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Breguet Reine de Naples Cœur. Un reloj de San Valentín con un mecanismo muy especial

Una complicación interesante para un reloj distinto

En algún momento de la década de 1370 Chaucer escribió el poema «El Parlamento de las Aves», en las que aparece el verso «Pues esto transcurría en el Día de San Valentín, cuando cada ave allí acude a elegir su pareja» («For this was on Saint Valentine’s Day, when every bird comes there to choose his mate»). Chaucer y otros poetas dieron forma a un tipo particular de poemas en los que caballeros enamorados de damas que no podían ser suyas -por estar casadas con otros, fundamentalmente- pasaban por numerosas calamidades mientras luchaban por ese amor imposible. Ese fue el origen de la celebración de San Valentín, que en nuestro siglo ha sido tan inflado de azúcar que puede inducir al coma a un bloque de hormigón armado.

Es ya un lugar común el que, salvo muy honrosas excepciones, los relojes de mujer suelen ser versiones afeminadas (más que femeninas) de los relojes de caballero, y por eso no despiertan demasiada ilusión cuando aparecen. En el caso de los relojes para San Valentín las cursiladas alcanzan a menudo el paroxismo y, normalmente, pasas de largo ante ellas para que no te peguen los párpados con la miel artificial que usan para hacerlos.

Muchas marcas relojeras suelen lanzar relojes para San Valentín y, dentro del Grupo Swatch, las marcas más fieles al santo son Blancpain (éste es el reloj que propone este año) y Breguet. Como digo no suelen ser modelos particularmente interesantes porque normalmente el reloj sólo presenta variaciones estéticas, pero el caso de este Breguet Reine de Naples Cœur sí que lo es, hasta el punto que lamentas que un reloj con esta complicación se cree sólo para esta conmemoración.

He contado a menudo cómo la casa Breguet se distinguió por ser proveedor de diversas casas reales. De hecho es esa relación comercial la que dio origen al Reine de Naples, uno de los relojes verdaderamente femeninos de la industria. Aquí está la historia del reloj, junto con fotos en vivo de una de sus múltiples iteraciones. En este caso la apariencia exterior no varía sobre la de otros modelos: tiene una caja de forma ovalada en oro rosa de 18 quilates con la carrura acanalada (típica de Breguet). Bisel y realce engastados con 128 diamantes, corona engastada con un rubí en cabujón, cristal de zafiro en ambos lados y 36,5 x 28,45 mm de diámetro y un grosor de 10,96 mm. Además es hermético hasta 3 bar (30 m).

La esfera resulta atractiva, con un cristal de zafiro lacado en blanco sobre el que se ubican unos numerales que combinan un rojo borgoña con blanco, muy legibles. El uso de corazoncitos sobre cada múltiplo de cinco rechina un poco, pero no es tan notable como echar a perder el equilibrio de la esfera. Las horas se muestran a través de una ventana semicircular en el centro de la esfera, mientras que los minutos se marcan con dos manecillas unidas en el centro y en la punta (por, cómo no, otro corazón).

Y es aquí donde el Breguet Reine de Naples Cœur se pone interesante. Los relojes de bolsillo con «agujas en expansión» se inventaron a principios del siglo XVIII, con cajas ovaladas muy decoradas y habitualmente destinadas al mercado chino. Parmigiani fue el primero en replicar la complicación en nuestra época, miniaturizándola para el Ovale Pantographe.

Parmigiani Ovale Pantographe
Parmigiani Ovale Pantographe

Pero mientras Parmigiani fue respetuoso con las manecillas originales, que se plegablan y desplegaban gracias a resortes en las propias manecillas, Breguet ha mejorado el concepto original y lo ha adaptado a la singular forma del Reina de Nápoles. Las dos manecillas unidas forman el contorno de un corazón que cambia de forma a medida que recorre la esfera: se expande cuando avanza hacia las 12 en punto y se contrae de camino hacia las seis.

El Breguet Reine de Naples Cœur opera con los mismos principios que sus predecesores del siglo XVIII: una leva ovalada debajo de la esfera impulsa cada mitad del corazón -es decir, cada una de las dos manecillas unidas- a un ritmo diferente, lo que permite que el conjunto varíe su forma a medida que se mueve. La leva es parte del mecanismo de expansión, protegido por cuatro patentes según nos dice Breguet, dentro del calibre 78A0. Es un movimiento automático con una reserva de marcha de 40 horas y, como muchos calibres Breguet contemporáneos, tiene la espiral y la rueda de escape de silicio.

El Breguet Reine de Naples Cœur es una edición limitada a 28 unidades, con un precio unitario de 45.300 euros. El reloj se entrega, además, con un pequeño bolso de mano artesanal en piel de becerro graneada roja, a juego con la correa de aligátor del reloj. Más información en Breguet.es.