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La Edición Limitada Seiko Prospex 140 Aniversario, en vídeo

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Salvo algunas excepciones (Patek, Vacheron, Blancpain), la mayoría de las casas relojeras suizas más importantes se establecieron en la segunda mitad del siglo XIX. Unas cuantas -entre ellas Rolex- se crearon en el siglo XX. Muchas de ellas no empezaron llamándose como las conocemos hoy, ni eran negocios parecidos a lo que acabaron siendo. Sin embargo si preguntas cuándo apareció Seiko, la mayoría de la gente te dirá que, más o menos, a mediados del siglo pasado. Esto es porque hasta la aparición del cuarzo y la invasión de los mercados occidentales Seiko era una marca más bien local. Pero no. La casa nipona está celebrando sus primeros 140 años, así que tiene tanto pedigrí histórico como los europeos. Para celebrarlo ha lanzado -y lanzará a lo largo del año, imagino- numeroso productos. Entre ellos, estos Seiko Prospex 140 Aniversario, que analizamos ahora.

UN POCO DE HISTORIA

Kintaro Hattori a lo largo de su vida

Seiko comenzó su historia en 1881, año en que Kintaro Hattori abrió una tienda en el centro de Tokio para vender y reparar relojes; la K. Hattori & Co. Tenía 21 años. Aunque comenzó importando relojes de pared y de bolsillo, su idea fue siempre la de crear sus propios relojes. En 1892 levantó una manufactura para fabricar relojes de pared. Seiko viene del japonés «precisión», y Kintaro nombró a su fábrica «casa de la precisión». Seiko-sha. Según crecía el negocio, Kintaro invirtió los beneficios en desarrollar una industria relojera avanzada. Para ello mejoró las condiciones de trabajo de los operarios, abrió una escuela de relojería que se centrara en modernizar y enriquecer las técnicas de los artesanos, y modernizar la tecnología usada en Seiko-sha.

Los relojes de bolsillo occidentales se hicieron cada vez más populares en Japón y los mayoristas japoneses tenían que comprarlos a empresas comerciales extranjeras. Sin embargo, las empresas extranjeras funcionaban con pagos a 30 días, un hecho que chocaba con las prácticas comerciales tradicionales japonesas, que solo pagaban dos veces al año. Hattori, de manera muy inteligente, adoptó las formas occidentales, así que las empresas extranjeras le dieron un trato preferencial.

La fábrica de Seikosha en Ginza, 1895

En 1895 la compañía se trasladó a una nueva localización en el centro de Ginza. El reloj del edificio acabó por ser conocido como el Reloj de la Torre Hattori, y se convirtió en un punto de referencia para el barrio de Ginza, que hoy día sigue siendo el más conocido de Tokio por ser la zona donde se encuentran las grandes marcas de lujo. Para asegurarse de que sus empleados estuvieran debidamente capacitados, construyó una casa dormitorio en las instalaciones, en las que ofrecía clases nocturnas e insistía en que sus alumnos aprendieran matemáticas y caligrafía. La insistencia de Hattori en una capacitación adecuada fue una búsqueda de por vida, y en las clases nocturnas se ofrecía educación secundaria. Más tarde se estableció la Escuela de Comercio de Hattori, también abierta a sus empleados. En 1895, solo tres años después de la fundación de Seikosha, la empresa exportaba, y en 1911, Seikosha había acaparado el 60% del mercado nacional.

Después de sus visitas a Occidente, Hattori regresó con potentes motores de vapor y máquinas herramienta de última generación. Su ambición era construir la fábrica más avanzada del momento e integrar todas las etapas de producción bajo un mismo techo. Tras los relojes de pared llegaron productos como relojes de alarma y de bolsillo como el Time Keeper, Excellent o Empire. En cuanto a la calidad, las cajas niqueladas inoxidables de los despertadores de Seiko-sha eran muy superiores a las cajas de hierro de los relojes despertadores alemanes, y el mercado japonés premió los altos estándares de calidad de la fábrica. El reloj de bolsillo Empire también se consideró superior a los modelos occidentales y se fabricó durante 26 años.

En 1913 apareció el Laurel, el primer reloj de pulsera de Japón (y de Seiko), con una estética que ha sido a menudo recuperada por Seiko en diversos modelos, como este Prestige que vimos en vivo. La demanda del Laurel se disparó tras el estallido de la Primera Guerra Mundial en Europa. Durante la guerra las exportaciones de relojes alemanes se detuvieron, impulsando la demanda de productos Seikosha no solo en el mercado interno, sino también en los mercados extranjeros. Seikosha recibió pedidos de 600.000 despertadores del Reino Unido y 300.000 de Francia. En 1915, los relojes de Hattori dominaban el mercado asiático y se le conoció como el «Rey de los relojes en Oriente».

