Cuando se anunció el Grand Seiko Tentagraph se acompañó con esta frase introductoria: «el primer cronógrafo mecánico de Grand Seiko«. Y, aunque parezca increíble, es verdad. Y tiene una razón en principio comprensible: como Seiko es la única casa que posee algo único como es el calibre Spring Drive, decidió que quien quisiera acceder a esa tecnología sólo podría hacerlo en su gama alta, Grand Seiko. Pero es cierto que luego el Spring Drive ha estado también en modelos de Seiko (por ejemplo en los Seiko LX que vimos en vídeo), así que la exclusividad no era tal.
Y, en cualquier caso, si quiere jugar fuerte en el segmento en el que compite Grand Seiko, con monstruos como Rolex u Omega, no podía hacerlo con un Spring Drive porque hay quien no lo quiere en ningún caso porque no es puramente mecánico, y también porque el prestigio está, velis nolis, en la relojería mecánica. Este es el origen del Grand Seiko Tentagraph.
Como ya expliqué en su momento, el motor del reloj es el calibre 9SC5, que es en realidad una movimiento base al que se le ha acoplado un módulo de cronógrafo basado en el NE88, aunque la marca dice que es exclusivo para Grand Seiko. La base es el 9SA5, que expliqué extensamente aquí. Se puede deducir que este calibre de alta frecuencia, espiral de doble impulso y 70 horas de reserva de marcha va a ser la base sobre la que se construirán nuevas complicaciones.
El 9SA5 también introdujo un nuevo estilo de acabado, mucho más atractivo, para los movimientos mecánicos de la marca. Mientras que los calibres de generaciones anteriores, como el 9S85, están decorados de forma selectiva solo en los componentes visibles, el 9SA5 ofrece un acabado decorativo de estilo suizo más exhaustivo, con superficies no visibles decoradas también.
Además, las formas de los puentes, los biselados y sobre todo la Côtes de Genéve están mucho mejor realizadas.
A pesar de la construcción modular, que no es tan prestigiosa como un calibre integrado y añade altura al movimiento, el 9SC5 tiene todas las características que cabría esperar de un movimiento de cronógrafo moderno de este precio; a saber: rueda de pilares, embrague vertical y la ya mencionada reserva de marcha de tres días (incluso con el cronógrafo en marcha).
El movimiento también incorpora un martillo de tres puntas, que garantiza que, al pulsar el pulsador de puesta a cero, las agujas vuelvan a cero al instante y en perfecta sincronización.
El volante está regulado en 6 posiciones y 3 temperaturas. Más aún: además de los 17 días de pruebas, se añaden otros tres con el cronógrafo en marcha. Dice la casa que eso garantiza una variación diaria de – 3/+5. Como ya he dicho antes por si sirve de referencia, mi Hi-Beat (no cronógrafo) no llega al segundo diario. Como el Spring Drive, pero puramente mecánico.
La caja y el brazalete del Grand Seiko Tentagraph están hechos del titanio de «alta intensidad» patentado por la marca, que según Grand Seiko es más ligero y más resistente a los arañazos que el acero inoxidable. Como viene siendo habitual en los cronógrafos deportivos, el bisel es de cerámica.
El titanio ligero es una buena elección para el Tentagraph porque es un reloj grande, de 43,2 mm de diámetro y 15,3 mm de grosor. Para contextualizar, es 0,4 mm más grueso que el Speedmaster Super Racing de Omega, muy criticado por su grosor, y 1,7 mm más grueso que el Zenith Chronomaster Sport. Los nuevos Daytona de Rolex miden 11,90 mm de altura.
Las asas tienen perfiles rectos, poderosos; la mayoría de las superficies están cepilladas y un bisel curvado y con pulido Zaratsu pulido recorre el lateral de la caja.
El caso es que el reloj, a pesar de su tamaño, se lleva muy bien. Se une la curvatura de la caja, con un centro de gravedad más bajo, y la ligereza del titanio para hacer que, sin obviar su tamaño, el reloj se pegue bien a la muñeca. La corona está roscada y tiene una hermeticidad garantizada hasta los 100 metros.
Y claro, con las esferas de Grand Seiko en seguida se te pasan las posibles penas.
La disposición de la esfera del Grand Seiko Tentagraph es equilibrada y tradicional, con contadores 3-6-9 para el segundero pequeño (a las 3 horas) y los contadores de 30 minutos y 12 horas. La fecha a las 4:30 es de color a juego y no molesta, aunque hubiera estado mejor sin ella.
Las agujas y los marcadores son clásicos de la colección Evolution 9, atrevidos, muy bien acabados y muy luminosos. El color y la textura elegidos son de nuevo clásicos de GS, con un motivo de rayos de sol que la casa llama «estilo Monte Iwate» y un color azul intenso.
Como siempre, la ejecución de la esfera y las agujas es impecable.
A juego con la caja, el Grand Seiko Tentagraph SLGC001 se lleva en un brazalete de titanio de alta intensidad, con superficies cepilladas y detalles pulidos. Se cierra mediante un cierre desplegable con pulsador y presenta una serie de orificios utilizados como sistema simplificado de microajuste.
El reloj estará disponible a partir de junio con un precio de 14.300 euros. Veremos cómo responde el mercado, porque es sólo 800 euros más barato que el Daytona (aunque el Daytona no se puede comprar, como ya sabemos) y 2.500 euros más que el Zenith Chronosport, aunque el Tentagraph ofrece mucho más en términos de calibre y acabados. El Omega Super Racing, nombrado antes, costará 12.600 euros cuando llegue a las tiendas (si no sube antes).
Hay más información en GrandSeiko.com.