En la muñeca: Hamilton Khaki Navy Frogman
Un nuevo reloj de buceo de estilo retro que se ofrece con diferentes versiones
Aparte del enorme éxito que tienen todos sus modelos, Hamilton es conocida por dos cosas: su origen norteamericano y su presencia en el cine de Hollywood. Ahora une ambas facetas para presentar uno de sus relojes de buceo con más personalidad: el Hamilton Khaki Navy Frogman.
Los lazos de Hamilton con el cine se remontan a 1951, cimentados sobre la reputación de la marca primero como «relojes ferroviarios» muy precisos y después como suministradora de relojes para el ejército americano durante la Primera y Segunda Guerra Mundial. De hecho durante el segundo conflicto bélico global Hamilton dejó de producir relojes de muñeca comerciales para concentrarse en la producción de hasta un millón de piezas al ejército norteamericano. Esa producción incluyó todo tipo de relojes, incluyendo 10.900 cronómetros marinos (cuyo heredero, el Khaki Navy Pioneer puede verse en este artículo) y por supuesto relojes de muñeca para los soldados. Por todo ello en 1943 Hamilton recibió el galardón «E» por «excelencia en la producción de equipamiento militar». También suministró relojes para el servicio de demolición submarina: el que aparece a la derecha de la foto de aquí abajo y que lucía en la muñeca de los actores dela película de 1951 The Frogmen («Los Hombres Rana»), la primera aparición de un reloj Hamilton en el cine. El reloj sólo se entregó a los buceadores de la Marina, así que es una pieza muy buscada por los coleccionistas. Esa ha sido la inspiración para el reloj que ahora nos ocupa.
El Khaki Navy Frogman se presenta en dos medidas y tres colores. La primera de ella es sin duda la más llamativa por su tamaño y por su construcción: la del reloj cuya foto preside este artículo es de 46 mm de diámetro, una medida nada extraña en relojes que se ha de sumergir porque cuanto más profundo se baje mayor es la oscuridad, así que poder ver bien los indicadores horarios se vuelve de importancia capital. Literalmente puede ser la diferencia entre la vida y la muerte. De manera muy sabia Hamilton ha decidido hacer la caja en titanio, lo que reduce sensiblemente el peso del reloj.
Lo más llamativo sin duda es el protector de la corona, inspirado en el cierre de las cantimploras militares y que impide la entrada de polvo y agua y, sobre todo, una utilización inadecuada o inintencionada de la corona. Esta implementación está mucho más elaborada que la original y le otorga un aspecto muy robusto y de calidad, gracias al mecanizado de las diversas partes que lo componen. Y, en la tradición suiza de poner nombres obvios, está señalado con el grabado «Lock» (cierre en inglés), por si alguien no se había dado cuenta. Al igual que las cantimploras el tapón simplemente se desenrosca girándolo, y viceversa; sencillo y eficaz. El reloj se puede sumergir nada menos que hasta 1.000 metros, lo que tiene dos consecuencias constructivas: una, que el fondo del reloj es ciego, de titanio roscado y con un dibujo que representa las gafas y el equipo de respiración de un buceador. Dos, una válvula de helio en la izquierda de la caja.
El bisel unidireccional se ha realizado en rojo mate, por lo que crea un atractivo contraste con el negro brillante de la esfera. Los índices y numerales del bisel son del mismo tono gris que el titanio y están satinados para mejorar la lectura. No hay un resalte especial de los primeros quince minutos, pero sí que tiene el tradicional triángulo con un círculo luminiscente para marcar las 12 horas.
Las esfera, en concordancia con el resto del reloj, está jalonada por índices aplicados, al igual que el 12 e incluso el logotipo de la marca. Las manecillas son contundentes, con hincapié en lo que es más necesario: la espada de minutos (más importantes que las horas) está bordeada en rojo para remarcarla, al igual que la punta de flecha del segundero. Las dos manecillas principales y el extremo de la de segundos están impreganados de SuperLuminova al igual que los índices. Hay también una ventana de fecha que, francamente, era totalmente prescindible: el calibre que mueve el reloj es el H-10, un desarrollo conjunto de Hamilton y ETA a partir del 2824-2. Tiene por tanto un diámetro de 25,6 mm, lo que hace que en un reloj tan grande la ventana de fecha se acerque mucho al centro y, como en este caso, quede flotando en la esfera, como perdida. Mejor hubiera estado sin ella, o al menos con los números en blanco sobre el fondo en negro. Pero como siempre va en gustos, y mucha gente encuentra que un reloj sin fecha le falta algo.
El reloj se completa con una correa de caucho bicolor -muy logrado e incluso elegante para un material que lo que busca fundamentalmente es la practicidad- rematado por una poderosa hebilla de titanio que nos recuerda que estamos ante un instrumento de trabajo.
Con un tamaño de 46 mm y esa combinación de colores no es precisamente el reloj que llevarías a una misa solemne, pero a decir verdad el reloj no resulta disparatado en la muñeca, gracias sobre todo a una altura contenida y a la inclinación de caída del bisel, que rebaja la sensación de tamaño.
Tras el salto vamos a ver versiones quizá no tan llamativas pero que seguro van a gozar del favor de los aficionados. Incluidos los precios.