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El Breguet de Winston Churchill, recreado por la manufactura

El Breguet de Winston Churchill ha vuelto a la vida con motivo de la película "Darkest Hour", ya que Breguet ha decidido recrear un reloj que fue, estética y relojeramente, fantástico

Si se quiere probar que la vida imita el arte, el Breguet de Winston Churchill es buena prueba de ello. La película Darkest Hour narra los momentos tempranos de la Segunda Guerra Mundial, en los que Winston Churchill tuvo que decidir si negociar con Hitler o enfrentarlo solo, una decisión que a la postre marcó el futuro de Europa en esos tiempos terribles. Pues bien, el Breguet de Winston Churchill está siempre presente en el redondeado estómago de su protagonista -interpretado por el gran Gary Oldman- como lo estuvo en el de su verdadero dueño. Pero en este caso es una recreación del mismo. Aunque Breguet sólo ha recreado el exterior, no la mecánica.

El Breguet de Winston Churchill, el auténtico, es en sí mismo una gran pieza mecánica, ya que era un cronógrafo rattrapante y repetidor de minutos. Ahora se guarda en el Imperial War Museum de Londres, donado por la familia. Es un reloj de bolsillo de oro con una pesada cadena de oro para llevar en el chaleco de la chaqueta. Al final de la cadena lleva una pequeña caja de oro para llevar un retrato, una emblema en forma de V (como los que el propio Winston Churchil dio en 1945 a los miembros de su Gabinete de Guerra), un cabeza plateada de Napoleón (a quien admiraba), un medallón de la elección parcial del distrito de Abbey de 1924 (que perdió por 43 votos), una piedra granate sobre un corazón de oro (regalada por su mujer Clementine el día de su boda en 1908), y otro corazón de oro que también le regaló Clementine en su 90 cumpleaños (tras 56 años de matrimonio y menos de 8 semanas antes de su muerte).  ¡Era un montón de peso el que llevaba encima!

El reloj original fue construido por la manufactura Breguet en la década de 1890 para el abuelo de Churchill, a la sazón 7º Duque de Marlborough.

Un pequeño inciso: Dos siglos antes, en 1689, su antepasado John Churchill fue nombrado Duque de Marlborough. En el marco de la Guerra de Sucesión Española John se enfrentó, en la batalla de Malplaquet, a los franceses y los derrotó. Estos, sin embargo, pensaron que John había muerto en la batalla y compusieron una canción burlesca llamada «Marlbrough s’en va-t-en guerre», que después pasó a España donde su nombre terminó adoptado a la fonética de nuestro idioma. Así nació el famoso «Mambrú se fue a la guerra». Y por tanto Winston Churchill era otro Mambrú :0)

En la trasera del reloj se puede ver el escudo de armas de la casa de Malborough, aunque estoy por confirmar si también se ha reproducido en la nueva versión del Breguet de Churchill. Winston heredó el reloj y sentía auténtica pasión por él, de manera que es difícil encontrar una foto suya en la que la cadena no vuele de un lado a otro de su oronda figura. Incluso le puso un mote, «Turnip» (nabo). Hay numerosas anécdotas que demuestran el amor que sentía Winston por su reloj, pero sólo voy a citar un par de ellas. La primera la contó su guardaespaldas, Edmund Murray, y refleja muy bien el carácter de Churchill:

«La mañana transcurrió muy similar a la tarde anterior y, cuando se acercaba la una, miré mi reloj. «Es la una en punto, señor «-dije-. «Hora de comer». Con gran cuidado sacó su reloj de bolsillo y lo consultó. «No» -dijo por fin-. «Aún faltan cinco minutos para la una. ¿Por qué quiere robarme cinco minutos de mi vida?». 

En otra ocasión, en 1941, comiendo con la familia y el Profesor Lindemann (su asesor científico), Winston puso reloj encima de la mesa y le dijo al profesor: «Profe, siempre lo haces todo muy complicado. Voy a poner mi Turnip sobre la mesa y sonará dentro de cinco minutos. Para entonces nos tienes que haber explicado con palabras no más largas de una sílaba qué es la teoría cuántica». Por cierto que el profesor lo hizo, arrancando el aplauso de todos los presentes. Al parecer tal era la fe que tenía Churchill en él que cuando quería aseverar algo juraba «por Lindemann».

De cara al rodaje de la película Breguet ha recreado el reloj, aunque con un cambio importante: la esfera del reloj original no mostraba nada más que la información relojera, sin ninguna leyenda. En el nuevo reloj, que sí aparece en pantalla, se puede leer a la izquierda el nombre de la casa y a la derecha el número del reloj original. De esta manera la marca consigue su cuota de pantalla. Tiene lógica que Breguet no haya vuelto a crear el calibre -como ocurrió con el reloj de María Antonieta– porque el reloj original sigue existiendo y está en perfecto estado de funcionamiento. Pero estaría muy bien si la manufactura desarrollara un calibre que uniera estas dos altísimas complicaciones, compañeras habituales en los relojes de bolsillo. Quién sabe, a lo mejor nos sorprende… Más información en Breguet.es.

 

 

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