Nos puede la mitomanía. Poseer algo de aquellos a los que admiramos nos hace sentir como si fuéramos parte del círculo de esa persona, además de hacernos con algo que nadie tiene. Pero por supuesto tiene que ser algo particularmente significativo, algo de lo que hay muy pocas unidades. Quiere decirse que nadie pagaría (o no mucho, supongo) por la cubertería comprada por Paul Newman en Sears por 9 dólares que usaban en la cocina todos los días para desayunar. Pero si resulta que en esa cubertería está la única cucharilla que usaba Paul Newman para darle el yogur a su hijo, esa y sólo esa, entonces sí tiene un significado, un vínculo afectivo con la persona.
Y ya sabemos lo muy personal que son los relojes, ¿verdad? Pues tener algo tan apreciado por los mitos que nos encandilan como su reloj es lógico que despierte expectación. Y eso es lo que ha ocurrido en la subasta de Phillips de este fin de semana, con dos relojes que la casa llamó «icónicos e históricamente importantes».
Nota al margen: habría que definir qué es un reloj históricamente importante. El Omega Speedmaster sí tuvo un papel histórico, como ya sabemos y como conté aquí. Estos dos relojes, me temo, no han hecho nada destacado que no sea pertenecer a dos actores. Y el Heuer al menos sí fue relevante por lo innovador que fue. Pero en fin, así son las cosas. Vamos a ver los dos objetos que han convertido en noticia la subasta de Phillips.
HEUER MONACO DE STEVE McQUEEN
La década de 1960 fue un período de agitación cultural y, al igual que los cambios sociales de la época, también el mundo de la relojería se estaba preparando para un cambio radical. Con el creciente éxito de los relojes de cuarzo de Japón, los fabricantes suizos necesitaban reactivar la caída de las ventas con nuevos modelos que se adaptaran mejor a una clientela activa y creciente que pasaba más tiempo al aire libre. Introducido en 1969, el Heuer’s Monaco fue un cambio de juego. Fue uno de los primeros relojes de pulsera con cronógrafo automático del mundo, con el legendario Calibre 11 de Heuer. También fue el primer reloj de caja cuadrada resistente al agua del mundo. En la actualidad, la referencia 1133 de Mónaco es un icono entre los aficionados al cronógrafo. El diseño revolucionario creó una nueva estética, con su forma cuadrada de gran tamaño, esfera azul, subesferas blancas y agujas e índices rojos.
Diseñado por Jack Heuer, el reloj lleva el nombre de la famosa pista de carreras de Fórmula Uno. Según la confesión del propio Jack Heuer, «el reloj en su lanzamiento fue un fracaso». Pero todo cambió cuando Steve McQueen lo eligió como el cronógrafo usado por su personaje cuando comenzó el rodaje de Le Mans hace exactamente 50 años, en 1970. Hay, por cierto, un interesantísimo documental sobre el rodaje de la película, llamado «Steve McQueen: The Man & Le Mans».
Quizás el miembro más importante entre el equipo detrás de las cámaras fue Haig Alltounian, el mecánico jefe de Le Mans, así como el mecánico personal de Steve McQueen. McQueen apreció tanto a Alltounian por el papel fundamental que desempeñó para mantener a todos en el set a salvo que, en el último día de filmación, el actor le regaló uno de los Heuer Monaco que se usaron durante la filmación.
Como dijo Alltounian en el documental de 2015 que antes citaba, cuando le entregó el reloj a Alltouonian, McQueen dijo «gracias por mantenerme con vida todos estos meses». Si bien Alltounian se negó a aceptarlo y sugirió que McQueen se lo diera a su esposa o a su hijo, McQueen le dijo que no podía porque ya tenía el nombre de Haig en él, haciendo referencia a la inscripción del fondo de la caja, «To Haig Le Mans 1970». Este mismo reloj fue usado por Steve McQueen conduciendo el Porsche 917 a velocidades superiores a 320 Km/h a través del Mulsanne Straight del circuito de carreras de Le Mans. Haig lo usó sólo durante aproximadamente dos años después de recibirlo para después guardarlo en una caja de seguridad durante casi 5 décadas, admirándolo solo en raras ocasiones.
El reloj ha alcanzado un precio en la subasta de Phillips de 2.208.000 dólares. Hay que hacer notar que, cuando en 2012 salió a subasta otro de los 6 Heuer Monaco usados en la película, alcanzó un precio de «sólo» 800.000 dólares. Pero claro, no estaba dedicado por el propio actor.
ROLEX DAYTONA NEGRO DE PAUL NEWMAN
Quién no ama a Paul Newman. Excelente actor, guapísimo, amable, buen padre y mejor marido, donante a -y creador de- fundaciones caritativas… Una de las grandes, grandes estrellas entre una generación de grandes, grandes estrellas.
Fue el papel que interpretó como piloto de carreras Frank Capua en la película de 1969, Winning, donde se desarrollaría su pasión por las carreras de autos, generando una carrera completamente nueva a la edad de 47 años. A mediados de los cincuenta, encontraría un enorme éxito como empresario y filántropo. Apasionado por la cocina en su tiempo libre, la empresa de alimentos que fundó en 1982, Newman’s Own, se convertiría en una de las organizaciones benéficas más grandes del mundo. Al donar todas sus ganancias después de impuestos a la caridad, su organización ha recaudado cientos de millones de dólares.
A pesar de todos estos magníficos logros, Paul Newman era conocido por su humildad y discreción. Casi universalmente reverenciado, tenía un maravilloso aprecio por las cosas buenas, pero ciertamente no era ostentoso. Su forma de vivir la vida fue un verdadero testimonio de su devoción por la excelencia discreta. A los 83 años, el 26 de septiembre de 2008, Paul Newman sucumbió tristemente al cáncer después de una larga batalla. Su familia y su fundación continúan con su legado de generosidad.
Aproximadamente en la época en que se filmó Winning, Joanne compró el regalo perfecto para su esposo: un Rolex Cosmograph Daytona referencia 6239 con esfera «exótica», fabricado en 1968 y diseñado específicamente para el deporte del motor.
En el fondo de caja está la inscripción amorosa que Joanne había grabado para su esposo: «CONDUCE CON CUIDADO – YO» La inscripción reflejaba sus miedos como resultado de su necesidad de velocidad. Tres años antes, en 1965, Newman resultó herido en un grave accidente de motocicleta en el que se requirieron injertos de piel en su mano izquierda. Con esos desagradables recuerdos aún frescos en su mente, sentía una gran incomodidad cada vez que él salía a la pista de carreras. Ese reloj fue parte de otra subasta de Phillips, en la que alcanzó la cifra más alta de la historia: 17.752.500 dólares.
Ese Rolex desapareció de la muñeca del actor aproximadamente en 1984, una vez que recibió uno nuevo: el actual Cosmograph Daytona de esfera negra, referencia 6263, que también le compró Joanne Woodward.
Esta referencia «Big Red» 6263, con pulsadores atornillados, fue el que más usó Paul Newman -como se ve en innumerables imágenes- hasta que se lo regaló en 2008 a su hija, Clea Newman Soderlund, antes de su fallecimiento. Su fondo de caja también tiene un grabado como el anterior: «Drive Slow – Joanne».
El precio alcanzado en la subasta de Phillips no ha sido tan alto como el anterior, porque en la mente del aficionado a la relojería el «Daytona Paul Newman» es el panda (esfera blanca y contadores en negro). Pero, aún así, la cantidad es mareante: 5.475.000 dólares. Un Daytona como ese, de un dueño que no sea Paul Newman, puede alcanzar, como mucho, los 80.000 dólares. Pero claro…