SIHH 2015: Piaget. Fotos en vivo
[caption id="attachment_6346" align="alignnone" width="1917"] Piaget - Philippe Leopold-Metzger, Director General[/caption] De vuelta de Ginebra, y tras medio recuperarme de una pertinaz gripe que me daba las fuerzas suficientes como para atender las conferencias y luego volver al hotel a derrumbarme -motivo por el que no pude actualizar la web, por lo que os pido disculpas-, vamos
De vuelta de Ginebra, y tras medio recuperarme de una pertinaz gripe que me daba las fuerzas suficientes como para atender las conferencias y luego volver al hotel a derrumbarme -motivo por el que no pude actualizar la web, por lo que os pido disculpas-, vamos a empezar a desgranar lo que nos ha Piaget en el SIHH 2015.
Por cierto que, salvo honrosas excepciones, no ha sido mucho. Unos años son muy pródigos, otros más parcos. Tampoco está mal que las casas se tomen un tiempo porque si no parece más un bombardeo por saturación en el que se acaba por perder la novedad. El mejor ejemplo es Piaget, que sólo ha presentado una novedad, una declinación de un modelo existente y un revival de una pieza histórica. Sólo eso, pero qué capacidad para seducir tiene esta marca.
Black Tie
Incluyo esta foto de estudio porque en la feria es extraordinariamente difícil fotografiar los relojes. Parece mentira que sepan que van periodistas y se empeñen en poner luces cenitales de halógeno, que sólo sirven para crear brillos y sombras. De ahí que las fotos de más abajo no hagan justicia a la elegancia de este reloj, uno de mis favoritos sin duda y del que ya hablamos en su momento.
Verlo en vivo no ha hecho sino reforzar mi preferencia, porque como reloj de vestir resulta imbatible (basta compararlo con su compañero de filas de aquí abajo, el Altiplano con brazalete de oro), y además añade un je-ne-se-quoi que le permite alternar con unos vaqueros tranquilamente.
Aunque en estas fotos no resulta fácil ver la hora -y el reloj no tiene el premio a la mejor legibilidad precisamente, ni lo busca-, en la realidad no es tan dramático. Es, una vez más, producto de la delirante iluminación de los stands de la feria.
Altiplano Cronógrafo
El reloj del récord: el cronógrafo manual más delgado del mundo. Y con otro récord, uno que no se refleja en ningún sitio pero se agradece mucho: las fotos de estudio son el verdadero reflejo de la realidad, no una belleza retocada. En efecto cuando lo ves en vivo el reloj es como te lo habían enseñado, pero con una diferencia: gana en personalidad, en presencia, gracias fundamentalmente a sus 41 milímetros de diámetro que hacen que los indicadores impresos no se queden en algo etéreo, y al peso de la caja que, sin ser en absoluto excesivo, si le da porte en la muñeca.
Ya dijimos cuando lo presentamos que el reloj tenía un segundo huso horario a las 9. Una hora más arriba, a las 10, está el pulsador que cambia la hora. No es lo más cómodo ni lo más moderno, desde luego, pero se agradece el detalle de Piaget, que ha juntado dos de las complicaciones preferidas.
Emperador Coussin Tourbillon Esqueleto
Siendo éste el año de los esqueletados -dicen-, éste es uno de los que más me ha gustado. No venía mal recomendado, porque la línea Emperador Coussin tiene unas hechuras muy atractivas, masculinas, con mucha personalidad. Las funciones son las mismas, con un tourbillon de un minuto ubicado al noreste de la esfera que desplaza las manecillas justo debajo. A su izquierda el rotor, muy regio en su decoración.
Lo que ha hecho este año Piaget es extender el esqueletado que lucía el tourbillon a toda la esfera, con un resultado excelente en mi opinión. El juego de superficies brillantes y mates con el biselado de los puentes y el juego de color claro y oscuro al que juegan el calibre, el rotor, los tornillos y las manecillas son todo un acierto, y dan una sensación de solidez que hace de éste un esqueleto casi casi vestido.
Hay más detalles en su Ficha Técnica Completa, menos uno: el precio; Piaget, como todos los años, no entra en esos detalles.
Altiplano Gold Bracelet
Esta es una novedad menor, pero merece la pena ser resaltada. Por primera vez el Altiplano tiene brazalete.
Pero cómo, ¿no lo tenía? Pues resulta que uno de los relojes de vestir con más prestigio ¡y no tenía una versión con brazalete! No nos habíamos dado cuenta hasta ahora, pero seguro que en Piaget habían dicho, precisamente «¿cómo no nos hemos dado cuenta hasta ahora?».
Bueno pues, problema resuelto. Y bien resuelto, porque la pulsera está muy bien trabajada; no extraña, claro, dada la maestría de Piaget en esto. Por supuesto es de oro, y se nota: el peso se ha incrementado de manera más que notable. Existen dos versiones y dos tamaños, que se pueden encontrar en su Ficha Técnica. Como el reloj comparte los mismos esquemas estéticos de todos los Altiplanos queda muy bien puesto, es moderno y resultón. Quizá se echa de menos un segundero central, pero ya sabemos que el segundero central no es obligado -e incluso a menudo criticado- en los relojes de vestir.
Por supuesto Piaget también presentó relojes para mujer, pero eso es materia de otro artículo.