No cabe duda de que las películas de James Bond son excelentes soportes publicitarios para cualquier producto que se quiera anunciar. Pero es que además, desde la llegada de Daniel Craig al papel protagonista, las películas de James Bond son, además, buenas.
Ahora que ya se ha confirmado que en efecto va a repetir como el agente secreto (por última vez, casi con toda seguridad), es buen momento para repasar todos los relojes de James Bond desde su primera aparición.
El creador de James Bond, Ian Fleming, fue un usuario fiel de Rolex y cuando creó su alter ego James Bond especificó que el espía también llevaba Rolex Oyster Perpetual. Sin embargo la presencia del reloj nunca fue promocionada por Rolex y fue más bien secundaria en las primeras películas.
Hay que señalar, como nota curiosa, que en la escena inicial de Dr. No (1962) en la que que James Bond se presenta con su famosa frase («Bond, James Bond»), no lleva un Rolex, sino un Gruen Precison que apenas asoma por el puño de la camisa. El Rolex será sin embargo su compañero fiel en Desde Rusia con Amor (1963) y Goldfinger (1964).
Goldfinger parece marcar el inicio del verdadero interés de Rolex en que James Bond sirviera de soporte publicitario para sus relojes. Es sólo una suposición, claro, porque la marca nunca ha dicho nada al respecto. Pero hay un aspecto que parece indicarlo: como he dicho, en las primeras películas el Rolex simplemente va en la muñeca (o no va), pero, de repente, en Goldfiner vemos el plano más conocido del Rolex 6538 en toda la serie de películas de James Bond:
Pero, además, Pussy Galore lleva un GMT Master 6542, y eso apareció en un anuncio de la propia Rolex:
En mi opinión, una prueba de que Rolex había comenzado a tomar interés en el personaje como medio publicitario.
No fue hasta Thunderball, en 1965, que tuvo un reloj con accesorios, un Breitling Top Time cuyo segundero supuestamente medía la cantidad de radioactividad, aunque durante la película sigue siendo fiel a Rolex.
El reloj era un Breitling Top Time de 1962. La caja fue hecha por Valley Tool Company para la película, y fue el único que se hizo, así que es una auténtica pieza única. De hecho la caja impide poder accionar la corona o los pulsadores del cronógrafo.
En una escena en helicóptero, Sean Connery parece llevar un DateJust de esfera blanca, aunque no hay más datos sobre él.
En 1967 aparece Sólo Se Vive Dos Veces, siendo la primera vez en la que a James Bond no se le ve un solo reloj. Esto mismo ocurrió en Los Diamantes Son Para Siempre, de 1971.
En Al Servicio de su Majestad (1969) James Bond fue interpretado por primera y última vez por el australiano George Lazenby. El actor se compró un Rolex Submariner Ref. 5513, un traje Anthony Sinclair que Sean Connery nunca llegó a recoger e incluso fue al peluquero de Connery para tener el mismo corte de pelo. Todo ello para convencer a los productores de que él debía ser el nuevo James Bond. George, que no había actuado nunca, les dijo que había hecho películas en China y Checoslovaquia, con la esperanza de que les parecieran países lo suficientemente distantes y distintos como para investigar si estaba diciendo la verdad. Y como el truco funcionó, el Rolex de George se ve fugazmente en la película, esta vez con el brazalete original, no la correa de tela que ya conocemos. Pero además luce el único cronógrafo de Rolex que haya aparecido nunca en una película de James Bond: el modelo referencia 6238.
En Vive y Deja Morir (de 1973) Roger Moore comienza la película usando un Hamilton Pulsar P2 Digital LED, un guiño a los tiempos modernos que corren en la relojería y el primero de los relojes de James Bond con tecnología electrónica. Ahora parece ridículo, pero en aquel entonces girar la muñeca y tener que apretar un botón para poder ver la hora nos parecía lo más de lo más. Fue una moda que no duró mucho; sólo hasta que las pilas fueron lo suficientemente eficientes como para mostrar los dígitos permanentemente. Mientras tanto, se vendieron a puñados.
