Nuevo Baume & Mercier Big Date And Power Reserve
Seguimos con los adelantos de lo que nos vamos a encontrar dentro de muy poquito, en el SIHH de Ginebra en enero. Le toca el turno al que seguramente va acabar siendo uno de los relojes icónicos para Baume & Mercier: el Clifton. En este caso es el Big Date and Power Reserve, que se viene
Seguimos con los adelantos de lo que nos vamos a encontrar dentro de muy poquito, en el SIHH de Ginebra en enero. Le toca el turno al que seguramente va acabar siendo uno de los relojes icónicos para Baume & Mercier: el Clifton. En este caso es el Big Date and Power Reserve, que se viene a sumar a la ya relativamente larga lista de miembros de la colección.
Los Clifton significaron un renacer de la marca en un momento en el que todo el mundo pensaba que ya había dado de sí todo lo que podía, e inmediatamente aplaudimos el éxito a la hora de tomar un diseño de los años 50 y dotarlo de modernidad, respetando al mismo tiempo lo mejor que tenía de la época de origen; un equilibrio que no siempre es fácil de conseguir. Y cuando algo funciona para qué tocarlo, así que todos los modelos del Clifton tienen las mismas características en cuanto a tamaño y esfera (esta es su Ficha Completa).
Ahora nos ofrece una gran fecha muy bien ejecutada, en el sentido que han sabido darle un aire clásico, casi Gutkäes, pero con una grafía moderna. No es exactamente igual que los numerales arábigos de la esfera porque habría obligado a hacer la ventana más ancha que alta, pero muy parecida y con perfecta legibilidad (a falta de verlo en vivo, claro). Todo resulta en un hemisferio superior limpio y elegante.
A las 6 sin embargo las cosas cambian, y desde el centro hasta el extremo sur nos encontramos con: el nombre de la marca, la ciudad de origen, el indicador de la reserva de marcha con manecilla y tres numerales arábigos, la palabra «Automatic», el numeral 30 y «Swiss Made». Cuando sean las 17:33:30 va a haber un lío de cuidado ahí abajo. Afortunadamente la manecilla del contador de reserva de marcha es de acero azulado, que crea un buen contraste con las manecillas doradas. Pero el reloj habría viajado más ligero sin el «Automatic», como ya le pasaba al Clifton Retrograde que revisamos aquí.
Es en cualquier caso un reloj notable, al que esperemos que los precios -a menudo altos en Baume & Mercier- no lastren su vida comercial.
En enero volveremos sobre él.