La reencarnación del mito: Patek Philippe Nautilus 5811/1G-001
Ha ocurrido lo que todo el mundo esperaba
«Si funciona no lo toques» y «no mates a la gallina de los huevos de oro» son dos principios vitales que tienen aún más sentido en el mundo empresarial. Patek Philippe anunció hace dos años que iba a dejar de fabricar el modelo Nautilus 5711, el representante más icónico y deseado de la casa (aquí me probé el modelo de su 40 aniversario). Thierry Stern dijo que lo hacía porque no quería que se identificara a la marca como monoproducto, y quería atender bien a su clientela. Y se mostró muy firme al respecto. Pero también dijo que habría una colección de despedida.
Fue el 5711/1A de esfera verde que vemos aquí arriba. Pero antes había lanzado la archifamosa edición Tiffany’s, que ha sido seguramente el reloj más famoso en Instagram de la historia. Lejos del amor por la relojería tradicional y cosas así, Tiffany’s lo usó para patrocinarse a sí misma, vendiéndolo a gente famosa que no son necesariamente coleccionistas.
Los dos Nautilus aparecieron en 2021, así que el gusanillo por el Nautilus siguió muy vivo. Es más, aumentó aún más el deseo de tenerlo. Pero, en la entrevista en que afirmó claramente que el 5711 no se iba a volver a hacer, Thierry Stern también dijo que la marca debía centrarse en el oro y el platino, y no tener tanto acero.
Y también añadió: «No se deja expirar un modelo como éste sin tener algo nuevo en la manga. Pero no hablaré de eso hasta que lancemos el reloj». Basta sumar dos y dos para que el nuevo Nautilus 5811/1G-001 no sea una sorpresa inesperada.
Y, aunque a primera vista este Nautilus 5811/1G-001 es pintiparado al 5711, hay sin embargo diferencias. El primer cambio se refiere a su diámetro, que ha crecido ligeramente de 40 mm a 41 mm. En consonancia con lo que había declarado Thierry Stern, la caja sólo está disponible en oro y no en acero. En homenaje al Nautilus 3700 original de 1976, la caja es una construcción de dos partes y sigue siendo resistente al agua hasta 120 metros.
Cuenta con un nuevo sistema de palanca de pieza extraíble (pendiente de patente) que permite extraer la tija de la cuerda desde el lado de la esfera. Así se puede acceder al calibre desde el lado de la esfera, como era originalmente. Recordemos que Gerald Genta se inspiró en la portilla de un barco, y así es como se abre: tirando del lado de corona y con la bisagra a las 9 horas permitiendo que bascule.
Por último, el brazalete de oro blanco integrado está dotado de un cierre desplegable patentado que se asegura con cuatro cierres independientes. Una de las mejoras más significativas del brazalete y la hebilla es que están equipados con un sistema de microajuste y pueden ampliarse de 2 a 4 mm para mejorar la comodidad de uso.
La otra actualizaciónse refiere a la esfera azul con efecto rayos de sol, que ahora tiene un efecto degradado con un borde que llega al negro en la periferia (aunque en las fotos de estudio no se aprecia). También se ha modificado el marco metálico que rodea la ventana de fecha a las 3 horas, que es similar al que vimos en el Nautilus de esfera verde.
Los índices y agujas aplicados son de oro blanco y tratados con Super-LumiNova, como es de esperar. En realidad, para el aficionado casual el 5711 y el Nautilus 5811/1G-001 se pueden confundir entre sí fácilmente, salvo que los examines de cerca.
El reloj está impulsado por el mismo calibre de antaño, el Patek 26-330 S C, equipado con parada de segundos. Es visible a través del cristal trasero, funciona a 4 Hercios e integra un volante Gyromax y una espiral Spiromax (fabricada en Silinvar, un material a base de silicio). Su reserva de marcha es de un máximo de 45 horas. La verdad es que, a estas alturas, es difícil justificar que un reloj de este nivel sólo tenga algo más de la mitad de reserva de marcha que el Powermatic 80 de Swatch. O, por ponerlo peor, 3 horas más que el 4R36, el calibre básico de Seiko. Pero a Patek nunca ha parecido importarle esto (ni a sus clientes tampoco, esa es la verdad).
El precio del Patek Philippe Nautilus 5811/1G-001 es de 69.200 euros. ¿Qué significa ese precio? Pues que los muchos que se quedaron sin el 5711 y ahora quieran conseguir éste van a tener que pagar el doble. Y, como será escaso, su precio en reventa se disparará. Pero, como partimos de 70.000 euros, su precio en reventa será tan alto que permitirá que el de la versión de acero se mantenga igual de alto que está ahora. Es decir, seguirá siendo dificilísimo conseguir uno. Ya dijo Thierry, hablando sobre la especulación, que «al fin y al cabo, no puedo luchar contra ella», que es como se dice en suizo «allá te las compongas, aquí se viene llorado de casa».
Sea como fuere, a los ojos de los aficionados, da gusto volver a ver una imagen que nos ha acompañado tantos años, si quiera en foto. Más información en PatekPhilippe.es.