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El Rolex Sea-Dweller Rolesor, en vivo. El lujo submarino

Un resumen de lo que significa la marca: máxima exigencia técnica, excelentes acabados e imagen de lujo exclusivo

Rolex Sea-Dweller Rolesor en la muñeca
Rolex Sea-Dweller Rolesor en la muñeca

A lo suyo. Rolex está por encima del bien y del mal como no lo está ninguna otra casa relojera del mundo, pero eso no quiere decir que no entienda a su clientela y la percepción que existe en el mercado sobre lo que significa Rolex. Y qué mejor ejemplo de lo que digo que este Rolex Sea-Dweller Rolesor referencia 126603.

MISMO EXPLORADOR MARINO, DISTINTO TRAJE

Hay poco que contar de nuevo sobre el Sea-Dweller porque es un modelo muy conocido. Es el gran buceador de Rolex, que nació con una hermeticidad de hasta 1.220 metros en 1967 (y que ha conservado) y que llegó hasta los 3.900 metros en los modelos lanzados en 2008.

El reloj tiene 43 mm de diámetro, incluye una válvula de helio, cristal de zafiro con lente de aumento Cyclops (sobre la polémica con la Cyclops escribí aquí) y fondo cerrado.

El Rolex Sea-Dweller Rolesor, visto de frente

El calibre es el 3235, automático (como si hiciera falta decirlo), con un volante que se mueve a 28.800 alternancias por hora -es decir, 4 hercios-, 70 horas de reserva de marcha y una precisión de -2/+2 segundos al día tras el montaje.

Es en el material utilizado donde estriba la diferencia de este Rolex Sea-Dweller Rolesor con sus hermanos de colección.

ROLESOR

Bisel y corona del Rolex Sea-Dweller Rolesor

El Rolesor es el nombre que Rolex da a sus cajas y brazaletes bicolor, compuestos de acero y oro. El Rolesor ha sido parte de los modelos Rolex desde principios de los años treinta y fue patentado como nombre en 1933. El bisel y la corona, así como los eslabones centrales del brazalete, son de oro amarillo (o Everose en otros modelos Rolesor), mientras que la carrura y los eslabones laterales son de acero Oystersteel. Un inciso: no me extrañaría que el reloj más vendido de Rolex fuera un Rolesor; el Lady-Datejust 28 mm de acero y Everose.

Caso aparte es el bisel, que lleva en su parte superior un disco Cerachrom negro (ya sabemos, la cerámica propia de Rolex). La graduación del bisel se consigue mediante un depósito físico de vapor (el conocido PVD) de oro, que consigue el acabado perfecto al que nos tiene acostumbrados Rolex. El mismo oro es el que bordea índices y manecillas, que están recubiertos de Chromalight blanco (pero que brilla en azul).

Esfera del Rolex Sea-Dweller Rolesor

El brazalete, también de Rolesor, termina en el cierre plegable Oysterlock, que incluye el sistema de extensión creado por Rolex y llamado Glidelock. Este sistema permite que los submarinistas puedan alargar la correa hasta 20 mm, con incrementos precisos de 2 mm. Otro inciso: siempre me ha parecido brillante el que Rolex de un nombre propio a cada uno de sus inventos, porque le confiere una personalidad propia y en la cabeza del usuario refuerza la idea de exclusividad.

Cierre plegable del Rolex Sea-Dweller Rolesor

¿QUÉ HACE DISTINTO A ESTE ROLEX SEA-DWELLER ROLESOR?

¿ Cuántos de los que compran un Sea-Dweller normal lo usan a la hora de darse un chapuzón en la piscina o en el mar? Muchísimos, aunque estoy seguro que muchos otros prefieren dejarlo en casa. ¿Cuántos de esos compradores lo adquirieron para cuando van a hacer inmersiones de más de 100 metros de profundidad? Muy pocos, seguro.

Ahora bien ¿cuántos propietarios del Rolex Sea-Dweller Rolesor lo han comprado para hacer alguna de las dos cosas? Seguro que menos aún.

Perfil del Rolex Sea-Dweller Rolesor

Los relojes de buceo hace mucho que perdieron su uso como instrumento submarino y han pasado a su uso en la vida diaria, simplemente porque son piezas atractivas. Si esto es así para relojes de otras marcas, cuánto más para los Rolex, con el significado que conlleva en la sociedad tener un Rolex en términos de estatus. ¡Y eso que los Rolex no son de por sí caros!

Tanto más para este Rolex Sea-Dweller Rolesor. La casa entiende que, si Rolex significa lujo, por qué no dar un tratamiento de lujo a su buceador extremo.

Brazalete del Rolex Sea-Dweller Rolesor

Quien se lo compre lo hará por lo que significa, no por lo que puede hacer. Es un «porque yo lo valgo» clarísimo. Una vez más Rolex mira por el negocio. Y el negocio no está en los guardianes de las esencias históricas de la manufactura, sino en una clientela ávida de modelos exclusivos que refuercen la afirmación de su estatus. Hacia ellos va destinado este reloj, y se venderá como la seda.

Y encima es que el Rolex Sea-Dweller Rolesor ni siquiera es caro: 14.850 euros no me parece descabellado. Otra cosa es la disponibilidad, lo que se llegue a pagar por poder tenerlo y todos esos problemas (muy graves y muy dañinos, a mi entender) que también arrastra la marca. Pero sin esas consideraciones, el precio no está nada mal para lo que ofrece el reloj, de manera tangible e intangible. Un éxito más de la marca. Más información en Rolex.es.

Así queda el Rolex Sea-Dweller Rolesor