Los Breitling Navitimer 8 y la nueva estrategia de la manufactura
Los nuevos Navitimer 8 de Breitling son los primeros relojes de "la era Kern" y han conseguido sorprender a todo el mundo. Vamos a ver por qué.
Cuando Georges Kern salió de IWC para dirigir su futuro profesional hacia Breitling se creó mucha expectación. Kern supo hacer de IWC una de las empresas más rentables del Grupo Richemont, conjugando las distintas colecciones de la casa para mantener el interés sobre ella. Nunca arriesgó mucho, pero tampoco le hizo falta porque la idea funcionaba -y funciona- muy bien comercialmente. Así que había mucho interés en cuál sería la primera colección que presentase una vez que ya estaba a los mandos de Breitling. Pues ya está aquí: los nuevos Breitling Navitimer 8. Y el recibimiento no ha sido lo bueno que seguro esperaba, y con razón.
Estos Navitimer 8 son un ejemplo de qué cosas se hacen mal en la industria suiza. Son cinco modelos distintos para los que se ha usado el nombre más conocido de la casa, Navitimer. ¿Por qué, si los relojes no tienen nada que ver? El Navitimer siempre se ha distinguido por su regla de cálculo para el vuelo, que le da ese aspecto tan profuso a la esfera. Cierto que nadie -o casi nadie- sabe como usarla, pero identifica de manera clara el modelo y el que se compra un Navitimer quiere exactamente un Navitimer, y no otra cosa. Aquí se ha intentado tirar del gancho comercial del reloj estrella de la casa para dar empaque a los nuevos relojes, que son completamente espurios dentro de esa colección. Y para darles una pátina histórica se dice que el 8 proviene del «Huit Aviation Department», el laboratorio de desarrollo de la casa para crear relojes para las fuerzas aéreas. El «Huit» (8 en francés) viene de los 8 días de reserva de marcha que tenían que tener los relojes de los aviones. Pero ninguno de los nuevos modelos tiene esa reserva de marcha. Así que todo resulta innecesariamente forzado y poco consistente.
¿No hubiese sido mucho mejor lanzar una colección con un nombre distinto? Estos relojes nacen con la tara de usar un nombre ilustre de manera injustificada y con una estética que nada tiene que ver con los Navitimer auténticos. Así que lo único que han conseguido es enfadar a los apasionados del Navitimer y a los seguidores de la casa en general. Los Navitimer 8 son relojes bonitos, es cierto, pero no pasan de ser relojes de estilo Vintage que difícilmente sobresalen por encima de muchos otros porque los diseños no aportan nada destacable. Carecen de los genes de Breitling y recuerdan a otros que ya hemos visto por aquí. Por cierto que parece que se confirma la marcha de la B alada que había sido hasta ahora el logotipo de la casa, una tendencia que vi por primera vez en los Breitling Superocean Heritage, que sí que son unos modelos bien realizados.
Vamos a ver los modelos anunciados y después trato de explicar de dónde viene todo este lío.
BREITLING NAVITIMER 8 B01
El más importante de la colección porque es un cronógrafo -esencial en un Navitimer- y además tiene el calibre de manufactura 01. El movimiento ostenta certificación COSC, rueda de pilares y 70 horas de reserva de marcha. El reloj mide unos razonables 43 mm de diámetro por 13,97 de altura. La esfera puede ser negra o azul con caja de acero, o color bronce cuando se opta por la caja de oro rojo. Todavía no se saben los precios de los modelos (ni de estos ni de ninguno de los modelos nuevos). Estarán disponibles en mayo o junio.
BREITLING NAVITIMER 8 CHRONOGRAPH
El Navitimer 8 Chronograph es la versión más barata del cronógrafo -aunque no se sepan los precios, así lo afirma Breitling- porque no lleva un calibre de manufactura, sino el Calibre 13 que no es sino el sempiterno Valjoux 7750, en este caso con día y fecha. En la foto se puede apreciar el brazalete asimétrico, que puede provocar más de un dolor de cabeza. El reloj está disponible en acero inoxidable con correa de piel o brazalete de acero inoxidable, o bien en la combinación acero revestido en DLC y correa de piel con hebilla.
BREITLING NAVITIMER 8 UNITIME
Un reloj con horas universales de sólo 41 mm de diámetro es una buena noticia, y en este caso además equipa el calibre de manufactura B 35. Su funcionamiento es el ya conocido de anillo con 24 ciudades (incluyendo horario de verano). Se coloca la ciudad de referencia a las 12 y el anillo -que gira al contrario de las agujas del reloj- te da la hora en todo el mundo. Mediante la corona, que desplaza la manecilla de las horas hacia adelante y hacia atrás, así como la fecha, se maneja la hora del reloj. Está disponible con esfera negra o plateada.
BREITLING NAVITIMER 8 DAY DATE
Un reloj «de diario» que muestra el día a las 12 y la fecha a las 6. Especialmente interesante para los que la ventana de día tradicional le resulta demasiado pequeña, un problema que resolvió Rolex en su momento abriendo una ventana semicircular a las 12. El reloj tiene 41 mm de diámetro y se mueve gracias al calibre 45, que es el ETA 2834-2.
