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SIHH 2016: Las novedades de Cartier

Cartier es como una central eléctrica de la relojería. Su producción es desbordante, continua, poderosa y deslumbrante. El SIHH es el primer escaparate de sus novedades, pero es que no paran en todo el año. Y por más que su joyería está en lo más alto, la relojería no le va a la zaga; siempre

ROTONDE DE CARTIER ASTROMYSTÉRIEUX

Otra maravilla de la maison Cartier.  Una extraordinaria mezcla de los relojes misteriosos, tan queridos por la manufactura, y la perfección a la hora de estilizar movimientos para hacerlos bellos y eficientes.

Aunque Cartier habla aquí de tourbillon no lo es en sentido estricto, ya que en puridad no hay un volante y un espiral alojados en una caja que los hace girar. Lo que tenemos es el calibre manual 9462 MC que hace un giro completo alrededor de la esfera una vez cada hora. El efecto conceptual es el mismo que el del tourbillon, pero seguramente es el más lento del mundo. El concepto recuerda al Freak Diavolo de Ulysse Nardin, pero esta ejecución es infinitamente más bella.

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El calibre del Rotonde de Cartier Astromystérieux forma un solo eje cuyo pivote de giro es el mismo que el de las manecillas, se alinea con la de los minutos y engrana con el barrilete. 408 piezas que parecen muchas menos por la estilizada disposición del volante, del tren de engranajes y del tourbillon, que se acoplan y mueven gracias a la superposición de cuatro discos de zafiro transparente que le dotan de su apariencia ingrávida. El disco de las horas se conecta con el del resto del movimiento (o del tourbillon, podríamos decir) y todo se mueve gracias a un tren de ruedas creado específicamente para mover el conjunto, protegido por un amortiguador especial que anule los efectos de las sacudidas sobre una superficie tan grande. Y a pesar de tener que mover una maquinaria de ese tamaño el reloj goza de una reserva de marcha de 50 horas.

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La carga del barrilete se hace mediante otro disco de zafiro que sólo conecta con la corona cuando se gira esta. Cuando se termina de dar cuerda se desengrana. Y además se ha desarrollado un mecanismo de desembrague especial para evitar roturas por sobrecarga. Por supuesto todo el conjunto está patentado por Cartier. El disco inferior tiene dos funciones: mover el tourbillon y habilitar el ajuste de la horas y minutos cuando se tira de la corona gracias a una palanca que bloquea el disco de zafiro durante el funcionamiento normal. Este disco se mantiene en una posición fija y permite arrastrar la jaula del tourbillon por la fuerza motriz del escape.
Al tirar de la corona la palanca libera el disco de zafiro inferior, liberando también la jaula giratoria del tourbillon en la cual va fija la rueda de los minutos, permitiendo así el ajuste de la hora.

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Toda esta maravilla se aloja en una caja de paladio con 43,5 mm  y 12 de altura. Una vez más no es un reloj pequeño pero si puedes pagar un reloj casi conceptual como éste, del que sólo se harán 100 unidades, seguro que puedes hacerte las camisas y sus respectivos puños a medida… del reloj. Es realmente despampanante.

Digamos por último que Cartier presentó una nueva iteración del Crash Skeleton, esta vez en en oro rosa.

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Hay muchos más modelos que iremos descubriendo poco a poco en nuevos artículos, reflejo del poderío de la gran casa del grupo Richemont. Los precios del Crash automático empiezan en 6.050 euros para la versión de acero y 18.800 euros para la versión de oro rosa. La versión con doble uso horario cuesta 8.400 euros en acero y 22.100 en oro rosa. Por último, el tourbillon cuesta 86.500 €.  El precio del Clé de Cartier Automatic Skeleton es de 60.000 euros, mientras que el del Rotonde de Cartier Astromystérieux es de 176.000 euros. Más información en Cartier.es.