Nuevos Breitling Chronoliner y Transocean Chronograph 1915
Por fin tenemos a Breitling en Horas y Minutos. Ha costado, y era un fallo casi inexcusable no tener una de las casas icónicas y más innovadoras del siglo pasado y lo que llevamos de éste. Pues qué mejor forma de abrir las puertas digitales que mostrando dos de los modelos que ganarán sus alas
Por fin tenemos a Breitling en Horas y Minutos. Ha costado, y era un fallo casi inexcusable no tener una de las casas icónicas y más innovadoras del siglo pasado y lo que llevamos de éste. Pues qué mejor forma de abrir las puertas digitales que mostrando dos de los modelos que ganarán sus alas en el ya casi inmediato Baselworld.
Ambos son modelos de aviador y ambos muy atractivos desde argumentos estéticos -e incluso técnicos- diferentes. Inspirado en los modelos de los años 50-60, el Chronoliner presume por primera vez en Breitling de un bisel unidireccional de cerámica irrayable, con un dentado bien definido que facilita su uso. Como el Chronoliner es un GMT el bisel se aprovecha para ubicar un huso horario, que es además el segundo disponible ya que en la esfera hay un segundo disco de 24 horas. Abunda así Breitling en la idea del reloj de piloto que se anda moviendo por el mundo.
La esfera «Panda» tiene la distribución ya conocida de las tres subesferas a las 12, las 6 y las 9 y la ventana de fecha a las 3. Esto es debido a que el calibre que mueve el reloj es un ETA 7754. Es decir, el mítico 7750 pero con módulo GMT. Breitling modifica todos los movimientos para adecuarlos a sus necesidades y, sobre todo, para que obtengan la Certificación COSC.
La soledad de la ventanilla de fecha -en oposición al ajetreado lado oeste de la esfera- se compensa con la inclusión del logotipo de la marca. Por encima sobrevuelan unas manecillas de espada cargadas de material luminiscente. La minutería está muy detallada, como siempre en Breitling, para favorecer la lectura exacta de los tiempos medidos con el cronógrafo.
Todo ello en una caja de 46 mm de diámetro. No es un reloj de mujer que digamos, pero tampoco es descomunal y con la forma de las asas creo que se llevará bien (a falta de comprobarlo en Basilea). El reverso del reloj es otro toque retro que enlaza directamente con la estética de los años 60 en la que la idea de la aviación se entroncaba con la navegación espacial y se veían muchas estrellas en las imágenes aeronaúticas. Así, estas dos colas de avión que aparecen grabadas sobre el acero tienen también forma estelar.
Por último el reloj viene con una milanesa, como en aquella época. Aunque es preciosa, yo quiero ver el guardatiempos con la opción del brazalete Navitimer; con una esfera negra yo creo que le quedará mejor. Pero en esto todo el mundo tiene una opinión, claro.
Todavía no se sabe el precio, pero sabiendo que se ha usado un ETA pudiendo haber usado su propio movimiento GMT de manufactura, es de esperar que sea moderado. Todos los detalles técnicos están en su ficha.
El Transocean Chronograph 1915 es más interesante si cabe. En este caso es una pieza homenaje, ya que en 1915 Breitling crea el primer cronógrafo monopulsador de pulsera con pulsador separado de la corona (como era habitual en los relojes de bolsillo), que lo hace más cómodo cuando se lleva al pulso o incluso en la mano.
El nuevo modelo se inspira en aquel, pero con un pulsador mucho más refinado, rectangular en vez de redondo y ergonómicamente integrado en las formas de la caja. Que por cierto es de 43 mm de diámetro, lo que lo hace mucho más amigable para muñecas más pequeñas.
La esfera es impactante en su pureza de líneas. Tiene una inspiración claramente retro -notable sobre todo en el color de los numerales y manecillas-, pero sin exagerar. Los arábigos sí tienen inspiración vintage, pero no son los usuales de los relojes homenaje a los pasos de la aviación (por ejemplo), lo que ayuda a mantener una esfera limpia. Además al ser bicompax -resaltada por el juego de dos colores- la esfera está más equilibrada. Sólo me cuestiono la ventana de fecha: tiene el debido aire retro, pero no sé si me gusta tapando a medias el 6.
Las celebraciones siguen en el reverso, porque Breitling ha creado un nuevo calibre de manufactura manual -por supuesto COSC- con doble rueda de pilares para manejar el funcionamiento del cronógrafo. Así que se agradece el cristal de zafiro para poder disfrutarlo. Hay que señalar también que la hermeticidad es de 100 metros, que no está nada mal.
Al igual que con el Chronoliner todavía no hay un precio establecido, pero sí se sabe que se puede adquirir con la milanesa Ocean Classic o con correa de piel, que podéis ver en la Ficha Técnica Completa. Es una edición limitada a 1915 unidades y no entiendo la razón, porque estoy convencido de que se venderían muchas más unidades.
Difícil elegir uno de los dos. ¿Cuál preferís?