La Navidad es la época menos cristiana para las marcas de lujo porque es en la que tienen la cabeza más centrada en hacer caja. Es en Navidad cuando nos gastamos más dinero, y con toda lógica: nos gusta celebrar que hemos logrado llegar a final del año vivos, que en años como éste es, desgraciadamente, una proeza. Y por eso nos gusta celebrarlo con los nuestros regalando cosas que, si interviniera nuestro yo más sensato, no compraríamos nunca. Y como el lujo es negocio, las casas están encantadas de ofrecernos cosas que satisfagan ese deseo de regalar. Lo bueno es que, con marcas como A. Lange & Söhne, cada compra es un acierto porque te estás llevando lo mejor, y no es algo de una temporada: son valores eternos. Así son estos nuevos Lange Saxonia.
LANGE SAXONIA GRAN FECHA
Los Saxonia son los relojes de entrada de Lange (de entrada pero con varios escalones para alcanzarla, claro, toda vez que los modelos son de oro), así que normalmente se quedan un poco fuera del foco porque cuando se presentan las novedades de la casa siempre nos llama la atención más los relojes complicados que estos, más sencillos. Sin embargo Lange tiene la virtud de que pone el mismo mimo en los acabados de estos modelos que en los complicados, lo que significa que, aunque sólo (sólo entre comillas) te estés comprando un Saxonia, te estás comprando un Lange. Al contrario de lo que pasa en otras marcas. Hay que se ha comprado un Aquanaut de cuarzo pensando que ya tiene un auténtico Patek, y claramente no es así.
La única vez que ha aparecido un Saxonia en vivo aquí fue en la presentación del Saxonia Moonphase de 2016, una belleza que sigue plenamente vigente porque es una preciosidad. Y es una pena, porque son relojes que merecen mucho la pena, y con menor precio que algunos de otras marcas que no ofrecen tanto acabado y sin embargo cuestan más.
Los Lange Saxonia Gran Fecha que se presentan ahora vienen a ofrecer contraste a las dos versiones ya existentes con esfera negra. En realidad el Saxonia Gran Fecha se lanzó en 1994 así, con la esfera plateada. Pero el Saxonia de ahora es distinto al de entonces. La caja, que se presenta en oro rosa u oro blanco, tiene un diámetro de 38,5 milímetros y una altura de 9,6 milímetros, así que es un perfecto reloj de vestir, pero con la vivacidad que le otorga la gran fecha y que lo aparta un tanto de los relojes de vestir clásicos. La gran fecha se modifica gracias al pulsador a las 10 horas. Al contrario que el modelo original, en éstos los índices son aplicados y de oro macizo, biselados y pulidos. El pequeño segundero incluye una manecilla tomada de los cronómetros marinos clásicos y ofrece un equilibrio perfecto con la fecha.
El calibre de manufactura L086.8 es cuerda automática y está decorado y montado a mano. Tiene un volante con tornillos antichoque, espiral del volante de fabricación propia con una frecuencia de 21.600 semioscilaciones por hora, ajuste del volante con tornillo de ajuste lateral y muelle de cuello de cisne y ha sido regulado con precisión en cinco posiciones. Las platinas son de alpaca natural y el puente del volante está grabado a mano. Con toda la cuerda dada, tiene 72 horas de reserva de marcha.
El precio de los Lange Saxonia Gran Fecha es de 26.700 euros.
LANGE SAXONIA THIN
El Thin es la versión más sobria del Saxonia, que de por sí es un reloj muy recatado. Es la versión más pura de un reloj de vestir, ya que cumple los requisitos más exigentes: el diámetro es de 40 mm y la altura es de sólo 6,2 mm. Y por supuesto está hecha en un metal precioso; oro blanco, en este caso. Y la otra gran exigencia: es un dos agujas nada más. Es, por tanto, el reloj que se usaría en las circunstancias más formales. Para el día a día resulta más soso, porque al no tener segundero la esfera es muy estática. Y como los actos de gala suelen ser nocturnos, qué mejor que tener una representación del firmamento en la esfera, que es el efecto que produce el cristal de aventurina.
Esta variante de esfera se utilizó por primera vez en un Saxonia Thin con cristal aventurina azul, presentado en 2018. El proceso de fabricación de este cristal fue descubierto en el siglo XVII en Venecia. En este caso las láminas de vidrio se crean calentando y fundiendo el vidrio, y agregando cristales de óxido de cobre casi microscópicos durante el proceso de calentamiento, para después verterlo cuidadosamente sobre la esfera de plata. A medida que la lámina comienza a enfriarse, los cristales de cobre se saturan en el vidrio y eventualmente exudan un brillo plateado cobrizo que se parece al cielo nocturno estrellado y centelleante.
El mecanismo del SAXONIA THIN tiene todo lo que hace de un reloj un Lange típico. Con sólo 2,9 milímetros de alto, este calibre L093.1 de cuerda manual desarrollado y fabricado en la propia casa es hasta ahora el más plano de A. Lange & Söhne. A pesar de su estructura compacta ofrece una reserva de marcha de tres días. El doble montaje y el acabado artesanal de las piezas satisfacen el elevado nivel de calidad de la manufactura.
Entre las características de calidad típicas de la marca figuran la platina tres cuartos con pulido de nervaduras Glashütte y cantos biselados y pulidos. Para una armonía visual perfecta, el canto de la plaquita de cubrición con pulido plano se adapta a mano a la platina tres cuartos. El rochete y la rueda de corona están decorados con un pulido de rayos de sol. Tres engastes de oro atornillados y pulidos a mano alojan el tren de ruedas, encargado de transmitir la fuerza del barrilete al escape y órgano regulador. Bajo el puente del volante grabado a mano con muelle de cuello de cisne trabaja el volante con tornillos que oscila libremente a una frecuencia de 21.600 semioscilaciones por hora.
El Lange Saxonia Thin se entrega con una correa de piel negra brillante con una hebilla de hebijón de oro blanco de 18 quilates. Es una edición limitada a 50 unidades, con un precio unitario de 24.900 euros. Más información en Lange.com.