Hubo un Seiko antes de que hubiera relojes Seiko. Tal como conté en este vídeo, Seiko comenzó ensamblando y distribuyendo relojes de otras marcas. Después lanzó sus propios relojes de muñeca, pero el nombre de Seiko no aparecía en la esfera. En 1913 lanzó el Laurel, su primer reloj de muñeca que, como su nombre indica, no se llamaba aún Seiko. Pero fue el origen de la Seiko moderna, y es por tanto un símbolo. Ahora que el Laurel va a cumplir 110 años (que será en 2023), la manufactura anuncia este Seiko Presage Laurel Re-Edition, que reproduce el espíritu del orginal.
Dada la gran cantidad de relojes de la familia Presage, la presencia de este Seiko Presage Laurel Re-Edition destaca claramente entre su multitud de hermanos, ya que se ha preservado perfectamente el espíritu original del Laurel. Hay que señalar que el Laurel es la prueba de algo que siempre se dice, pero pocas veces se puede comprobar: que las esferas de esmalte permanecen inalterables, sin decolorarse o perder su brillo.
Yo lo vi en persona en Tokio, y la esfera sigue tan atractiva como debió serlo en su momento.
La caja del Seiko Presage Laurel Re-Edition no sólo está realizada al estilo de un reloj de principios del siglo XX, sino que también es más compacta que la típica Presage, ya que mide 37,5 mm de diámetro en lugar de los 40,5 mm habituales. Y, aunque la altura es de 12,6 mm, el largo de la caja es de sólo 39,3 mm, lo que permite que el reloj se ciña rápidamente a la muñeca.
También se ha reproducido la corona en forma de cebolla, y la correa de piel de ciervo también es similar a la correa que se encuentra en el Laurel de 1913 del Museo Seiko. El reloj es hermético hasta los 50 metros y, a diferencia del original (obviamente), lleva un cristal de zafiro con revestimiento antirreflectante en el interior.
La esfera del Seiko Presage Laurel Re-Edition 110 Aniversario es de esmalte cocido, con el centro suavemente rebajado, igual que la del original de 1913. Está realizada por el taller de Mitsuru Yokosawa, que lleva mucho tiempo suministrando a Seiko esferas esmaltadas para la línea Presage. Recordemos, por ejemplo, estos excelentes cronógrafos que vimos en vivo.
La esfera también reproduce los números del original de 1913. Pero, como dentro lleva el calibre automático 6R27, la información que suministra el reloj es distinta: ahora tiene un segundero central, mientras que la subesfera a las 6 horas presenta la fecha. Y, a las 9 horas, hay un indicador de las 45 horas de reserva de marcha. A cambio, la frecuencia es de 4 hercios.
A pesar de no ser fiel al original, la disposición en las esfera no chirría, y ayuda a disfrutarlo más aún el que las estilizadas agujas sean de ese metal azulado que parece vítreo. Por cierto que el calibre no se ve, porque tiene una tapa ciega y roscada con el número de la serie limitada.
El precio del Seiko Presage Laurel Re-Edition es de 1.900 euros y saldrá a la venta a partir de enero, momento en el que espero poder verlo en vivo. Mientras tanto, hay más información en Seiko.es.