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Tudor Black Bay S&G 36 y 39 mm. Fotos en vivo y precio

Los El Tudor Black Bay S&G

En 2022 se cumplieron diez años del relanzamiento de Tudor que, con el Black Bay, pasó de ser la hermana pobre de Rolex a convertirse en una marca con personalidad propia, deseada por sí misma y no por quien está detrás. Cierto es que la casa tiene otros modelos interesantes; fundamentalmente, en mi opinión, el reloj de buceo Pelagos, como esta versión en 39 mm que vimos en vivo. Pero la preeminencia de Black Bay es indiscutible, hasta el punto que se ha declinado en un cronógrafo, en GMT con bisel giratorio y GMT con bisel fijo, y un modelo de 39 mm al que denomina Fifty-Eight, como este de plata. También tiene una versión más de vestir, que tradicionalmente se ha identificado simplemente con los diámetros (31, 36, 39 y 41), que equipan un calibre ETA. Y, por último, están estos Black Bay S&G que, además de oro (S&G significa Steel & Gold), incorporan también un calibre de manufactura.

Los Black Bay S&G que vamos a ver aquí son sólo el modelo de 36 y el de 39 mm de diámetro, que son seguramente los más polivalentes porque valen tanto para hombre como para mujer. Y debo reconocer que, cuando vi la versión de esfera plateada, me enamoraron instantáneamente. Me parece una combinación preciosa, que ciertamente tiene oro pero que no es ostentosa. Y haber añadido un brazalete jubilee le hace ganar muchos enteros por encima de un brazalete Oyster, que es mucho más común.

Lo que antes parecía un relleno en la colección Black Bay, un «algo tendremos que tener que sea de vestir» se ha convertido un tesoro a descubrir.

Como he dicho antes, los actuales Tudor Black Bay S&G sustituye los calibres ETA por la familia de calibres propios de Tudor, que van desde el MT52 (en el modelo de 31 mm) hasta el MT54 (36 mm) y el MT5602 y MT5601 (39 mm y 41 mm respectivamente). Hay que hacer notar que Tudor (al igual que Rolex) desarrolla un calibre para cada tamaño de caja, de manera que el encaje siempre es exacto, no hay que hacer adaptaciones.

Estos calibres de manufactura son movimientos automáticos con 4 hercios de frecuencia y con certificado COSC, pero con mejores especificaciones aún: -4/+4 (aunque mi Black Bay está en +1, por ejemplo). Las versiones más grandes cuentan con 70 horas de reserva de marcha (el MT5201, más pequeño, tiene 50 horas).

Tudor -de la mano de Rolex- puso en marcha el fabricante Kenissi en 2010, presentando su primer calibre en 2015. Ahora no sólo suministra movimientos a Tudor, si no también a Chanel (que posee una participación parcial en la empresa), a este Bell & Ross (que pertenece en parte a Chanel), a Norqain y a Breitling, entre otros.

Los calibres de Tudor integran un volante de inercia variable que se sostiene sobre un puente muy ancho, pensado para darle absoluta estabilidad, porque el objetivo de la casa siempre es la resistencia, longevidad, fiabilidad y precisión de sus motores. Además, la espiral es de silicio antimagnético, completando así un conjunto (invisible, porque tiene una tapa ciega) excelente.

Modelo de 36 mm
Modelo de 39 mm

Aunque el nuevo movimiento puede ser lo más llamativo, no es la única actualización que Tudor ha hecho en estos Black Bay S&G. El nuevo calibre de manufactura significa que la caja también se ha adelgazado. El perfil de la caja también parece más curvado y esbelto. El resultado es un reloj que se lleva -y se ve- muy bien en la muñeca.

Como siempre en esta familia, los Black Bay S&G tienen los índices aplicados y, al igual que las manecillas, remarcados por un un perfil dorado. La combinación de diferentes formas de índices y la distintiva manecilla de copo de nieve hace instantánea la lectura del tiempo.

Están colocados sobre una esfera color plata en rayos de sol, con unos textos y logotipo perfilados perfectamente.

El tratamiento con SuperLumiNova es, una vez más, excelente.

BACK IN BLACK (BAY)

La otra cara de los Black Bay S&G es la clásica negra, que en este caso tiene una esfera brillante, no con rayos de sol. Los índices también son dorados. Es una sensación cálida y vintage para un reloj de estilo clásico, donde todos los detalles destilan calidad.

La verdad es que la distancia de los Black Bay S&G con los Tudor Royal (que vimos en vivo) es abismal en términos de diseño, presencia y acabados. Los Royal son casi un demérito para la marca.

Además del brazalete estilo jubilee, los Black Bay S&G integran el cierre T-Link, muy cómodo de accionar y que le da una elegancia intachable (por algo está heredado de Rolex).

Además, está equipado con un cierre desplegable que cuenta con el sistema T-fit, que permite un microajuste rápido de la longitud. Este sistema, que no requiere herramientas y ofrece cuatro posiciones, permite al usuario realizar un ajuste fino e instantáneo de la longitud total del brazalete a lo largo de una ventana de hasta 8 milímetros.

Por último, los precios. El Tudor Black Bay S&G de 36 mm tiene un precio de 5.250 euros. El Explorer Rolesor 36 mm cuesta 11.750, y lleva un brazalete Oyster, no un Jubilee. Los modelos de 39 mm, por su parte, cuestan 5.320 euros. Un Aquaterra Small Seconds de acero empieza en 6.100. Quiere decirse que, como es habitual, la oferta de Tudor es excelente.

Los relojes están disponibles en los distribuidores autorizados, y hay más información en TudorWatch.com.

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