Christophe Claret es un hombre menudo, pero el físico no hace justicia a la enorme imaginación creativa a la hora de crear nuevas piezas. Hoy ha presentado su nuevo divertimento. Un reloj con el que pueden jugar al póquer tres personas a la vez. Impagable.

En la presentación el único modelo en vivo era el que llevaba puesto su diseñador, y no era muy proclive a enseñarlo (probablemente porque aún está en período de pruebas. Pero ¿cómo consigue que juegen 3 jugadores a la vez?

Christophe nos contaba que soñó (literalmente) la solución al problema de tener tantas combinaciones posibles, y tardó dos años en implementar el calibre, que incluye 52 cartas y todas las reglas del juego. En total, 32.768 partidas de Texas Hold’em, es decir, 98.304 para tres jugadores. Para no extendernos aquí, las reglas pueden leerse en Wikipedia.

Hacerlas presentes es de lo que se encarga el calibre automático PCK05, de 655 piezas. Os recomiendo que ampliéis la siguiente foto, tomada durante la presentación, para que os hagáis una idea de lo que lleva dentro este monstruo.

Tres jugadores se enfrentan alrededor del reloj. El primer reparto se efectúa mediante un pulsador situado en las 9 h. Dicho pulsador arma un resorte que impulsa simultáneamente cuatro discos concéntricos, uno de ellos de zafiro, en los que están grabadas las cartas. No existe forma alguna de especular según la posición de los discos.

Transcurridos unos instantes, unos muelles flexibles inmovilizan los discos de forma aleatoria. Todos los discos están montados sobre rodamientos de bolas de cerámica o rubí para que puedan girar con la mayor libertad posible.

Una vez accionado el pulsador de las 9 h, las cartas mezcladas se distribuyen en las 6 h, las 10.30 h y las 2.30 h en ventanillas. Un ingenioso mecanismo de persianas orientadas hace que resulten invisibles para el resto de jugadores. Después de esta primera ronda, el pulsador situado en las 10 h descubre las cartas flop, que aparecen a la izquierda de la esfera. Otro pulsador situado en las 8 h descubre a su vez la carta turn, situada a la derecha de la esfera. Por último, el mismo pulsador distribuye la carta river, también a la derecha de la esfera. Fiel a su dominio de los relojes con sonería, Christophe Claret no ha dejado de dotar al Poker de un timbre catedral que suena cada vez que se presionan los correctores flop y turn/river.

En cuanto a a la esfera (por cierto, también da la hora), las agujas de rubí y titanio –emblemáticas de la marca y unas de las más costosas de realizar debido a la complejidad del mecanizado de estos materiales preciosos– están realzadas con material luminiscente. Las horas se sugieren directamente en el bisel para no recargar la escena. Aun contando con 77 componentes, la esfera perfectamente equilibrada permite a los tres protagonistas jugar con toda la concentración necesaria. Por último, un simple soplo de aire, con el consiguiente vaho sobre el zafiro del reloj, hará aparecer una pin-up. 

Y para completar la incitación a la ludopatía relojera, en la trasera hay una ruleta.

El reloj está disponible en cuatro versiones –bicolor en titanio grado 5 ennegrecido PVD y oro gris o bien titanio grado 5 ennegrecido PVD y oro rosa; monocromo en titanio grado 5 PVD negro con agujas de espinela azul o de rubí rojo–  de las que se  fabricarán sólo 20 piezas de cada una de ellas.  El precio oscila entre 160.000 y 172.000 francos suizos.

Aquí está su ficha técnica completa.