Orient, en realidad, tiene dos nombres comerciales: Orient y Orient Star. Orient se fundó en 1950 y el primer Orient Star apareció un año después. La idea más común es que los Orient Star son relojes mejor acabados y con mejores movimientos que los Orient. Quizá fuera así en el pasado, pero ahora no. Kazushi Yoshida que es la persona que Seiko Epson (que forma parte de la corporación Seiko) contrató para dirigir Orient en 2017 lo dejó muy claro en una entrevista: «Orient debe centrarse en la reactivación de activos anteriores, mientras que Orient Star debe mostrar el futuro de los relojes mecánicos». Igual calidad, distinta inspiración.
A decir verdad, si miramos la colección de Orient Star ahora mismo no es que se pueda ver nada muy aventurado que digamos. Son relojes más bien clasicones, salvo los de la gama deportiva que son más contemporáneos. Eso sí, casi todos traen la apertura para ver el volante y una reserva de marcha, que dinamiza la esfera. Por eso me han llamado la atención estos nuevos Orient Star Avant-Garde Skeleton, porque estos sí que son atrevidos y, sobre todo, atractivos.
Antes de nada, los datos para centrar el producto: caja de 43,2 mm de diámetro, 13,7 mm de altura y 49,2 mm de largo, una buena cosa para que estos Orient Star Avant-Garde Skeleton no se desborden por la muñeca. El cristal es de zafiro con tratamiento antirreflejos y la corona roscada, con una hermeticidad de 100 metros. Está fabricado en acero y puede llevar un pavonado negro o color bronce en la caja, y un bisel también pavonado en negro.
A primera vista el reloj recuerda un poco al Ingenieur de IWC (como éste que vimos en vídeo), y la esfera se da un aire a los Hublot (como éste Ibiza), pero esto último es porque las marcas del grupo LVMH (Hublot, Zenith y TAG) parece que se han adueñado de las esferas caladas. Las del Orient Star Avant-Garde Skeleton conservan los rasgos característicos de la marca: apertura a las 9 para ver el volante e indicador de reserva de marcha de 50 horas a las 12. A las 6 horas aparece el pequeño segundero sobre un fondo en hélice.
Probablemente la versión más atractiva y la que más se ciñe al espíritu del reloj es la que tiene acentos rojos, pero como siempre es una cuestión de gustos. Lo que sí gusta a todo el mundo es que el calibre sea de manufactura. El F6F44, además del aumento de reserva de marcha en diez horas sobre los calibres anteriores, tiene una apertura de volante mayor, parada de segundero y cuerda manual, además de la reconocida precisión de los movimientos de Orient, que se ha incrementado notablemente desde que está bajo el mando de Seiko Epson (sobre todo gracias a las mejores en el tren de ruedas de los calibres). Además, es visible por el cristal posterior.
Los Orient Star Avant-Garde Skeleton ya están disponibles, y tienen un precio de 1.050 euros con correa de cuero o de 1.200 euros con brazalete. Sin duda una opción a tener en cuenta. Más información en Orient.es.
