Moritz Grossmann Universalzeit. El mundo de un vistazo
Una forma original de presentar las horas universales
Hacía mucho que no hablaba de Moritz Grossmann (desde este vídeo), y eso que es una de mis marcas favoritas y, sobre todo, un representante de la altísima relojería que se hace en Alemania (en Glashütte, concretamente). De hecho, le hace la competencia sin ningún complejo a A. Lange & Söhne, la gran dama sajona que Mortiz Grossmann tiene prácticamente cruzando la calle. Si no en complicaciones, sí en acabados.
El hecho es que la marca es muy exclusiva, dejó de aparecer por las ferias y perdí el contacto con ella; y hablar de sus relojes enseñando una imagen de ordenador no le hace justicia. La buena noticia es que ahora ya tienen un distribuidor en España (nada menos que Grassy), por lo que espero poder retomar el contacto con estos relojes, que son fantásticos. Por ahora vamos a ver su última -y llamativa- incorporación: el Moritz Grossmann Universalzeit.
Aunque en español no hay un término establecido para los relojes que muestran la hora de los distintos husos horarios (reloj mundial, hora universal, hora global), el nombre de este reloj define su función: Universalzeit se traduce literalmente como “tiempo universal” (en el sentido de la cuarta acepción del diccionario).
El Moritz Grossmann Universalzeit es un reloj grande, con una caja de acero de tres piezas que mide 44,5 mm de diámetro y 13,78 mm de alto. El cristal de zafiro abombado tiene un delgado borde biselado y un revestimiento antirreflectante. El fondo de la caja de cristal de zafiro se sujeta con siete tornillos.
Un elemento característico de Moritz Grossmann es el pulsador situado a las 4 horas. En la posición natural de la corona se puede dar cuerda al movimiento, pero no ajustarlo. Para ello, hay que tirar y soltar la corona, que vuelve inmediatamente a su posición normal. Al hacerlo, se desconecta el sistema de cuerda y se conecta el sistema de ajuste.
En ese momento ya se puede ajustar la hora. Cuando se ha terminado de ajustar, se presiona el pulsador y el movimiento retoma su marcha. Este sistema impide que el polvo o el agua no deseados entren en la caja y también evita el ajuste no deseado de las agujas al presionar o atornillar una corona tradicional.
El último elemento del exterior del Moritz Grossmann Universalzeit es la pequeña corona situada a las 10 horas. Se utiliza para avanzar o retroceder de forma independiente la aguja horaria central en incrementos de una hora. En la posición central, la corona está bloqueada; si se gira hacia las 9, la aguja de las horas avanza, mientras que,. si se gira hacia las 11, retrocede.
DE UN VISTAZO
La novedad del Moritz Grossmann Universalzeit es cómo muestra los distintos husos horarios es la esfera. Es de plata maciza con un color azul que resalta con la decoración rayos de sol. El mapa del mundo está pintado e impreso con meridianos blancos y masas terrestres marrones. Tal como ha quedado, sin embargo, no creo que seduzca a los habitantes de Oceanía.
La esfera muestra seis horas distintas en seis ventanas. Los bordes de cada una están biselados y rodiados. De izquierda a derecha, se puede ver la hora en Phoenix, Río de Janeiro, Ciudad del Cabo, Dubai, Singapur y Tokio. Aunque son relativamente pequeños, los dígitos negros se pueden leer sin demasiada dificultad. Las ciudades adicionales ayudan a determinar los husos horarios correspondientes entre las seis ciudades indicadas.
La hora principal se indica en el Moritz Grossmann Universalzeit con agujas de horas, minutos y segundos hechas a mano. Es una de las características principales de la marca ya que las agujas están pulidas a la perfección absoluta. Alrededor del borde exterior de la esfera hay índices aplicados de acero pulido, con una pista de segundos/minutos en blanco. El toque final de la esfera es el logotipo blanco impreso a las 12 horas con la marca Glashütte I/SA (En Sajonia) designación que también utilizan otras marcas de allí.
El único detalle que no entiendo -y, la verdad, me echa para atrás- son los tres tornillos en el centro de la esfera. No entiendo por qué se han puesto y, ya que se han puesto, por qué son tan bastos. No me parecen dignos del reloj. En fin, para gustos los colores.
CALIBRE 100.7
En el interior del Moritz Grossmann Universalzeit se encuentra el calibre de curada manual (y de manufactura, claro) 100.7. Técnica y estéticamente, un Moritz Grossman nunca deja de impresionar. El calibre 100.7 tiene un módulo nuevo para mostrar los husos horarios en la parte superior. Se necesitan un total de 292 componentes, incluidos 31 rubíes.
Este módulo tiene un disco que se conecta a una rueda de trinquete de 24 dientes. El disco blanco lleva impresos seis conjuntos diferentes de dígitos, cada uno de ellos alineado con un orificio del disco y correspondiente a una sola ciudad o meridiano. La rueda de trinquete hace avanzar el disco un paso cada hora completa cuando el reloj está en marcha. Este salto es instantáneo, ya que la rueda de trinquete se mantiene en su sitio mediante un muelle, por lo que no se produce una vibración indeseada en cada salto.
El volante, de fabricación propia, está dotado de inercia variable, tornillos de ajuste y una espiral Nivarox. Mide unos impresionantes 14,2 mm de diámetro y oscila suavemente a una velocidad de 18.000 alternancias a la hora, como si fuera un reloj de bolsillo.
Toda la decoración se realiza a mano. El puente del volante está acabado con un motivo floral grabado a mano. Como es tradicional en Sajonia, los tornillos están tratados térmicamente hasta alcanzar un tono violeta y pulidos. El puente de 2/3 está revestido con anchas nervaduras de Glashütte, y todos los bordes están biselados a mano. La rueda de trinquete tiene un caracol de 3 bandas y un clic pulido. Es todo altísima relojería.
El Moritz Grossmann Universalzeit viene con una correa de piel de aligátor marrón chocolate hecha a mano con una hebilla de acero. Tiene un precio de 50.800 euros y se puede adquirir en los distribuidores autirzados y en la boutique online de MoritzGrossmann.