Relojes destruidos en el Terremoto de Kanto en 1923. Museo de Seiko

El 1 de septiembre de 1923 el conocido como el Gran Terremoto de Kantō devastó la ciudad. El terremoto tuvo una intensidad de 7,9 en la escala Richter y duró entre 4 y 10 minutos. Causó unos 143.000 muertos, de los cuales aproximadamente 38.000 fallecieron a causa del fuego. Tanto el edificio de Seiko como la fábrica quedaron destruidos. Unos meses después del terremoto, Kintaro publicó un anuncio en el periódico que decía: «Como los relojes de bolsillo y de pared de nuestros clientes fueron destruidos por el terremoto, los sustituiremos por otros nuevos sin coste alguno». Este gesto hizo que Seiko se ganara la confianza y el reconocimiento de muchos japoneses. En 1932 se reconstruyó el edificio y la tienda en el mismo sitio que el anterior, pero con una forma distinta que ha permanecido hasta ahora, salvo la sustitución del reloj mecánico por uno electrónico. Lo que sí mantuvo fue su calidad de punto de referencia reconocible para todo el mundo.

El edificio Wako en Ginza, sede histórica de Seiko

SEIKO PROSPEX 140 ANIVERSARIO

No es la primera vez que Seiko lanza tríos de relojes. Es más, yo diría que es una fórmula que le gusta bastante, porque la vemos a menudo. Vimos con fotos en vivo los Save The Ocean, y en vídeo los Save The Ocean Black Series. Un año después volvió a lanzar un trío Black Series. Como es normal en Seiko, la casa se ha inspirado en la naturaleza para crear la decoración de los relojes. En este caso se ha basado en la isla de Iriomote.

Es una isla con muy pocos habitantes (apenas 2.000) que sin embargo atrae a numerosos buzos por sus arrecifes de coral y su vida marina. Pero lo más llamativo de la isla son los manglares que la rodean. Unido a la frondosidad de sus montañas y valles, el verde profundo resulta el color casi uniforme de la isla.

SEIKO PROSPEX 140 ANIVERSARIO SLA047J1

Sin duda el modelo más potente y atractivo de los tres. El Seiko Prospex 140 Aniversario SLA047J1 es un viejo conocido de todos porque es el heredero de los famosos MarineMaster (aquí vimos en vivo uno de ellos), el poderoso reloj de buceo que casi en silencio ha sido el número uno en las preferencias de aquellos que buscan un auténtico reloj de buceo profesional. La denominación MarineMaster ya no existe como tal, porque está agrupado dentro del genérico «Prospex», pero es habitualmente utilizado cuando nos referimos a este tipo de relojes de, como mínimo 300 metros de profundidad.

Sus aptitudes se notan sobre todo cuando lo comparas en tamaño con su hermano de colección, el SPB207J1. El Seiko Prospex 140 Aniversario SLA047J1 tiene una caja de acero monocasco un diámetro de 44,3 mm y una altura de nada menos que 15,4 mm, además de un largo de 50,5 mm. y un más que notable peso de 222 gramos. Por su parte, el SPB207J1 tiene unas dimensiones de 42 x 12,5 x 48,8 mm. Sensiblemente más pequeño. Esto es debido a que las prestaciones son mayores -es un reloj preparado para buceo de saturación-, y por tanto hace falta más resistencia del conjunto.

Por supuesto la caja es la misma que la del MarineMaster de 1968. Y como ese diseño fue tan bueno, este Prospex 140 aniversario se lleva sorprendentemente bien para su tamaño. Además la presencia está realzada por el bisel de cerámica. Es un bisel alto, para que se pueda manejar bien incluso con guantes marinos. Por supuesto tiene un cristal de zafiro con tratamiento antirreflectante en el interior. La sensación de profundidad cuando se mira a la esfera es notable, y el tono del verde es perfecto para resaltar los elementos de la esfera, muy parecidos al original.

Hay un detalle que se ha añadido a toda la colección Seiko Prospex 140 Aniversario: junto a la ventana de fecha se ha añadido una pequeña sección luminiscente. Cada uno debe decidir si le gusta o no. Yo debo reconocer que no me había dado cuenta hasta que he empezado a comparar modelos. Lo que quiere decir que no me molesta, así que por tanto lo agradecería por la noche. Por cierto que toda la colección está generosamente tratada con LumiBrite, así que la legibilidad nocturna está al nivel esperado. Hay que señalar que en el SLA047J1 también se ilumina la primera sección del bisel.

Por dentro se mueve el calibre 8L35, que se creo específicamente para relojes de inmersión. Se mueve a 4 hercios y tiene una reserva de marcha de 50 horas, con una desviación nominal diaria de -10/+15. Y digo nominal porque ya se sabe que los calibres son mucho más precisos de lo que dice el papel. Está montado en el estudio Shizukuishi, que es donde se hacen los Grand Seiko. En ninguno de los relojes de la colección se ve el motor, que está tapado con un fondo sólido con el emblema de Prospex y la mención de Serie Limitada.

