De Bethune es ciertamente un marca minoritaria. No sólo por sus precios estratosféricos -a la par de su técnica y acabados- sino por sus diseños. Sólo hay que ver este De Bethune DW5 Empreinte. ¿Quién querría ponerse una especie de nave Art Déco – o piedra de río, o escarabajo egipcio- en la muñeca? ¿O el maravilloso DB25L Milky Way que vimos en vivo? Pues yo, por ejemplo. Encantadísimo de hacerlo. Pero entiendo que no sea para todo el mundo.

Algo debe tener este reloj, sin embargo. Apareció en 2014 (y lo vimos en vivo) como una rareza, una excentricidad de los propietarios de la marca. Pero aquí sigue, siendo además el lienzo sobre el que plasmar arte. Recordemos, por ejemplo, la versión Cempasúchil. Poco que ver con la relojería actual, desde luego, nacido de la reconocida grabadora Michèle Rothen.

Y nuevamente ha sido Michèle Rothen la encargada de dar vida a la visión de la diseñadora Clara Martin. La colaboración de Clara Martin con De Bethune gira en torno al concepto de «empreinte» -impronta, en español- y sus diferentes ramificaciones semánticas. Sin entrar en cada una de las cinco interpretaciones de su enfoque conceptual, baste decir que Clara Martin ganó el primer premio De Bethune/ECAL (Universidad de Arte y Diseño de Lausana) en 2019. Destinado a fomentar el trabajo de investigación de los graduados, el proyecto final de Clara Martin, «La autoridad del negro», atrajo la atención de Denis Flageollet y dio lugar a esta colaboración.

Como sugiere el título de su tesis, el color negro es el protagonista del De Bethune DW5 Empreinte. Inspirada en la obra del pintor francés Pierre Soulages, fascinado por las propiedades del color negro y el modo en que la luz se refleja en las superficies negras, la misión de Clara Martin es «cambiar la percepción y las connotaciones actuales del color negro». Sus experimentos gráficos con texturas y formas demuestran que el negro es más que un color y mucho «más poderoso y sensible de lo que pensamos».

La larga experiencia de Denis Flageollet en el pavonado del titanio le animó a explorar un nuevo proceso de oxidación para obtener tonos negros y azules del metal. En primicia mundial, Flageollet consiguió los exclusivos patrones moteados de azul y negro de la caja combinando la ciencia de la deposición al vacío de los óxidos metálicos con su dominio innato del fuego.

Michèle Rothen transformó las frías y duras propiedades del titanio en algo «tierno y sensible». Grabar el titanio, que es más duro que el acero, era una tarea ardua, pero Rothen ha conseguido modificar la superficie con un patrón fascinante. En combinación con el titanio negro y azul, bajo ciertas luces, la superficie del DW5 Empreinte podría recordar las plumas iridiscentes de un colibrí. La sólida caja parece ahora una delicada pieza de joyería que, sin embargo, mantiene las dimensiones de 58 mm de largo y 47 mm de ancho, porque lo desde luego no pasa desapercibido.

El De Bethune DW5 Empreinte funciona con el calibre DB2144V2 de cuerda manual, que incorpora varias innovaciones de la marca. Cuenta con una reserva de marcha de cinco días suministrada por un doble barrilete autorregulado. El regulador incorpora un volante de silicio, una espiral De Bethune y una rueda de escape de silicio. El mecanismo de precisión de las fases lunares tiene una precisión de un día lunar cada 1.112 años. Como siempre en De Bethune, la belleza exterior va acompañada de una altísima oferta técnica interior.

El De Bethune DW5 Empreinte es una pieza única, por la que quien quiera ser su afortunado dueño debe pagar 210.000 francos suizos. Eso son, aproximadamente, 192.000 euros. Ojalá fuera yo el afortunado. Más información en DeBethune.com, pero recomiendo ver el vídeo para darse cuenta de lo que ha significado la creación de la pieza.