Bovet Récital 21 Perpetual Calendar Retrograde Date: fotos en vivo y precio
Otro ejercicio personalísimo de alta relojería
Qué difícil es tener un estilo propio o, cuando menos, que no te confundan con el de los demás. Bovet no tiene este tipo de preocupaciones, no cabe duda. Puede ser que no se reconozcan sus relojes a primera vista: al fin y al cabo hay que estar muy metido en la relojería para conocer a una marca que tiene una distribución muy limitada y que sobre todo hace hincapié en el Medio y en el Lejano Oriente. Pero, si no se reconoce (y afortunadamente cada vez se reconoce más), al menos no se confunde. Y en cuanto que se conoce a la manufactura es imposible no distinguirla instantáneamente. Tiene un estilo único, personalísimo, como viene a demostrar este Bovet Récital 21 Perpetual Calendar Retrograde Date.
A decir verdad Bovet sufría de un cierto desdén dentro de la relojería, precisamente porque hace muy pocas piezas y casi estaba centrado en la relojería a medida. Sin embargo sus obras son siempre exquisitas y extraordinariamente complicadas, pero al no tener un marketing tan exuberante como por ejemplo Richard Mille parecía que no había que prestarle tanta atención. Hasta que este año el Grand Prix d’Horlogerie de Ginebra hizo justicia y otorgó el máximo galardón al Grand Récital que presentamos aquí. Por cierto que, si se quiere ver en vídeo todos los ganadores, están aquí. Merece la pena.
Y hablando de marketing, he aquí algo que demuestra que no es el fuerte de la manufactura: por ahora hay 16 relojes Récital, pero no hay ninguna colección que se llame Récital. Todas pertenecen a la colección Dimier, pero no hay ningún reloj que se llame Dimier. Si no estoy equivocado, Dimier es el nombre que se le dio a la caja que llevan. No me digan si no sería mejor arreglar esta incoherencia.
Una de las características más peculiares del reloj ganador (o del Récital 18 The Shooting Star que vimos en vivo) es la hechura de su caja: tiene forma de atril, con un grosor que desciende desde las 12 hasta las 6 horas. Eso permite añadir a los relojes elementos tridimensionales sin crear monstruos: este Récital sólo tiene 44,40 mm de diámetro y 15,50 mm de altura. No está dentro de la gama de relojes pequeños, sin duda, pero gracias a su altura decreciente la sensación de tamaño es menor. La caja está realizada en oro rojo o titanio, que es el que estamos viendo aquí.
Es siempre interesante ver cómo las casas tratan de crear un calendario perpetuo que no sea el de siempre, pero que a la vez respete su principal misión: dar toda la información de manera clara. Este Bovet Récital 21 Perpetual Calendar Retrograde Date hace las dos cosas: presenta la información de manera distinta, pero siempre perfectamente legible. Para empezar las horas y minutos ocupan una esfera central muy clásica, con numerales romanos y manecillas tradicionales. A las 12 y a las 6 tenemos las indicación de día y mes respectivamente, en dos ventanas verticales con suficiente sitio para que se lean bien pero sin quitar más espacio del necesario. Rodeando a la esfera horaria aparece la fecha, que es retrógrada: cuando cumple el mes correspondiente la manecilla vuelve al uno. Por último, a las 3 horas, una pequeña ventana informa de qué año estamos. La L significa «leap year», es decir, año bisiesto.
Alrededor de la esfera aparece la leyenda ‘Faictes de mains de maistres, pour servir ponctuels gentilshommes, ce par quoy attestons longue valeur’. Que significa «Hecho por la mano de maestros para servir a caballeros puntuales. Por ello aseguramos su gran valor». Es un lema que se repite en muchos relojes de Bovet.
Además incluye un segundero con sistema coaxial doble, una invención de Bovet que por supuesto ha patentado: los segundos se muestran en ambos lados con direcciones opuestas de rotación al compartir el mismo eje. Es una complicación útil en muchos de los relojes de Bovet, ya que son reversibles. En este caso no hacía falta, pero aún así se ha incluido para acrecentar el disfrute (y el valor) relojero: está ahí porque sí, por el placer de saber que está.
El segundero forma parte del calibre 113DM05-QPR, con un volante que oscila a 21.000 alternancias a la hora y que tiene nada menos que 5 días de reserva de marcha, mostrada en el reverso del reloj. Además Bovet aprovecha el desnivel de la caja para describir por escrito la principal complicación del reloj, además de reafirmar su fabricación manual. Si en la esfera destaca la decoración de Côtes de Genéve circulares, en el caso del movimiento la decoración es igual pero, en vez de ser concéntrica, irradia desde el segundero.
Como he dicho antes, a pesar de su tamaño el Bovet Récital 21 Perpetual Calendar Retrograde Date parece menor y desde luego se lleva muy bien en la muñeca. Parece un detalle sin importancia, pero es sorprendente cómo facilita la lectura la disposición descendente de la esfera. Además el reloj transmite calidad y delicadeza por todos lados, así que es un placer llevarlo. Para hacerlo hay que desembolsar 76.800 euros, tanto en la versión de titanio como en la de oro rojo. Sin duda un lujo al alcance de pocos, pero con todos los motivos para serlo. Más información en Bovet.com.