Los Rendez-Vous Ivy de Jaeger-LeCoultre: alta relojería en femenino
Una muestra más de cómo la manufactura sabe gustar a la mujer con opulencia y excelencia relojera
Es irónico que los relojes de pulsera empezaron siendo algo exclusivamente femenino y cuando los hombres lo adoptaron de manera masiva tras la Primera Guerra Mundial los fabricantes de relojes casi dieron la espalda a los relojes de mujer, limitándose en la mayoría de los casos a hacer más pequeños los relojes de hombre o a los llamados relojes joya.
Estos últimos, además y a partir de la llegada del cuarzo, dejaron en su mayor parte de integrar movimientos mecánicos para abrazarse a la pila. Pero la relojería es también, como todas las expresiones industriales y artísticas, reflejo de la sociedad en la que vive; y aunque la relojería es muy tradicional (quizá está en su propia naturaleza, por lo exigente de aquello que construye), también va cambiando y devolviendo al lugar que merecen los relojes para mujer.
Jaeger-LeCoultre es una de las casas que mejor lo ha entendido, y con su colección Rendez-Vous dio con la clave perfecta: relojes muy de mujer pero de alta exigencia mecánica. El éxito fue inmediato y duradero, haciéndole fuerte competencia al Reverso. En un apartado de la colección están los Ivy (hiedra) con tres modelos que vamos a repasar ahora.
La hiedra ha sido un elemento decorativo desde la Antigüedad, ya que se la consideraba el símbolo del corazón, de la sabiduría y la fidelidad. Ese símbolo de la permanencia del amor y la voluntad, representado por una planta que se agarra allí donde crece y nunca desfallece, ha llegado hasta nuestros días, pasando por la Edad Media, el Rococó, el Barroco y el Art Nouveau. La primera aparición en Jaeger-LeCoutre data de 1890, en un reloj de bolsillo con fondo esmaltado rojo escarlata y hojas de diamantes.
118 años después, en 2008, la manufactura se inspiró en ese reloj para crear Le Lierre, un parure (conjunto, dicho en términos de joyería) compuesto por diamantes, collar y brazalete, todo con decoración de hiedra, claro, y un reloj en el brazalete. El precio, 3.827.000 euros de 2008. Lejos de nosotros los mortales, por supuesto; pero qué belleza ¿verdad?
El año pasado JLC sorprendió con el renacimiento de la gama Ivy presentando el Rendez-Vous Minute Repeater, de una belleza incontestable. No sólo el diseño de de la esfera es precioso, con esas ramas de las que nacen los numerales y las hojas de diamantes; la caja de 39 mm de diámetro en oro blanco está delicadamente decorada, sin que los brillantes la hagan parecer ostentosa.
Tuve la oportunidad de verlo en el SIAR y por tanto fotografiarlo en vivo. Una rara suerte porque es más que probable que este reloj no se vea en España salvo que alguien lo encargue expresamente. Tiene un precio de 264.000 euros (a fecha de hoy, porque los modelos de oro van a subir de precio pronto).
Ahora Jaeger presenta el Rendez-Vous Ivy Tourbillon. Esta complicación ya existía en la gama Rendez-Vous, con el calibre también conocido 978 que es el que impulsa los relojes de la casa que no tienen más complicaciones.
Al igual que el repetidor de minutos, este Ivy tiene la esfera de esmalte, pero en color ciruela y con las hojas de hiedra sin diamantes y con un guilloché que imita las nervaduras de las hojas. Estos se han reservado para enmarcar la caja del tourbillon y para la decoración de la caja, que es igual que su hermano de colección. Con un poco de suerte lo veré en el Salon QP de noviembre. Lo que si tengo ya es el precio actualizado: 129.000 € Se nota que hay muchos menos diamantes.
Por último, el Rendez-Vous Ivy Secret uno de esos súper relojes-joya creados para epatar a determinados mercados y hacer feliz a la boutique que lo venda: 275.000 euros para 304 diamantes en tallas brillante, baguette y marquesa; y los del brazalete son diamantes grises. La esfera queda escondida tras una flor que al levantarse desvela una esfera de nácar, sobre la que se pinta a mano la hiedra.
Como decía al principio Jaeger no descuida el lado puramente relojero y este reloj alberga en su interior el pequeñísimo calibre 846/1 que tan sólo ocupa 15,3 mm de diámetro y2,90 de altura. Que también pudimos ver en otra maravilla de Jaeger, el Montre Extraordinaire La Rose. Una vez más, admirable Jaeger-LeCoultre.