BREITLING NAVITIMER 8 AUTOMATIC
El último de los modelos presentados es un tres agujas y fecha también de 41 mm de diámetro. El bisel es giratorio y, como tiene un indicador en forma de triángulo, se puede utilizar para medir un tiempo (de cocción por ejemplo). Para ello emplea el calibre 17 que es el 2824-2 pero certificado COSC. La caja puede llevar el acero recubierto con DLC.
¿QUÉ ESTÁ PASANDO EN BREITLING?
La presentación de los Navitimer 8 en Zurich no ha sido un acto único. Es una gira que va a llevar a la marca a Shanghai y Nueva York, en la que Georges Kern -que recordemos no es sólo el nuevo Director General, sino también accionista de la marca- quiere dar a conocer la nueva estrategia.
¿En qué se basa esa estrategia? El pasado otoño Georges decía al periódico suizo Le Temps que «Asia supone el 50% del negocio del lujo. Recomendaría no ignorarlo más y empezar a hacer productos que puedan interesar a estos clientes». Hay que recordar que la mayor parte de las ventas de Breitling (estimadas en unos 373 millones de euros anuales) provienen de Estados Unidos y su presencia en China es prácticamente testimonial. Un negocio que la empresa no puede permitirse ignorar.
Pero eso tiene una pega: el mercado chino obliga a relojes en general mucho más discretos (en tamaño y presencia) porque es un mercado muy clásico. Además en China todo eso del romanticismo de volar no existe. Para el mercado chino volar significa coger un avión y llegar a otro lado. Así que toda la parafernalia habitual de la casa no sirve, y así se entiende que los Breitling Navitimer 8 tienen este aspecto tan apartado de los Navitimer: Son simplemente relojes atractivos, pero sin ninguna conexión con ningún modelo real de la casa más allá de repetir los criterios estéticos de los relojes de época. Es decir, son simplemente relojes fácilmente aceptables por el mercado chino, en el que la casa piensa abrir unos diez puntos de venta en los próximos meses.
NUEVAS BOUTIQUES Y NUEVOS PRODUCTOS
Los productos, como consecuencia de esta nueva ruta comercial hacia China, van a ver reducidos sus tamaños, como ya ha ocurrido con los Navitimer 8. Se pretende que los precios se mantengan entre los 3.000 y los 10.000 euros, pero se va a reducir la gama de 600 a 100 referencias. Esto me parece perfecto porque Breitling se había convertido en una ametralladora de versiones y más versiones; era imposible mantener cuenta de todo lo que se lanzaba a lo largo del año. Y aunque temáticamente seguirá habiendo aire, también va a haber tierra y mar.
Otro de los cambios importantes se va a producir en las boutiques. Ya ha comenzado con la que tiene la empresa en Zermatt, que es la que se ve aquí arriba. Desaparecen las ilustraciones de pop-art que tanta fama dio a la marca («no somos una marca de dibujos animados» -ha dicho Kern) y las tiendas se vuelven «lofts» con un claro aire vintage. Y, como ya he dicho antes, le han cortado las alas al veterano logotipo. Así lo hace más moderno y más versátil, sin perder su aire clásico. Y de paso deja de usar a la mujer como medio publicitario tal como lo usaba hasta ahora y abandona las gigantescas fiestas que hacía en Baselworld cada año. Muy sensato, la verdad.
INSTAGRAM, INFLUENCERS Y ALFOMBRA ROJA
Vamos a ser sinceros: a Georges Kern le encannnta el oropel, los focos y la fama. Dice que siempre quiso ser director de cine, pero yo creo que lo que le hubiera gustado de verdad es ser actor. Esto es conocido por todos de su etapa en IWC. Según él la marca tiene que hacer grandes esfuerzos de marketing (cuyo monto anual se estima en unos 35 millones de euros) en la alfombra roja, en las redes sociales y en los influencers. Es obvio que los tres aspectos -cada vez más interrelacionados- mueven mucho dinero, tanto lo que se invierte en ellos como el retorno de la inversión, si se hace bien. La contrapartida es que las marcas pierden sustancia y, en el caso de las manufacturas, prestigio relojero. Si gravitas en exceso sobre las redes sociales -fundamentalmente Instagram- y los influencers, acaba siendo lo mismo un Breitling y un Daniel Wellington. Y por supuesto terminan por desaparecer de la prensa especializada. Pero si la cosa le funcionó con IWC es lógico que Kern piense que también le va a funcionar con Breitling. Hay una diferencia, sin embargo: IWC mantiene una actividad relojera que está muy por encima de la de Breitling, que tiene mucha historia pero poco peso tecnológico en lo relojero (no tuvo su primer calibre propio hasta 2010). Por eso tiene más peligro de diluir su prestigio en los vapores de las redes sociales.
Vamos a ver qué nuevos modelos presenta la marca en Baselworld 2018 para hacernos una mejor idea de por dónde van a ir sus derroteros. Más información en Breitling.es.