisamente por ofrecer todo lo que necesita el usuario dentro de su propio paraguas de marca, creando así una fidelidad a prueba de bomba. Eso mismo busca el TAG Heuer Connected, y yo creo que lo consigue.
Y, por supuesto, tienes todas las ventajas de Google: búsqueda por voz, pago, descarga de aplicaciones, etc.
Pero como estamos acostumbrados a los móviles, el reloj se tiene que mover con fluidez y sin atascos, y además tener una duración adecuada. Lo que dice al respecto la marca es:
Batería: Batería de 430 mAh con capacidad para todo el día
Vida de la batería: Uso normal durante todo el día (20 horas, incluida 1 hora de ejercicio), 6 horas de uso deportivo (con GPS, FC y música)
Tiempo de carga: 100 % en 1,5 horas a temperaturas comprendidas entre 15 °C y 45 °C
Sensores: Frecuencia cardíaca, brújula, acelerómetro, giroscopio, NFC, micrófono
Procesador: Qualcommâ Snapdragon Wearä 3100
Conectividad: BT SMART, WiFi
GNSS: GPS, GLONASS, BeiDou, QZSS
Pantalla: Pantalla OLED 1,39″ 454×454 píxeles (326 ppi)
Lo que yo puedo decir es que el uso es perfecto, fluido, sin problemas. El único retraso que he visto es cuando se cambia de cargar una esfera que ya tenía a una nueva, que tiene mucha carga gráfica, y el parpadeo cuando pasa de standby a activa.
La pantalla, cuya luminosidad es automática o manual, según se quiera, se ve muy bien.
El reloj está disponible con correas de caucho de diferentes colores, además del brazalete de acero. Cambiar de una otra es muy sencillo gracias al sistema de apertura y enganche (heredado de la segunda versión, tal como vimos en este vídeo).
Los precios son de 1.700 euros en la versión básica de acero y correa de caucho, tanto con bisel de cerámica gris o negra. La versión con brazalete sube a 1.850 euros y, si se quiere la versión de titanio recubierto con DLC negro, el precio sube a 2.250 euros.
En resumen, el TAG Heuer Connected 2020 es un muy buen producto, que sin duda va a tentar a todos aquellos aficionados a la relojería que quieran entrar en este mundo, pero que no quieran una experiencia alejada de lo que ya conocen y aprecian. Más información en TAGHeuer.es.