Pero poco después llega Q con el fiel Rolex, al que ha dotado de un potente imán y un bisel-sierra. James Bond lo utilizará para atraer metales e incluso para bajar la cremallera del vestido de su amada (amada sólo durante un rato, claro). Girando el bisel los índices pasaban a rojo y se activaba el imán. Por supuesto era un Rolex de atrezo, porque no hay reloj mecánico que aguante un campo magnético tan potente. Y era además distinto del Rolex con el bisel giratorio, que se construyó aparte y que, dicen, está en poder de la propia Rolex tras comprarlo en una subasta por 365.000 francos suizos (la cifra es exacta, la propiedad es nuevamente un rumor). El bisel es utilizado por Bond para cortar las cuerdas que le atenazan.
Curiosamente, a mitad de la película durante la persecución por las marismas de Luisiana, Roger Moore aparece pilotando un fueraborda con un Tissot 516 Date Mak1. No se sabe muy bien por qué, pero la explicación más plausible es esta: el rodaje había comenzado sin que el Rolex con sierra estuviera listo, y si se hubieran rodado escenas sin el reloj se habría notado mucho la falta de continuidad.
El Tissot era el del propio Roger Moore y de lejos el reloj daba bien el pego, gracias a su bisel negro de baquelita, la esfera negra y la forma de la caja. Así que se usó para planos que nunca fueron cercanos. Y así fue: pocas veces se cita este reloj en la lista de relojes de James Bond, ya que consigue pasar desapercibido. Entiendo que Tissot nunca ha usado esta valiosa herramienta de marketing para no perjudicar a Omega; al fin y al cabo, ambas pertenecen al Grupo Swatch y no está la cosa como para ir pisándose pies.
El Submariner volvería a aparecer por última vez en la muñeca de Roger Moore en El Hombre de la Pistola de Oro (1974), en la que es sólo un reloj. Pero el gusto por los cachivaches que tiene el sorprendente Q había comenzado una carrera que no iba a parar. Q es un auténtico visionario que siempre diseña el artefacto que justo va a necesitar Bond en algún momento. Ninguno le falta ni ninguno le sobra. Como digo, un genio. Así ocurre con los relojes Seiko que luce Roger Moore en cinco de sus películas.
LA ERA SEIKO
A nuestros ojos actuales el que James Bond llevara relojes digitales de Seiko nos suena raro, pero tenía todo el sentido del mundo porque eran el cénit de la tecnología del momento. Y los avances que se veían en las películas de James Bond siempre eran los más punteros. En La Espía que me Amó (1977) Roger Moore luce un Seiko Ref. 0674 LC que al principio de la película recibe una suerte de telegrama que sale de la parte superior del reloj.
En 1977 Star Wars hizo que todo en el cine pareciera viejo, y alguien puntero en tecnología como James Bond no podía quedarse atrás. Así que a James Bond no le quedó más remedio que enfundarse el traje espacial y hala, a repatir estopa entre las estrellas sin levantar una ceja. O mejor dicho, levantado una única ceja, que era lo único que sabía hacer el bueno de Roger Moore. Para la aventura de Moonraker (1979) se equipó con un Seiko M354 Memory Bank Calendar, que bien podríamos considerar el antepasado de los smartwatch de ahora porque tenía un calendario perpetuo para 88 años y podía programarse para mostrar recordatorios en los días que se eligiera.
En un momento de la película Bond utiliza un explosivo que iba en la caja del reloj para librarse de una de esas situaciones límite en las que siempre se ve envuelto. Llamas abrasantes, en este caso. En Sólo para tus Ojos (1981) el reloj elegido es un Seiko Ref. H357 Duo-Display que, como se ve en la foto, presenta una pantalla analógica y otra digital que Q. aprovecha para comunicarse con James Bond. Una vez más, la última tecnología en la muñeca. También aparece un Seiko S60583, 7549-7009, un diver de Seiko con caja Tuna.
