El mítico corredor Derek Bell en el Grand Prix de Mónaco

Una nueva edición de la colección Chopard Grand Prix de Monaco Historique, que este año tiene el apellido «2018 Race Edition».  Y me atrevo a decir que son los más bonitos que yo haya visto, porque la combinación de blanco, azul y naranja le sienta estupendamente. Es cierto que es una combinación que ha vuelto este año, como hemos visto con este Bell & Ross o como el Tag & Heuer Carrera del que hablé en mi resumen de Baselworld 2018 y fácilmente podría decirse que la moda para este año y que pasará. Pero no es así porque en realidad es una combinación de colores que siempre ha estado en la relojería. Sea como fuere a mí me gusta mucho.

La supermodelo Petra Nemcova y el mítico piloto Jacky Ickx, con sus relojes

Hace cuatro años ya repasé en vídeo la edición de 2014 de los Chopard Grand Prix de Monaco Historique. Entonces dije que eran de los relojes deportivos que más me gustaban del año, y es una afirmación que repito con estos que estamos viendo. Entonces los relojes eran muy llamativos, con esa combinación de negro y amarillo. En 2016 (recordemos que la carrera se celebra cada dos años) los relojes se volvieron mucho más discretos y a la vez más elegantes. Este año recuperamos la viveza del 2014 pero con una versión más «feliz», podríamos decir, menos agresivos y a la vez menos discretos que los de hace dos años.

Los dos cronógafos Chopard Grand Prix de Monaco Historique 2018 son iguales, salvo la utilización del oro rosa en el bisel, las manecillas y los pulsadores y corona (con formas de disco de frenos y de volante respectivamente). Los otros dos elementos utilizados para la fabricación de la caja son el acero y el titanio granallado. La caja tiene un diámetro de 44,5 mm y 14, 1 mm  de altura, así que no hay peligro de que el reloj pase desapercibido. Curiosamente, aunque el oro rosa siempre parece que no pega con un reloj deportivo, en este caso parece la versión más atractiva, seguramente porque combina mejor con la paleta de colores del reloj.

No hay sorpresas en la configuración de la esfera porque es la que ya conocíamos de ediciones anteriores. Las subesferas del cronógrafo están muy elaboradas, en contraste con la del pequeño segundero que es muy limpia. Frente a éste está el PitStop de la fecha, bastante llena de elementos que sin embargo no entorpecen la lectura de los datos. Esto es gracias al gran tamaño de las manecillas y los índices, todos rellenos de Super-LumiNova.

La ventana de fecha queda bien pegada al extremo de la esfera. Esto se debe al calibre que, aunque Chopard no lo especifica, seguramente es un Valgranges A07.211. Es una variación del eterno Valjoux 7750, pero más grande y más decorado. Además ostenta la certificación de cronómetro, como siempre en estos relojes de Chopard. Aún así el calibre no se ve, porque -también como siempre- la trasera va tapada con el escudo de la carrera.

La edición 2018 de la carrera ya ha pasado, pero no es óbice para hacerse con uno de estos dos Chopard Grand Prix de Monaco Historique 2018 y disfrutarlos muchos años. La versión de acero es una edición limitada a 250 unidades con un precio de 6.800 euros. La versión en oro rosa está limitada a 100 piezas con un precio unitario de 10.300 euros. Ambas están disponibles con correa de piel o textil. Más información en Chopard.es.