Los relojes de mesa han sido históricamente los más utilizados de todos, incluso hasta bien entrada la aparición del reloj de muñeca. De hecho pocas son las casas actuales en las que no encontremos algún tipo de estos relojes, sea mecánico o -más probablemente- de cuarzo. A decir verdad los relojes ornamentales, sean de mesa, de suelo o de pared (que suerte tiene el inglés, que utiliza una sola palabra, «clock», para definir las tres categorías), ya están limitados a la pared de la cocina o a la mesilla de noche. Eso es porque, por supuesto, ya tenemos la hora en un reloj de muñeca o en el móvil, pero también porque hay muy pocas casas que hagan relojes de mesa, y se ha innovado muy poco.
Pero sí ha casas que apuestan por diseños distintos. Aparte del Atmos de Jaeger-LeCoultre, y algunas piezas de Patek Philippe (muy clásicas), creo que la más conocida es L’Epee. No por sí misma, pero si mencionamos al Robot Melchior (que vimos en vídeo), a Medusa o a Start Fleet, que también vimos en vídeo, que se hicieron para MB&F, entonces sí que no suena. Pero el hecho es que L’Epee es independiente, y tiene muchos modelos propios. Ahora lanza estos L’Epée Time flies, mucho menos llamativos que los modelos que crea MB&F, pero igualmente atractivos.
El L’Epée Time Flies es el fruto de una colaboración entre la la manufactura y la Escuela de Diseño de Lausana, y recrea el avión fantástico de aventurero con el que sueña cualquier niño. Las horas y los minutos se indican por medio de cifras blancas impresas en grandes discos de acero inoxidable con acabado satinado circular y tratamiento PVD negro.
La arquitectura del movimiento 8 días, desarrollada expresamente el L’Epée Time Flies, reproduce el concepto básico de un avión real. En un avión la energía se genera en la parte delantera, donde se encuentra el motor de combustión. En el Time Flies tes de cuerda manual mediante rotación en sentido antihorario del radiador del motor en la parte delantera del aparato, justo detrás de la hélice., emulando los radiadores de refrigeración de los aviones. Del mismo modo que los sistemas de mando y control de un avión se sitúan en la cabina detrás de la fuente de energía, en el Time Flies, la cabina alberga un regulador de precisión horizontal, justo por encima de las alas. Este regulador, compuesto por un volante oscilante está protegido por medio de diminutas paredes que forman la caja de la cabina.
La hélice, que es móvil, se puede accionar simplemente dándole impulso con el dedo. A pesar de su cuerpo de esqueleto, el L’Epée Time Flies pesa tres kilos y su tren de aterrizaje compuesto por 3 ruedas garantiza una estabilidad óptima. Sus dimensiones completas son: 35,43 cm (longitud) x 44,20 cm (envergadura) x 13,75 cm (altura).
La estructura es de latón paladiado o latón dorado y acero inoxidable, además de una versión de color bronce envejecido y estabilizado. Los acabados alternan el arenado, el satinado y el pulido. El movimiento consta de 370 piezas, 22 de las cuales son rubíes. La frecuencia del volante es de 2,5 hercios, es decir, 18.000 alternancias a la hora.
Los L’Epée Time Flies son ediciones limitadas a 99 unidades, con un precio de 27.000 francos suizos. Incluye un pie para poder mantener el avión elevado y hacerlo aún más prominente. Hay más información en Lepee1839.ch.