Exportación de relojes: apenas se intuye el final del túnel
Los datos siguen siendo abrumadores
Ya han aparecido los datos de exportación de relojes suizos en junio, y el panorama sigue siendo desolador: tan sólo un mercado (China) ha repuntado, y por ahí quiere ver la industria un principio de salida. Ojalá fuera así de sencillo.
La gráfica es clara: la caída en la exportación de relojes desde Suiza ha suavizado su curva en junio, que es como ver mover un dedo a alguien que está paralizado: no es la recuperación pero se quiere ver como un signo de esperanza. En efecto, China ha repuntado y ha crecido un sorprendente 48% Recordemos que China fue el origen de la pandemia del Covid-19, la primera en encerrarse en casa y también la primera en empezar a salir, y por tanto a consumir -si quiera moderadamente.
Por tanto las casas relojeras han decidido mandar allí todo el stock que han podido fabricar durante el confinamiento y antes de que vuelvan a cerrar por las vacaciones de verano. Hong Kong, que solía ser el punto más importante para la exportación suiza, ha caído nada menos que un 55%. Eso, tras una caída de casi el 70% en mayo, se podría casi considerar buena noticia, pero sería absurdo. Eso significa que los chinos no se van de vacaciones y el consumo se está haciendo dentro del país, que siempre es menor que cuando se sale.
Además tengamos en cuenta, como siempre digo, que una cosa es la exportación y otra las ventas finales. Una cosa es que las marcas obliguen educadamente a sus distribuidores a comprar lo que no compraron durante la pandemia, y otra es que luego esos distribuidores le den salida. Hace unos días Frederique Constant confirmaba que la empresa seguía en ERTE porque no veía signos de recuperación. Me temo que muchas otras estarán igual.
Y, como el resto de los países con peso en la balanza de la industria relojera también han caído notablemente, el resultado es una caída del 31,3%. Incluso en el segmento que tradicionalmente mejor aguanta los vaivenes, el de relojes de más de 3.000 euros, la caída está al nivel de la de los relojes de entre 200 y 500 francos suizos, que es por su parte la segunda más golpeada siempre.
Con esta pequeña recuperación la caída global en la exportación desde Suiza ha sido de un 35,1%. Las consecuencias empresariales las veremos a partir de octubre, más o menos. Y no serán agradables.