De acuerdo con la información de Agefi, algunos analistas afirman que las recompras afectaron a todas las marcas suizas (incluida Cartier). Según Berenberg, la multinacional financiera alemana, a partir de la información proporcionada por los minoristas del sector se puede confirmar el inicio de un nuevo episodio de recompras selectivas de los inventarios del canal, que se llevarían a cabo en el último trimestre de 2018. Ya había habido comentarios desde la dirección del Grupo en los que no se excluía una operación de este tipo, así que es sólo una sorpresa relativa. Pero aún así los especialistas han rebajado sus expectativas sobre los resultados del ejercicio 2017/2018, que se cerró a 31 de marzo. Las cuentas consolidadas se publicarán el 18 de mayo.
En cualquier caso y a pesar de que Richemont había preparado a sus inversores ante la eventualidad de una posible adquisición de inventarios, la operación no deja de ser un jarro de agua fría, especialmente cuando se había dicho que las exportaciones de relojes suizos habían vuelto al crecimiento en 2017. Esa subida fue particularmente notable en el segmento de los relojes de alta gama, que son en los que se mueven las marcas del Grupo Richemont. Más aún, en noviembre el grupo afirmaba que el crecimiento hasta septiembre había sido notable. De ahí la sensación de cierto desencanto.
«Esta operación sin duda tiene un impacto negativo sobre el Grupo a corto plazo, pero nosotros pensamos que es la estrategia que se debe adoptar para reorganizar el modelo operativo de Richemont de cara a las nuevas realidades» -ha declarado Berenberg. La entidad estima que la recompra de relojes a minoristas puede ascender a unos 180 millones de euros. JP Morgan, por su parte, espera un impacto de aproximadamente 150 millones de euros. Hay que recordar que durante el ejercicio 2016/2017, cuando más dura fue la crisis de la industria, Richemont hizo una importante recompra de stocks, fundamentalmente de Cartier. Veremos las cuentas anuales qué dicen.