Alpina es una marca singular, en tanto en cuanto sólo hace relojes de corte deportivo, sin ninguna concesión a lo que llamamos «relojes de vestir». Los tiene divididos en relojes de piloto (como estos, en vivo), de buceo (aquí vimos en vivo uno) y los de tierra, a los que pertenece este Alpiner Extreme Automatic. Los Alpiner solían tener una caja redonda clásica, pero ahora Alpina ha tomado las formas de los Seastrong para crear un reloj que, sin perder su vocación deportiva, también puede ser como reloj de diario.
Es cierto que antes había lanzado el Extreme Regulator, pero, aun siendo llamativo, me parece un reloj no muy conseguido, con una esfera dispersa, si se puede decir así. El Alpiner Extreme Automatic, sin embargo, si es atractivo a primera vista. Además, las formas de la caja, con ese aire a Gerald Genta y, aún más, a Jean Richard, aumentan la facilidad para ponérselo en el día a día.
Y eso que, como digo, Alpina lo concibe como un reloj de deportes, y su campaña publicitaria lo asocia a deportes extremos (de ahí su nombre). Pero le vendrá bien que el ciudadano común también lo quiera para su rutina habitual.
La caja de acero inoxidable en forma de cojín, que mide 41 mm de ancho y 11,5 mm de alto, tiene una construcción de tres partes. El bisel elevado se fija con seis tornillos expuestos, todos ellos con el logotipo del triángulo de Alpina. El lado derecho de la caja muestra una corona revestida de goma flanqueada por dos protectores. En el lado opuesto, vemos una sección de acero que sobresale para equilibrar visualmente la caja. La corona está roscada, a tono con una resistencia al agua que llega a los 200 metros.
La esfera del Alpiner Extreme Automatic está en línea con el estilo que anunció el Extreme Regulator. Presenta una textura triangular en relieve y está disponible en negro, azul o verde. El segundero es largo y delgado y tiene un contrapeso triangular rojo.
La ventana de la fecha enmarcada se encuentra en el marcador de las 3, y un anillo de minutos inclinado rodea la esfera.
Los índices horarios aplicados cuentan con Super-LumiNova, al igual que las agujas centrales de las horas y los minutos.
En el interior del Alpiner Extreme Automatic encontramos el Calibre AL-525 de Alpina, que es el código interno de la marca para el Sellita SW200-1 que utiliza habitualmente. Como ya sabemos, esta alternativa al ETA 2824 funciona a una frecuencia de 28.800 alternancias a la hora (4 hercios) y proporciona 38 horas de reserva de marcha. Está impulsado por el característico rotor asimétrico, acabado en negro, al que se le ha recortado una sección para parecerse más al triángulo que simboliza la casa.
Se agradece que la casa haya decidido mostrarlo, a pesar de los 200 metros de hermeticidad.
El Alpina Alpiner Extreme Automatic se presenta con una correa de caucho integrada de color negro, azul o verde, a juego con la esfera, que se cierra con un robusto cierre desplegable firmado con el nombre de la marca.
Al ser una correa integrada, hará casi imposible ponerle otra correa distinta, pero la sensación de mayor calidad es palpable.
Los tres Alpina Alpiner Extreme Automatic tienen un precio unitario de 1.495 euros, bastante razonable si tenemos en cuenta la complejidad de la caja y los buenos acabados. Se puede comprar en la tienda en línea de la casa (que incluso permite pagarlo a plazos) y en los distribuidores oficiales. Más información en Alpina.es.