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Lederer Central Impulse Chronometer. La excelencia técnica, en vivo

Esfera del Lederer Central Impulse Chronometer azul

No es habitual poder presentar algo verdaderamente nuevo en cuanto a movimientos relojeros. Y, como en dos siglos largos de relojería se han hecho muchas cosas muy buenas, lo que aparezca nuevo a la fuerza va a ser importante. El Lederer Central Impulse Chronometer es uno de esos avances.

Tomando la base del Escape de doble rueda independiente de George Daniels, Bernhard Lederer ha desarrollado su propia versión, pero con dos sistemas de engranajes también independientes. Además, cada uno de ellos tiene su propio barrilete y remontoir d’egalité. Es un concepto que se presentó el año pasado, y en 2021 lo pude ver en los Geneva Watch Days. Voy a tratar de explicar su extraordinario logro técnico.

EL ORIGEN: EL ESCAPE DE ÁNCORA SUIZO

Los más viejos de este sitio recordarán uno de los vídeos más vistos del canal de YouTube de Horas y Minutos: el llamado Cómo funciona un reloj mecánico. En él se describe cómo la energía se almacena al tensar el muelle real dentro del barrilete. Esta energía se transmite a las manecillas mediante un sistema de engranajes -como si fuera un juguete de cuerda-. De controlar la velocidad de transmisión se encarga el órgano regulador, con el volante y su espiral, que, con sus oscilaciones, regula la rueda de escape, liberándolo de manera regular y permitiendo así que giren las ruedas que mueven las manecillas.

https://youtu.be/knUfc9GV6nM

La inmensa mayoría de los relojes mecánicos utilizan el sistema de escape inventado por el británico Thomas Mudge hace 250 años. Es simple, fiable, y se puede fabricar en serie. A cambio, adolece de falta de eficiencia, ya que transmite escasamente un tercio de la energía que recibe del muelle real.

Hoy hay muy pocos escapes distintos a éste. El Coaxial que utiliza Omega -también inventado por George Daniels- y, muy recientemente, Grand Seiko y su Escape de Doble Impulso, que además lo aplica en su nuevo calibre de alta frecuencia (hablé de él en este vídeo).

Pero ha habido muchos relojeros que han buscado alternativas a este problema, y es ahí donde se enmarca este Lederer Central Impulse Chronometer.

EL DOBLE ESCAPE CON RUEDAS INDEPENDIENTES DE LEDERER

Bernhard Lederer es un relojero independiente muy respetado y, aunque ha hecho unos cuantos relojes en su carrera, está más bien en la sombra, creando soluciones para otras marcas. Así que fue una alegría y una sorpresa cuando presentó el año pasado el prototipo de este cronómetro, que ahora tiene su forma definitiva.

El Lederer Central Impulse Chronometer está inspirado en un reloj de bolsillo de George Daniels con escape de doble rueda, que es como Daniels interpretó el escape natural de Breguet. Está equipado con dos ruedas de escape, y se le llama “natural” porque los impulsos se transmiten de la manera más directa posible al volante.

La novedad que trae Lederer es que ha instalado las dos ruedas de escape en el extremo de los juegos de engranajes separados, cada uno de los cuales comienza en un barrilete. Gracias a esos dos conjuntos de engranajes independientes, las dos ruedas de escape no necesitan ser comandadas juntas, lo que hace el escape menos complejo y más eficiente.

Además, cada uno de los conjuntos tiene su propio remontoir d’edgalité para mantener la transmisión de fuerza constante: un pequeño muelle que se tensa y destensa de manera regular para que el impulso transmitido sea siempre el mismo. Están montados sobre la rueda intermedia y opera en ciclos de 10 segundos que, en palabras de Lederer, le permite obtener una fuerza motriz más estable.

Pero Bernhard ha añadido más detalles que hacen único su Lederer Central Impulse Chronometer. Por ejemplo: las ruedas de escape y el áncora son de titanio. Al tener menos inercia se reinician más rápido y aprovechan mejor la energía. La forma de diversas piezas se ha optimizado para evitar pérdidas de energía, mejorando el diseño de George Daniels.

LEDERER CENTRAL IMPULSE CHRONOMETER

Esta maravilla técnica, que en mi opinión debería ganar el Aguille D’Or -el máximo galardón- del Gran Premio de Relojería de Ginebra- se presenta con en una caja de 44 mm de diámetro y sólo 12,2 mm de altura, lo que es una proeza si consideramos todo lo que lleva dentro.

En realidad, la caja del Lederer Central Impulse Chronometer es -podríamos decir- sólo una estructura de oro blanco que sujeta dos zafiros, superior e inferior, que permiten una completa visión del maravilloso calibre (además de las asas, claro). Cuesta decidir de qué lado quiere uno llevar el reloj en la muñeca.

La esfera, que en el prototipo era cerrada, ahora presenta dos aperturas circulares entrelazadas que muestran el meollo de la complicación creada por Bernhard Lederer -aún a costa de dificultar la visibilidad de la hora, especialmente en el modelo gris-. Cada apertura tiene su propio segundero, que caminan en direcciones opuestas para encontrarse siempre a los 60 segundos.

El resto de la esfera del Lederer Central Impulse Chronometer está decorado con una tapicería de tamaño variable: comienza siendo rectangular en los extremos superior e inferior y se ensancha de camino al ecuador del reloj para acabar siendo cuadrada. Es una decoración sobria y a la vez muy elegante.

Los índices aplicados y las esbeltas agujas de espada esqueletizadas son de fabricación propia y están pulidos a mano.

Digamos, por último, que el reloj ostenta el certificado de cronometría del Observatorio de Besançon. Al menos los primeros modelos mostrados. El resto se enviarán al laboratorio COSC para su certificación.

Y es que el Lederer Central Impulse Chronometer es una edición limitada a 25 unidades por cada una de las esferas, con un precio unitario de 128.000 francos suizos (unos 120.000 euros al cambio). Veremos si se reconoce al reloj como merece. Más información en ledererwatches.com.

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