Octopussy (1983) volvió a contar con Seiko como reloj. En este caso fue un Seiko Sports 100 Ref. G757, que aparece durante toda la película y cuyo -modesto- añadido es un transmisor de señal. También aparece momentáneamente un Seiko TV que Bond utiliza para hacer zoom sobre el escote de una compañera. Todo un caballero.
En Panorama para Matar, de 1985, James Bond comienza la película seduciendo a una colega, y lo hace llevando un cronógrafo de cuarzo, elSeiko SPR007 7A28-7020.
Cuando tiene una persecución por la Torre Eiffel -quien hace todo el ejercicio físico es el doble de Roger Moore, que ya no está para nada- el agente lleva otro Seiko. En este caso es un H558, que ganó su fama gracias a que Arnold Schwarzenegger lo usó en varias películas. Por último también lleva un Referencia 6923-8080 SPD09, pero el reloj no se ve. Se sabe que está porque así lo dijo la propia Seiko.
Hay un detalle más: Cuando Bond encuentra a su cómplice Sir Godfrey Tibbett, interpretado por Patrick Macnee, en el asiento trasero de un Rolls-Royce, comprueba si tiene pulso. Esta acción nos ofrece una imagen muy clara de lo que es, sin lugar a dudas, un Rolex Datejust, seguramente del propio Roger Moore.
Sin embargo, la escena no se ve. En la película la cámara está fuera del vehículo, no dentro. Por eso, creo yo, sólo existe esta foto en blanco y negro. Quizá fue una foto con intención promocional, o un fotograma de una toma real. El caso es que, seguramente porque en realidad debería llevar el Seiko bicolor de arriba, el reloj no se ve en la película.
Una vez que ya el talludito Roger Moore se retira (tenía 53 años cuando rodó su último James Bond) entra en liza Timothy Dalton, lo que supuso un gran cambio. En primer lugar Timothy era un actor-actor, conocido sobre todo por sus interpretaciones de Shakespeare en el teatro. Y en segundo lugar Timothy exigió dejar el lado cómico, casi bufo, del que Moore había abusado, y volver al tono más serio e incluso agrio del James Bond de las novelas originales. El resultado fue The Living Daylights (1987) en la que James Bond luce, sorpresivamente, un TAG Heuer 980.031. A día de hoy no se sabe por qué se abandonó Seiko para tomar TAG, en la que fue su única intervención en toda la saga. Y tampoco se ha sabido nunca si el reloj era TAG Heuer o sólo Heuer, habida cuenta que TAG acababa de comprar Heuer y el modelo convivió con los dos nombres.
La segunda y última película interpretada por Timothy Dalton, Licencia para Matar (1989) también fue la última película para Rolex, que se presentó con un Submariner Ref. 16610. El reloj no tiene ningún truco, es tan sólo un reloj que, eso sí, aparece durante toda la película.
LA ÉPOCA OMEGA
El gran cambio llega en 1995 con Goldeneye y Pierce Brosnan, que luce por primera vez un Omega Seamaster, lanzado en 1993. Las películas ya son auténticos escaparates en los que los grandes títulos suponen una enorme publicidad para las marcas. De hecho Omega reconoce que su mejor campaña, mucho más que las Olimpiadas, es siempre una película del agente secreto. De ahí que los relojes de James Bond se convierten en una asunto de mucho dinero. En Goldeneye el reloj elegido es de cuarzo, un error que Omega subsanaría en la siguiente película. En la que nos ocupa Bond hace uso de un láser emitido desde el bisel y un detonador de minas.
Desde 1995 hasta 2002 el reloj usado por Bond, con independencia de los trucos que incorpora, es el mismo: el Omega Seamaster 300M como el que aparece aquí:
En El Mañana Nunca Muere, de 1997, el Omega Seamaster hace la primera y única aparición de uno de los relojes de James Bond en los créditos inciales. Además, quizá para compensar el fallo de poner un reloj de cuarzo en la anterior película, el calibre mecánico se ve claramente. En la película Bond utiliza la válvula de helio, conectada a un microchip, para romper un recipiente de cristal donde hay una granada.