El brazalete, que tiene secciones pulidas que le acercan a los que traen los Grand Seiko, viene con un extensor para buceo (o simplemente para el verano) muy fácilmente utilizable: simplemente se mantiene el cierre hacia atrás y se desliza hasta donde se necesita. Añade unos 4 centímetros, válido para cualquier inmersión.

Otra de las características comunes a los tres relojes Seiko Prospex 140 Aniversario es que vienen con una correa de silicona de color verde, y ya sabemos lo buenas que son las correas de Seiko.

Este SLA047J1 es una edición limitada a 3.000 piezas, con un precio de 3.480 euros. Con ese precio y esas características, pocos competidores va a tener.

SEIKO PROSPEX 140 ANIVERSARIO SPB207J1

Al lado del SLA047J1 podría parecer que el SPB207J1 no tiene nada que hacer, pero no es así en absoluto. Para empezar, las medidas que tiene lo hacen más gobernable para todo el mundo, lo que sin duda se agradece en el día a día.

Además tanto la caja como el brazalete tienen un revestimiento superendurecido, lo que a los que somos buzos de oficina nos viene muy bien. Como las formas del reloj también están inspiradas en el modelo de 1968, el reloj resulta igualmente atractivo.

El bisel no es de cerámica, pero la verdad es que tiene un aspecto excelente. De hecho yo pensaba que lo era, porque el brillo, la textura y el acabado es como el de cerámica. Gran trabajo el de Seiko en este caso. La esfera, por supuesto, tiene el mismo fondo verde, y los elementos son muy parecidos, pero más refinados que los del SLA047J1. Las manecillas, por ejemplo, están facetadas y con un lado satinado y el otro pulido, para hacerlo más elegante y con aún mejor lectura a pleno sol.

El segundero recupera la configuración de «semáforo» que tenía el modelo original del 68. La hermeticidad está garantizada hasta los 200 metros, más que de sobra para cualquier aventura en la que nos queramos meter.

El calibre usado en este caso es el 6R35, que funciona a 3 hercios (21.600 alt/hora), pero con unas más que saludables 70 horas de reserva de marcha. La precisión está establecida en -15/+25, pero -al menos en los relojes que yo tengo con ese calibre- la exactitud es mucho mayor.

El brazalete es sólido, y tiene un extensor que no es tan sofisticado como el de su hermano mayor, pero puede añadir aproximadamente dos centímetros sin que aumente el grosor del brazalete, de manera que no resulta incómodo en la muñeca. Y además está la correa de silicona.

El Seiko Prospex 140 Aniversario SLA047J1 está limitado a 6.000 unidades y tiene un precio de 1.475 euros.

SEIKO PROSPEX 140 ANIVERSARIO SSC807J1

Por último, una de las opciones favoritas cuando se quiere un reloj para todos los días y del que no te tienes que preocupar de dar cuerda, además de ser funcional plenamente. Los relojes solares son una especialidad de la casa desde que lanzó su primero modelo en 1978. Y los domina de tal manera que ha conseguido crear un reloj con una autonomía de hasta 6 meses sin que le dé la luz con sólo tres ventanas circulares que además le sirven para incluir más funciones, y reteniendo a la vez el color verde de la esfera para integrarse bien en la colección.

La caja de acero tiene unas medidas nada descabelladas: 44,5 x 13,7 x 51,6 mm. Tiene la forma de los modelos «Sumo», que resulta tan atractiva. A pesar de ser un cronógrafo, un un reloj de inmersión certificado, hermético hasta los 200 metros. El bisel de aluminio es, por tanto, unidireccional. Los indicadores de minutos están en el flanco inclinado del bisel, lo que le da más profundidad.

En la esfera encontramos tres subesferas: a las 9 horas está el pequeño segundero. A las tres, un indicador de 20 horas y, a las 6, el contador de sesenta minutos del cronógrafo. Este contador, cuando no está funcionando el crono, muestra el nivel de carga: F/completo, E/vacío. La trotadora del cronógrafo se mueve en incrementos de 1/5 de segundo, lo que es visualmente más agradable que el salto segundo a segundo. Los pulsadores del cronógrafo son roscados, para evitar su accionamiento bajo el agua.

El Seiko Prospex 140 Aniversario SSC807J1 es también una edición limitada, pero en este caso a 8.000 piezas, que también incluyen una correa de silicona extra. Su precio es de 830 euros. Todos los relojes están disponibles en la boutique online y física de la marca, así como en los distribuidores autorizados. Más información en Seiko.es

 

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