La Fondation Cartier presenta la exposición Beauté Congo 1926-2015
Una nueva actividad de la Fondation Cartier, tan ligada al arte
Yo creo que para que te guste la relojería tienes que tener cierta querencia por el arte; lo que admiramos en una esfera es también una expresión artística; la forma en que se construye un calibre, el detalle con que se decora no es sino un destilado de cómo el relojero expresa su propia interpretación del una tradición centenaria que no sólo informa sino que a la vez da placer.
Viene esto a cuento porque las casas relojeras afortunadamente son creadores o patrocinadores de numerosos eventos culturales (como vimos ayer mismo) y, dado que es fin de semana está bien cambiar un poco y ver algo de lo que se está haciendo en ese lado de la relojería, y particularmente Cartier. Una de esas facetas es la que desarrolla la Fondation Cartier, centrada en el arte contemporáneo y que ahora fija sus esfuerzos en el arte del Congo para presentar la Beauté Congo 1926-2015 Congo Kitoko, que tendrá lugar desde el 11 de julio hasta el 15 de noviembre de 2015.
El punto de partida es el nacimiento de la pintura moderna en el Congo en los años 20. Va a ser la pintura el principal motivo de la exposición, pero también abarca música, escultura, fotografía y comics.A mediados de la década de 1920, cuando el Congo todavía era una colonia belga, artistas tales como Albert y Antoinette Lubaki y Djilatendo realizaron las primeras obras congolesas sobre papel que se conocen, convirtiéndose así en precursores del arte moderno y contemporáneo.
De estilo figurativo o geométrico, sus obras, imbuidas de una gran carga poética e imaginativa, representan la vida rural, el mundo natural y sueños y leyendas dotadas de una gran imaginación.
Tras la II Guerra Mundial, el pintor francés Pierre Romain-Desfossés se trasladó al Congo, donde fundó un taller de arte llamado Atelier du Hangar. En el mismo, que funcionó hasta la muerte del artista en 1954, pintores como Bela Sara, Mwenze Kibwanga y Pili Pili Mulongoy aprendieron a dar rienda suelta a su imaginación, creando alegres obras llenas de color, con estilos distintivos y sumamente inventivos.
Veinte años después, la exposición Art Partout, presentada en Kinshasa en 1978, reveló al público los pintores Chéri Samba, Chéri Chérin y Moke, así como a otros artistas, muchos de los cuales siguen estando activos. Fascinados por su entorno urbano y la memoria colectiva, se llamarían a sí mismos «pintores populares». Inspirándose en acontecimientos cotidianos, políticos o sociales que sus conciudadanos podían reconocer con facilidad, abordaron la pintura figurativa desde una nueva perspectiva.
Papa Mfumu’eto, conocido por su prolífica producción independiente y distribución de libros de comics durante la década de 1990 por toda Kinshasa, también exploró a través de su obra la vida cotidiana y las luchas comunes. Hoy en día, artistas más jóvenes, como J.-P. Mika y Monsengo Shula, sensibles a la actualidad mundial, dan continuidad al enfoque adoptado por sus antecesores.
El trabajo de fotógrafos como Jean Depara y Studio 3Z también estará presente en la exhibición como muestra de la energía creativa de Kinshasa tras la independencia del Congo. Jean Depara retrató la animada y extravagante vida nocturna de los Kins (los habitantes de la capital) en los años 50 y 60.
A mí me gusta mucho el arte africano, así que no me importaría nada poder ver esta exposición. Más información en Cartier.es.