En 1999 llega El Mundo no es Suficiente -el lema del escudo de armas de la familia Bond («Orbis non sufficit»)- y con él un Omega Seamaster que lleva escondido un arpón y un cable de acero que Bond dispara para anclarlo. Después el bisel gira en sentido contrario y así se eleva y puede salvar desniveles.
Muere Otro día (2002) fue la última película de Pierce Brosnan, y en ella la válvula de helio sirve primero como cebador de un explosivo C4 y después, girando el bisel, se detona la carga. Además vuelve a llevar un rayo láser, pero esta vez se emite desde la corona.
La llegada de Daniel Craig con Casino Royale (2006) marca también la primera vez que James Bond luce dos relojes (de Omega, me refiero), un Omega Seamaster Professional con escape Coaxial hermético hasta 300 metros y válvula de helio con esfera azul. El otro es un Seamaster Planet Ocean de 45,5 mm de diámetro y esfera negra. Además los relojes vuelven a ser sólo eso, relojes que dan la hora.
A partir de Casino Royale Omega se aprovecha de la renacida popularidad del agente para lanzar ediciones especiales de todos los relojes.
En Quantum of Solace (2008) los relojes de James Bond vuelve a ser uno solo (salvo las correspondientes ediciones limitadas). Además se ven menos de lo habitual. El modelo elegido es un Seamaster Planet Ocean 600M Co-Axial.
Con la llegada de Skyfall en 2012 vuelve a aparecer dos relojes: en la primera escena un Omega Seamaster Planet Ocean Ref. 232.30.42.21.01.001 y durante el resto de la película un Omega Seamaster Aqua Terra Ref.231.10.39.21.03.003 (se dice que es el del propio Daniel Craig).
Además de las ediciones especiales conmemorativas de la película, Omega lanza una edición especial 50 Años de Bond.
En 2014 se lanza una Edición Única Seamaster Aqua Terra Goldfinger para celebrar los 50 años de la película (aunque era un Rolex lo que aparecía en la película). En oro, por supuesto. Lo subastó Christie’s por casi 88.000 euros.
Por último -y por ahora- para Spectre (2015) por primera vez James Bond lleva un reloj creado expresamente para lucir en la película. Es el precioso Omega Seamaster 300 Spectre Edición Limitada que vimos con fotos en vivo.
Spectre supone la primera vez que Daniel Craig usa un reloj «con truco»: el Seamaster tiene un sistema de cuenta atrás que al activarse pone manecillas e índices en rojo y al finalizar el conteo explosiona el reloj. «La alarma es bastante alta» -explica Q. Por cierto que esto no lo menciono en el vídeo porque cuando lo hice era un «spolier» y no quería fastidiar la película a la gente.
Durante la impactante escena inicial en México Daniel Craig lleva un Seamaster Aqua Terra Ref. 231.10.42.221.03.001 que se ve muy poco, la verdad.
En la escena final de la película James Bond arranca un Aston Martin de 1964 -el DB5 que aparecía en Goldfinger- llevando en la mano un cronógrafo de Omega de un año después: un ST.101.010. El reloj sólo se ve fugazmente, pero es un buen guiño a los amantes de lo vintage.
Además Omega lanzó otro Seamaster con la esfera azul decorada con el supuesto escudo de armas del agente (que ya presenté con fotos en vivo en este artículo).
La verdad es que Spectre ha puesto el listón muy alto. Veremos qué inventa Omega para la siguiente entrega.
ACTUALIZACIÓN: SEAMASTER 300M NO TIME TO DIE EN VÍDEO
Os dejo esta imagen a modo de resumen de la trayectoria de OMEGA con James Bond, que ha sido larga y fecunda. Además se pueden ver con fotos en vivo en este artículo.