En la muñeca: Zeitwerk Minute Repeater de A. Lange & Söhne
Un icono y uno de los relojes más impactantes estética y técnicamente de la manufactura
Los repetidores de minutos pasaron de ser un instrumento útil (saber la hora en la oscuridad) a convertirse una de las mayores delicadezas que puede ofrecer un reloj. El Zeitwerk Minute Repeater de A. Lange & Söhne aúna tradición relojera y audacia contemporánea en uno de los relojes más impactantes de la casa sajona.
A. Lange & Söhne acaba de terminar las celebraciones del 200 aniversario del nacimiento de Ferdinand Adolph Lange. Ha sido un año entero de celebraciones, culminadas con el lanzamiento del 1815 Tourbillon Handwerkskunst que vimos en este artículo y con actos en Dresde, como un concierto celebrado en la Semper Ópera.
La elección está cargada de significado: la Semper Ópera tiene encima del escenario el famoso reloj de Gutkaes que tiene dos ventanas: la izquierda para la hora (en numerales romanos) y la derecha para los minutos, que avanzan de 5 en 5 minutos porque no había espacio suficiente para ubicar un disco horario entero (por cierto que hoy el mecanismo se controla electrónicamente, aunque el movimiento sigue siendo mecánico). Ese reloj es la base para la gran fecha que distingue a los relojes sajones, y en la foto aparece marcando las 11:45. O por mejor decir, las XI:45.
También es la inspiración para la indicación de la hora en los relojes Zeitwerk. Curiosamente, y aunque ahora todo el mundo piense que el Zeitwerk es uno de los mejores hallazgos de Lange, allá por 2009 cuando se lanzó el primer modelo fue muy discutido. Pero yo creo que todo el que lo haya visto un Zeitwerk estará de acuerdo con que es uno de los relojes más atractivos de la casa. Y así se lo ha reconocido el mercado.
LA CAJA
Lo primero que llama la atención, aparte de su esfera, es la caja: tiene un diámetro de 44,2 mm, algo absolutamente inusual en la manufactura. Pero además la caja está hecha en platino, tradicionalmente desaconsejado para los repetidores por su alta densidad que en principio hace más difícil la transmisión del sonido. La altura de la caja también es llamativa: nada menos que 14,1 mm. con un bisel pulido a espejo y la carrura con una banda satinada que no sólo es elegante sino que reduce la sensación de altura.
Sobre la banda satinada se asientan unas asas sólidas pero cortas para no añadir tamaño, e inclinadas hacia abajo para mejorar la intachable comodidad del reloj sobre la muñeca.
EL MECANISMO DE REPETICIÓN
Crear un repetidor de minutos bajo la configuración Zeitwerk era una osadía por parte de Lange, así que era obvio que el reloj no podía ser cualquier repetidor de minutos. Y así ha sido; la manufactura ha creado un mecanismo «decimal»: normalmente los repetidores de minutos golpean una vez para marcar cada una de las horas, después dos veces seguidas en dos tonos distintos para los cuartos de hora y por último un golpeo -normalmente más agudo- para los minutos.
El Zeitwerk Minute Repeater también golpea cada hora y cada minuto, pero sin embargo los intervalos intermedios son de 10 minutos, no de quince. De esta forma el sonido es exactamente la interpretación de la hora que ve el usuario. En la foto de arriba el mecanismo golpearía 7 veces para marcar la hora, 5 para marcar los 50 minutos y 2 para los minutos. Es una forma mucho más intuitiva de armonizar la hora vista con la oída. Porque, francamente, el repetidor de minutos se va a activar siempre por el día para disfrutar del sonido mientras se admira el reloj, no por la noche.
El funcionamiento está muy bien explicado en este vídeo:
Los discos de las indicaciones horarias están directamente conectados con su caracol, que a través de los rastrillos transmiten el movimiento a los martillos que en consecuencia golpean los gongs. Pero además Lange ha prestado especial atención a la seguridad del mecanismo, uno de los que más habitualmente visita el servicio técnico junto con los calendarios perpetuos. Así, mientras está el mecanismo sonoro en marcha la corona queda bloqueada, el salto de la hora se retrasa hasta que acabe el sonido y se desembraga el rochete del mecanismo de cuerda para que pueda alimentar el repetidor libremente . Y cuando la corona está sacada se bloquea el funcionamiento del repetidor.
Además se ha elegido un pulsador en vez de el tradicional gatillo, de manera que se eviten los daños que ocasiona un gatillo mal enganchado. Por último, si la reserva de marcha es inferior a 12 horas también se bloquea la complicación, para evitar que una falta de potencia pare el mecanismo en pleno uso, con los daños que ello podría ocasionar. El «punto de no retorno» está marcado con una pequeña gota roja en el indicador de reserva de marcha.
EL CALIBRE L043.5
Toda esta maravilla relojera se mueve gracias a un calibre creado pensando expresamente en la indicación horaria «Gutkaes» y la interacción con el mecanismo de repetición, dando lugar al calibre L043.5.
Según queda anotado en su Ficha Técnica Completa el movimiento tiene 771 piezas y 93 rubíes, mientras que su hermano de colección Zeitwerk Striking Time (un repetidor de minutos clásico) tiene «sólo» 528 piezas con 72 rubíes. Se aprecia así lo distintos que son uno y otro.
Por supuesto la construcción sigue la costumbre sajona de la platina de tres cuartos en alpaca sin pulir (la llamada «plata alemana»), nervaduras Glashütte, tornillos azulados y ajuste de cuello de cisne con el puente grabado. Y ese intangible llamado «acabados a mano en la manufactura». Una preciosidad.
LA ESFERA
Otra maravilla de diseño racional y pureza estética. Parece mentira que tan pocos elementos puedan imantar así la mirada. No hay novedades con respecto al Zeitwerk Striking Time salvo una, pero muy significativa: el gong sigue la borde interior del puente horario, lo que mejora exponencialmente el atractivo estético de la esfera.
La lectura de los numerales saltantes es inmaculada. Si la función primordial de un reloj es ofrecer información de las horas y minutos y hacerlo de la manera más sencilla para que la lectura sea rápida, pocos relojes como un Zeitwerk. Además la forma en que quedan resaltados en sus grandes ventanas por un marco de alpaca oscura es difícilmente superable en cuanto a facilidad de acceso a la información.
Y el equilibrio estético y la serenidad que transmite el conjunto reserva de marcha/pequeño segundero es insuperable.
EN LA MUÑECA
Ya he dicho al principio que este reloj es grande. ¿Importa mucho? Nada en absoluto. Es un reloj tan maravilloso que obvias el problema de no poder conjugarlo con un puño de camisa de vestir. Tiene una presencia tan imperial, tan pero tan bonita, que francamente una vez que te lo pones para hacerle unas fotos quitártelo te llega a poner de mal humor. Es un relojazo se mire por donde se mire.
Desafortunadamente el precio va en consonancia con la excelencia del reloj: 440.000 €, una cantidad que casi no se puede calcular ni en años de sueldo bruto. Pero si éste es un mundo hecho de sueños, el Zeitwerk Minute Repeater es desde luego uno de los sueños más dulces que se puede tener.
Os dejo por último este interesante vídeo del Director de Desarrollo de producto de Lange, Anthony de Haas, sentado a su batería y explicando la génesis del reloj. Muy interesante. Y como yo también toco la batería me ha gustado especialmente.