He dicho muchas veces que donde de verdad se libra la auténtica y despiadada guerra de la relojería no es en el mundo de las complicaciones, sino en el de los relojes de tres agujas y fecha. Los relojes de pulsera cumplen ahora su centenario y la idea de que son fundamentalmente máquinas pensadas para cumplir una función básica (dar la hora) ha prevalecido durante todo este tiempo. Es esa la información -junto con la de la fecha- que busca el noventa y tantos por ciento de los usuarios de relojes. Y la quieren, además, en relojes redondos. Una vez que se adquiere, además, lo más normal es que sea el único para la mayoría de los usuarios y durante muchos años. Por eso es que el que compra un reloj quiere que sea lo más versátil posible, de manera que lo pueda llevar en cualquier ocasión; pero que además no sea excesivamente caro. Pues bien, los nuevos Tissot Gentleman vienen a ofrecer la posibilidad de tener un reloj de oro –no chapado en oro, sino de oro macizo- por mucho menos dinero de lo que es habitual.
Para centrar la discusión, y aunque suelen ir al final del artículo, lo mejor es decir ahora los precios de los Tissot Gentleman: las versiones con correa de piel cuestan 1.260 euros, mientras que el precio de la versión de brazalete es de 1.325 euros. Por esos precios lo habitual es que el oro que se ve sea simplemente un chapado, pero no: es oro macizo. No sólo el bisel, también las manecillas y los índices, tal como consta en los certificados que se entregan con cada reloj.
Las cajas de acero pulido tienen un diámetro de 40 mm y una altura de 10,64 mm, lo que las hace perfectas para prácticamente cualquier muñeca. Para ayudar aún más, las asas, de porte sólido, están curvadas hacia abajo. El reloj es hermético sólo hasta 50 metros, suficiente para un uso diario porque nadie va a querer someter al oro del reloj al cloro de las piscinas ni a la sal del mar.
Tissot ha añadido un cristal de zafiro sobre la esfera, un detalle muy de agradecer para garantizar la durabilidad del producto. El Tissot Gentleman se presenta con tres esferas distintas: una lacada en negro brillante, otra en plata con decoración en rayos de sol y una última -seguramente la más atractiva- en un color cáscara de huevo que queda remarcado por un graneado muy fino. Los índices han sido facetados y satinados en la parte superior, lo que aumenta la sensación de calidad. En el borde exterior del esfera hay pequeños cuadrados de Super-LumiNova, al igual que en la parte central de las manecillas. Pero yo tendría a mano el móvil si tengo intención de saber la hora en la oscuridad, porque la cantidad de pigmento luminiscente es casi testimonial y claramente insuficiente.
La esfera está marcada por una cruz que aumenta su aire vintage. A las tres en punto aparece la ventana de fecha, remarcada por un perfil también de oro rosa. Entiendo que la gran capacidad industrial de Tissot le permite ofrecer tanto en reloj sin disparar los precios. Algo que otras marcas no pueden ni soñar. También en oro rosa aparecen el logotipo de la marca y el nombre del calibre, el ya omnipresente Powermatic 80.
El calibre fue desarrollado para Tissot, modificando el ETA C07.811 que a su vez se basa en el 2824-2. El nombre alude a la cantidad de horas de reserva de marcha. Pero más importante aún es la inclusión de un espiral de silicio, que dota al movimiento de mejor regularidad y por tanto precisión. No es la primera vez que aparece este volante porque ya se había integrado hace dos años en el Tissot Ballade, que vimos en vivo. Pero creo que pasó más o menos desapercibido porque el paquete no era tan atractivo como sí lo es en el nuevo modelo.
La única concesión a la decoración aparece en el rotor y su dibujo de «olas del tiempo». El calibre se ve gracias a un cristal, que en este caso es mineral.
Como he dicho al principio, el Tissot Gentleman se entrega con una correa de piel (marrón o negra) o con un brazalete de tres eslabones que es simple pero bien hecho, con un aspecto de calidad reseñable. Sea piel o acero, el reloj se lleva muy cómodamente, y de verdad que da aspecto de que cuesta mucho más de lo que en realidad vale.
A quien no le va a hacer mucha gracia este lanzamiento, me temo, es a Baume & Mercier, cuyo modelo Baumatic (que vimos aquí en vídeo) tiene la misma propuesta pero con un precio de más del doble (aunque el calibre tiene una oferta técnica mayor). Veremos qué tal le van las ventas a Tissot, pero en cualquier caso es de agradecer y alabar el esfuerzo de la marca por hacer algo tan bueno por tan poco dinero. Más información en Tissot.es.